Las principales enfermedades periodontales

Escrito por: Dr. Eduardo Montero Solís
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

Como su nombre indica, las enfermedades periodontales son las enfermedades que afectan a los tejidos que rodean al diente: la encía y el hueso alveolar. Son enfermedades de origen infeccioso, es decir, están causadas por gérmenes específicos que se encuentran en la boca. Las más importantes son la gingivitis y la periodontitis.

 

 

Diferencias entre periodontitis y gingivitis

La gingivitis es una situación de inflamación gingival, representada por el sangrado, pero en la que todavía no existe pérdida de inserción en el diente. Antecede en todos los casos a la periodontitis. El sangrado de encías debería de ser un signo de alerta ya que si no se trata puede desembocar en periodontitis.

 

En la periodontitis hay infección tanto de la encía como del hueso que soporta al diente. Las bacterias destruyen el ligamento periodontal, que ancla el diente al hueso, y el propio hueso. La pérdida de hueso hace que el diente se vea largo en la boca, que se mueva y, finalmente, se caiga por falta de soporte.

 

 

Principales causas de la enfermedad periodontal

Como ya hemos comentado, son determinadas bacterias presentes en la boca las que producen la destrucción de los tejidos que soportan el diente.

 

Hay dos detalles que me gustaría comentar:

 

  • El primero es que existe una predisposición genética. Esto significa que, aunque la enfermedad no se hereda, si hay mayor probabilidad de padecerla si familiares directos (padres, hermanos...) la tienen. Por lo tanto, las personas que tienen antecedentes familiares deben vigilarse de una manera exhaustiva y cuidar en extremo su higiene oral para evitar que se desarrolle la enfermedad.
     
  • El segundo, es que, al tratarse de una enfermedad producida por bacterias, se puede transmitir.  La transmisión no es sencilla; de hecho, son precisos múltiples contactos (una pareja estable, por ejemplo) y que haya predisposición a padecerla. Pero, en cualquier caso, y dadas las consecuencias de la periodontitis, las personas cuya pareja la presenten, deberían tener un control y vigilancia especiales.

     

 

Signos y síntomas de la periodontitis

Las encías sanas no sangran, por lo que el sangrado debe ser una señal de alarma siempre. Suele ir acompañada de tumefacción y enrojecimiento; a veces, dolor y movilidad en los dientes cuando las formas de periodontitis son avanzadas. Desgraciadamente cuando aparece la movilidad, es indicativo de que la pérdida de soporte es importante e irreversible; por ello, el diagnóstico precoz de la periodontitis es crucial y una persona que tenga estos síntomas, o que vea que sus encías se están retrayendo, debe acudir inmediatamente al dentista para su valoración. Es fundamental diagnosticar y tratar lo antes posible la enfermedad en cualquiera de sus formas ya que lo que se pierde (ligamento periodontal y hueso) no se puede recuperar.

 

Algo que la gente no suele saber es que el tabaco enmascara los síntomas. Al producir una vasoconstricción en los vasos de las encías (disminución del riego sanguíneo), la inflamación, el sangrado, etc… pueden estar muy atenuados, de modo que la enfermedad está desarrollándose (de hecho el tabaco es el principal factor de riesgo) pero pasa desapercibida.

 

Estas situaciones suelen ser muy dramáticas ya que a veces dan lugar a que el diagnóstico se realice cuando la enfermedad está muy avanzada, lo que podría ocasionar la pérdida de todos los dientes y problemas de salud general.

 

Representación de la enfermedad periodontal
Diferencias entre una boca sana y otra con enfermedad periodontal
 

 

Consecuencias de la periodontitis

Las consecuencias son tanto locales, en la boca, como a nivel general en todo el organismo.

