Ojo vago ¿cómo se trata?

El ojo vago es una patología que con frecuencia se desarrolla en la infancia pero se diagnostica en la edad adulta. Consiste en la baja visión de uno o ambos ojos por una falta de uso en el periodo de desarrollo visual.

Existen diversos motivos por los que se produce el ojo vago, pero las principales causas son:

• Estrabismo: desviación de los ojos. El cerebro trata de compensarlo suprimiendo la visión de uno de los ojos para evitar ver doble.
• Defecto refractivo: la imagen que llega al cerebro no es clara y este escoge la visión del ojo con menor defecto refractivo.
• Cataratas.
• Ptosis palpebral. Los niños deben someterse a una revisión oftalmológica antes de los tres años, ya que es la forma de descartar la ambliopía antes de esa edad.

Además, se recomienda la visita al oftalmólogo de forma periódica, una vez al año, para obtener un diagnóstico precoz y tratar el ojo vago evitando su continuidad en la edad adulta.

Hay varias maneras de intuir que el pequeño puede estar sufriendo una anomalía visual, si por ejemplo:

• Se le desvía un ojo.
• Se acerca mucho los objetos a la cara para diferenciarlos.
• No identifica adecuadamente a los familiares a distancias largas.

Frecuentemente, al ver bien por un ojo, el niño se adapta con total normalidad y la ambliopía no es detectada. De ahí la importancia de acudir a una revisión rutinaria.

¿Existe tratamiento?

El mejor tratamiento, como en todo, es un diagnóstico precoz. En el caso del ojo vago consiste en corregir la causa y forzar al ojo vago a trabajar. La fórmula que mejores resultados ofrece es la oclusión del ojo sano con un parche durante un periodo de tiempo, así nos aseguraremos de que el ojo vago empieza a trabajar.

También hay otras formas de potenciar el trabajo del ojo vago como utilizar colirio dilatador para provocar la visión borrosa en el ojo sano o prescripción de gafas con graduación no necesaria.