Causas, síntomas y tratamiento de los ataques de pánico

En ocasiones, nos damos cuenta de que con el paso del tiempo nuestra rutina es cada vez más exigente y no nos deja hacer todo lo que querríamos hacer. Ya no solo se trata de cosas que se nos quedan pendiente, sino que no somos capaces de abarcarlo todo.

Esto, junto con las exigencias del día a día y la presión a las que estamos sometidos para hacer nuestras tareas de la mejor forma posible y los acontecimientos traumáticos que se suceden, van causando en el cuerpo ansiedad, sensación de agobio, y, sin darnos cuenta, aparecen los ataques de pánico.

Es en ese momento que en nuestro cerebro hay varias sustancias que aparecen: el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, responsables del estrés y que se pueden acumular.

¿Qué es un ataque de pánico y qué lo causa?

Un ataque de pánico se da en el momento en el que aparece un miedo o temor repentino que está acompañado de síntomas físicos sin que exista peligro.

Se trata de una sensación desagradable, y en muchos casos la persona afectada siente que le ha dado un infarto. Esto sucede porque los ataques de pánico tienen signos similares.

¿Cuáles son los síntomas del ataque de pánico?

Los signos y síntomas más frecuentes de los ataques de pánico son los siguientes:

• Palpitaciones
• Sensación de presión en el pecho y/o falta de aliento
• Miedo a perder el control
• Miedo a morir
• Sensación de frio o calor
• Sudor
• Incontinencia urinaria

Es habitual que las personas consideren que el ataque de pánico apareció sin más, de la nada, pero nada aparece de la nada.

¿Qué causa un ataque de pánico?

Nada aparece de la nada. El ritmo frenético de vida de las personas hoy en día, sumado a la necesidad de hacer cosas: trabajar, atender y responder mensajes, pantallas, la inmediatez o los miedos hacen que poco a poco vayamos acumulando estrés, y cuando menos lo esperamos, tenemos un ataque de pánico.

Además, existen factores de estrés que impactan más y que dejan huella en la persona, como puede ser una enfermedad grave de un ser querido, un fallecimiento, un evento traumático, un divorcio…

Cada persona es distinta, y por eso los ataques de pánico aparecen en función de la experiencia previa de cada persona, de su personalidad, de su capacidad de manejo emocional…

¿Cuánto dura un ataque de pánico?

Depende de la persona que lo sufra, pero generalmente dura entre cinco minutos y media hora, aunque en muchos casos la percepción del ataque es mucho mayor, y la persona acude a urgencias.

¿Cómo se trata un ataque de pánico?

Es fundamental cuidar la salud mental y hacer prevención de la misma. En muchas ocasiones, las personas acudimos a terapia utilizamos herramientas que nos ayudan a desarrollarnos cuando nos encontramos frente a una situación límite, ya que en nuestra sociedad es más habitual la intervención que la prevención.

La intervención se da cuando la persona ya se encuentra mal, o en el momento en el que el problema se ha cronificado y comienza a acudir a varias terapias.

Como tal, la prevención es ser consciente de que uno mismo tiene problemas, y que el estrés del día a día debería reducirse.

Cuidarnos y cuidar a las personas que nos importan es básico, y para ello es preciso darse cuenta cuanto antes de los problemas a los que estamos expuestos.

¿Cómo se controla un ataque de pánico?

Pautas para detener un ataque de pánico:

• En primer lugar, es importante darse cuenta de que lo que nos sucede se trata de un ataque de pánico, para ello debemos intentar al máximo mantener nuestra calma.
• Exhala varias veces prolongadamente.
• Cierra los ojos e intenta pensar en otra cosa. Por ejemplo, un sitio al que fuiste, o lo que comiste el día anterior. Intenta recordar todo con muchos detalles.
• Una vez que pase el ataque, acude a un especialista que pueda ayudarte.

A pesar de que parezca que el ataque se ha formado de manera espontánea y de la nada, se trata de una suma de vivencias y acontecimientos que se han ido acumulando.

¿Qué hacer tras un ataque de pánico?

Si un ataque de pánico no se gestiona a tiempo, se puede transformar en una fobia que limitará todavía más a la persona que lo sufre.

La buena noticia, es que con una buena terapia se puede gestionar. No obstante, debe tenerse en cuenta que el tratamiento psiquiátrico y la terapia cognitivo conductual no suelen ser suficiente, ya que se trata de un miedo irracional.

Para todo lo irracional o que se activa automáticamente, va muy bien la terapia con hipnosis, ya que ayuda a bajar la ansiedad y trabaja directamente con la raíz del problema. Esta raíz tiene que ver, en muchas ocasiones, con rasgos de la personalidad. Por ejemplo, una personalidad más ansiosa y con tendencia a las preocupaciones es más propensa a padecer un ataque de pánico. Sucede lo mismo si la persona ha padecido un acontecimiento traumático.

Debe mencionarse que el inconsciente lo almacena todo: lo bueno y lo malo. La hipnosis ayuda a encontrar la solución a estos problemas.

En nuestro centro, contamos con un método basado en el estudio, la investigación y la práctica a lo largo de muchos años que ayuda a las personas a reducir o eliminar la ansiedad, los miedos y los ataques de pánico.

Este método combina la psicoterapia, la sistémica y sobre todo la hipnosis ericksoniana.

Si deseas más información al respecto, contacta con un especialista en Psicología.