 

En la boca, el sangrado, la inflamación y la retracción de las encías pueden producir molestias continuas en los pacientes. La retracción de las encías hace que aparezcan espacios negros entre los dientes muy antiestéticos que dan a la boca un aspecto envejecido. En fases avanzadas, habrá gran movilidad en los dientes, lo que afecta a la masticación. Finalmente, si la periodontitis progresa sin tratarse, termina por acontecer la pérdida progresiva de toda la dentición.

 

Por lo que se refiere a la salud general, en la actualidad sabemos que la enfermedad periodontal está relacionada con accidentes cerebrovasculares (ictus), diabetes, infarto de miocardio, enfermedades respiratorias, Alzheimer o incluso impotencia en varones.

 

Hay que tomarla en serio: no están en juego sólo nuestros dientes sino nuestra salud.
 

 

 

¿Cómo puede prevenirse la enfermedad periodontal?

Higiene, higiene, higiene y vigilancia y control profesional. En aquellos pacientes en los que exista predisposición por la causa que sea (agregación familiar, hábito tabáquico, diabetes, etc…), esto debe realizarse con especial insistencia. Y mucho cuidado en fumadores. El tabaco no sólo enmascara la enfermedad sino que la potencia.

 

 

El tratamiento de la enfermedad periodontal

El tratamiento depende de cada situación clínica y de la gravedad de cada caso. En general, la gingivitis se trata con una limpieza bucal siempre que se compruebe que no hay bolsas periodontales o pérdida de hueso, es decir, que no haya periodontitis. Las limpiezas se realizan con ultrasonidos e instrumentos manuales. Se limpia debajo de la encía, donde el paciente no puede limpiar a diario y, en contra de lo que ha veces se afirma, no daña los dientes. Además, el mantenimiento higiénico diario del paciente (cepillado y seda dental) es fundamental para controlar la enfermedad.

 

En el caso de que lo que exista sea periodontitis, es necesario realizar un tratamiento más profundo, lo que se denomina raspados y alisados radiculares. En este caso, la higienista limpia con instrumentos especiales (curetas) la superficie de las raíces de los dientes eliminando el sarro y la placa bacteriana que está produciendo la destrucción de hueso y encía. En algunos casos la presencia de bolsas muy profundas (la encía está “despegada” del diente), hacen necesaria la cirugía periodontal. Consiste en levantar la encía y acceder directamente a las raíces para su limpieza. Si no se realiza a tiempo, la destrucción y la perdida de hueso darán lugar a la pérdida del diente.

 

Y algo en lo que hay que insistir es en el mantenimiento. Los pacientes con esta enfermedad deben acudir a la consulta de forma periódica (cada 3,4 o 6 meses) para limpiar sus encías si desean que la enfermedad no progrese. De nada sirve tratarse una vez y luego no tener higiene diaria ni realizarse mantenimientos. La enfermedad progresará ya que no tiene cura; tiene tratamiento. Y con la colaboración del paciente es posible controlarla.

Por Dr. Eduardo Montero Solís
Odontología y estomatología

Licenciado en Odontología por la Universidad Complutense de Madrid, el Dr. Eduardo Montero ejerce actualmente en la Clínica Rosa Pulgar de Granada. Especialista en implantología y periodoncia, a lo largo de su carrera ha asistido a múltiples cursos de formación continuada, así como a ponencias y conferencias de la especialidad.

Es experto en periodoncia, implantes dentales, cirugía oral y cirugía periodontal. Autor de la Patente AB-Dentalac® Gum, también ha ejercido como profesor en la UCM. 

Ver perfil

Valoración general de sus pacientes


  • Tratamientos relacionados
  • Plasma rico en plaquetas
    Toxina Botulínica
    Rellenos faciales
    Cirugía bucal
    Cáncer oral
    Cirugía ortodóncica
    Cirugía periodontal
    Cirugía de los dientes incluidos
    Injertos óseos maxilares
    Implantes dentales
    Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, para mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, así como analizar sus hábitos de navegación. El usuario tiene la posibilidad de configurar sus preferencias AQUI.