¿Qué tipos de hambre existen?

Autore: Inés Pérez Martí
Pubblicato:
Editor: Albert González

Cuando nos viene el gusanillo del hambre, muchas veces en realidad no es hambre real. Deberíamos averiguar qué tipo de hambre tenemos para poderla gestionar. Existen 9 tipos de hambre: visual, olfativa, de oído, de boca, de estómago, de tacto, celular o corporal, mental y de corazón.

 

Según Jan Chozen Bays, una monja zen, pediatra y autora del libro “Comer atentos”, considera el tener hambre un proceso complejo en el que intervienen diferentes tipos de hambre.

 

Jan Chozen tiene identificados 7 tipos de hambre, aunque en la actualidad se están describiendo algunos tipos de hambre más. De todos los tipos de hambre, la de estómago, se puede decir que es la que identificamos como hambre física, sin embargo, hay otros tipos de hambre que influyen en ese complejo proceso que es tener hambre.

 

Experimentar varios tipos de hambre es normal en todas las personas, pero el problema se produce cuando alguna de las hambres predomina sobre las demás y nos hace perder el equilibrio que se da entre todas las hambres.

 

Experimentar varios tipos de hambre es normal.

 

Os iremos explicando de qué va cada una de ellas para que podáis identificarlas y torearlas (o gestionarlas):

  • Hambre visual: ¡comer por los ojos! Estás en un restaurante, has acabado tu primer y segundo plato, estás satisfecha y el camarero desfila un surtido de postres irresistibles.
  • Hambre de olfato: ¡huele que alimenta! Muchos restaurantes nos atraen a través de los olores. El olfato se comunica con el sistema límbico, nuestro cerebro primitivo.
  • Hambre de oído: ¡mmmm que crujientes estas chips! El crujir del pan recién hecho y hambre que se sacia con el sonido que produce el masticar según que alimentos.
  • Hambre de boca: placer total a través de nuestra lengua, con la boca llena, saboreando al máximo, deseando tener sensaciones placenteras. Identificar sabores: dulce, salado, graso…
  • Hambre de estómago: cuando nos crujen las tripas. Muchas veces se puede confundir con la sed y no con el hambre. La ansiedad y el estrés se reflejan en el estómago. El decir “tengo un nudo en el estómago” es similar a la sensación de estómago vacío.
  • Hambre de tacto: tacto en la boca, simplemente el placer de tocar un alimento: porque es blandito, suave…. También la sensación de tocar un alimento, por ejemplo, el coger nata con el dedo.
  • Hambre celular: es el hambre biológica. Lo que me pide mi cuerpo en ese momento, nos pide determinados nutrientes inconscientemente. Por ejemplo: en verano escogemos alimentos más hidratantes mientras que en invierno más calóricos.
  • Hambre mental: autocritica. ¡He comido demasiado! Personas que todo el rato cuentan calorías, miedo a comer algo y auto culparse. La mente no se alimenta de comida, se alimenta de opiniones, argumentos, miedos. También se refiere a toda la información que acumulamos sobre alimentos buenos, malos o que deberíamos o no deberíamos comer.
  • Hambre de corazón: mi madre cocinaba tan bien……amor y armonía en la cocina. Se llena con la comida un vacío de búsqueda de ese amor y armonía. Debemos aprender a alimentar el corazón sin el uso de alimentos. Hambre ligada a emociones, nos reconforta.
*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Inés Pérez Martí
Nutrizione e Dietetica

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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