Cómo el reflujo vesicoureteral puede impactar en la salud renal

El reflujo vesicoureteral, como su nombre indica, es el ascenso retrógrado (en sentido ascendente) de la orina desde la vejiga hacia el uréter pudiendo llegar incluso al riñón y sus cavidades.

La mayoría de los reflujos son congénitos, aunque algunos, muy pocos, son hereditarios y puede haber antecedentes en la familia o más hermanos que lo padezcan.  En otros casos el reflujo es secundario a un mal funcionamiento de la vejiga o de la coordinación del esfínter y la vejiga.

¿Cuáles son los síntomas y las consecuencias del reflujo vesicoureteral no tratado?

El reflujo por sí mimo es asintomático, manifestándose por episodios de infección urinaria sobre todo febril (pielonefritis de repetición). No obstante, algunos pacientes más mayores pueden referir dolor abdominal o renal durante la micción.

Si bien se ha demostrado que el reflujo de orina estéril no daña el riñón, su consecuencia, es decir las infecciones sí que son causa de cicatrices renales, pérdida progresiva de la función renal, hipertensión arterial y pérdida de proteínas en la orina (preteinuria).

¿Cuáles son los métodos de diagnóstico utilizados para detectar el reflujo vesicoureteral?

El único método diagnóstico válido es la cistografía. Esto es, el relleno con contraste de la vejiga mediante la colocación de una sonda y la toma de imágenes durante su relleno y durante la micción después de quitar la sonda.

Sin embargo, la primera exploración a realizar es siempre la ecografía pues nos da una información del estado de los riñones, de la vejiga y sobre todo de los uréteres. Además, es de gran utilidad la realización de estudios de Medicina Nuclear (gammagrafía renal) que informa del porcentaje de función que realiza cada riñón por separado y de la posible presencia de cicatrices en los mismos.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento disponibles para el reflujo vesicoureteral y cómo funcionan?

Básicamente encontramos dos opciones de tratamiento, el conservador y el quirúrgico:

• Tratamiento conservador: esto es esperar a la resolución espontánea del reflujo administrando o no una profilaxis antibiótica todas las noches durante una larga temporada.
• Tratamiento quirúrgico: dentro del tratamiento quirúrgico tenemos varias opciones:  la más empleada actualmente es el tratamiento endoscópico que tiene la ventaja de ser muy poco agresivo y con una tasa considerable de curaciones y muy bajo riesgo; por otro lado, la cirugía abierta clásica, muy fiable y resolutiva, y la cirugía similar pero realizada por laparoscópica. Tras valorar todos los factores que concurren en el paciente, será el especialista en Urología infantil el que decidirá el tipo de tratamiento más adecuado para cada niño.

¿Cuáles son las recomendaciones para la prevención y el manejo del reflujo vesicoureteral en niños?

Al ser la mayoría de origen congénito, no hay forma de prevenirlo, salvo en los casos con antecedentes familiares donde la realización de una ecografía nos puede servir de despistaje (screening) para aclarar pronto el diagnóstico y no dar lugar a la aparición de infecciones ni sus secuelas. 

En general, el manejo es conservador en los primeros años de vida y mediante la administración de unas dosis mínimas de antibiótico todas las noches (profilaxis).

En los casos con presencia de infecciones pese a la profilaxis o con deterioro progresivo de la función del riñón o sin mejoría evidente del reflujo con el paso del tiempo, estará indicado el tratamiento quirúrgico, por endoscopia (a través de la uretra) la mayor parte de las veces o por cirugía, pero siempre será el urólogo el que considerando todas las particularidades del caso determine la opción más indicada para el niño.