Hernia de hiato y reflujo: aliviar el ardor de estómago con tratamientos efectivos

Autore: Dr. Enrique de Madaria Pascual
Pubblicato:
Editor: Marga Marquès Gener

Uno de los síntomas digestivos más frecuentes es el ardor o acidez de estómago. Para saber cómo se produce repasaremos qué son y qué funciones tienen el esófago y el estómago.

 

  • El esófago es un tubo hecho de potentes músculos que transporta la saliva, la comida y bebida que tragamos desde la boca hasta el estómago. De esta forma, el esófago comienza a nivel del cuello, se extiende a través del pecho y termina en la parte alta del abdomen al unirse al estómago.
  • El estómago tiene forma de bolsa, recibe todo lo que comemos y bebemos en la parte alta del abdomen. Las paredes del estómago pueden distenderse mucho al recibir comida y bebida. En general cabe un litro de alimento en el estómago, pero si se fuerza puede llegar hasta a 4 litros de volumen.

 

El estómago es un órgano importante en la digestión. En sus paredes hay glándulas que producen ácido clorhídrico, un ácido muy potente, y pepsina, una proteína especializada en digerir precisamente las proteínas de la dieta. La pepsina se activa con el ácido y, así, alimentos como la carne o las proteínas de la leche se rompen en pequeños fragmentos.

 

Esta rotura en moléculas cada vez más pequeñas de las partes esenciales de los alimentos es la digestión, y es un proceso necesario para que puedan absorberse los alimentos, una vez desmenuzados en sus partes más pequeñas, más sencillas, más fáciles de entrar por el intestino a nuestro cuerpo. Además, el ácido esteriliza el contenido del estómago, mata los microorganismos que ingerimos.

 

Las hernias de hiato pequeñas son muy frecuentes, y en general su única
importancia es que predisponen a que haya reflujo gastroesofágico

 

El esófago y el estómago están recubiertos en su interior por una superficie que se llama mucosa, pero la mucosa de ambos es muy diferente. La del esófago es sensible al ácido y a la pepsina, la del estómago es resistente a esas sustancias. Para que el esófago no se dañe por el contenido ácido del estómago, éste termina en un esfínter, un músculo circular muy potente, el esfínter esofágico inferior, un cierre que protege al esófago del ácido y la pepsina al cerrarse, evitando que ascienda el contenido gástrico, pero que se relaja al tragar comida y bebida para que puedan éstos bajar desde el esófago al estómago.

 

En la mayor parte de las personas, el esfínter esofágico inferior es muy útil sellando el final del esófago de forma que se impide el paso del ácido y la pepsina desde el estómago. Desafortunadamente en algunas personas el esfínter se relaja de forma indebida, permitiendo que pase contenido del estómago al esófago. Esto se llama reflujo gastroesofágico.

 

El ácido y la pepsina dañan la mucosa esofágica, lo que produce sensación de ardor a nivel del pecho, una sensación muy molesta.

 

Además, si la relajación del esfínter es importante, puede subir una cantidad importante de contenido gástrico hasta la garganta, síntoma muy molesto que se llama regurgitación, y que nos puede dar tos si llega a las vías respiratorias, por ejemplo, cuando estamos tumbados, al dormir.

 

Mucha gente tiene acidez de forma muy ocasional, pero aquellas personas que la tienen con la suficiente frecuencia o intensidad como para deteriorar su calidad de vida decimos que padecen enfermedad por reflujo gastroesofágico.

 

¿Cuáles son los factores de riesgo del reflujo gastroesofágico?

Hay una serie de factores que predisponen al reflujo:

  • Obesidad.
  • Embarazo.
  • Ciertos fármacos.
  • La presencia de hernia de hiato.

 

Además, ciertos alimentos relajan el esfínter esofágico inferior facilitando que se produzca reflujo, como es el caso de las grasas, chocolate, menta, cafeína, alcohol y tabaco.

 

Cuando la acidez ocurre de forma infrecuente se puede tratar con un antiácido, que neutraliza el ácido del estómago de forma que ya no se daña la mucosa esofágica. Si es frecuente se administra omeprazol y fármacos similares (inhibidores de la bomba de protones) que impiden que se forme ácido en el estómago siendo muy efectivos en tratar el ardor.

 

Los pacientes que toman esta medicación pueden consumir esos alimentos que nos predisponen al reflujo, ya que es muy efectiva. En aquellos pacientes que tienen mucha regurgitación, problemas con la medicación o ésta es poco efectiva, hay una operación que refuerza el esfínter esofágico inferior.

 

Comprendiendo la hernia de hiato

Para terminar, explicaremos qué es la hernia de hiato. Hay un músculo, el diafragma, que al contraerse nos hace respirar. El diafragma hace una bóveda que separa el pecho (tórax) del abdomen. Esta bóveda muscular tiene un orificio por el que pasa el esófago, que se une al estómago nada más adentrarse en la parte alta del abdomen. Cuando parte del estómago se introduce (se hernia) hacia el pecho, pasa por ese orificio del diafragma hacia arriba, hablamos de hernia de hiato.

 

Pequeñas hernias de hiato son muy frecuentes, y en general su única importancia es que predisponen a que haya reflujo gastroesofágico, aunque podemos tener una de estar hernias y que no nos de problemas. Si es muy grande, puede dar molestias y en casos muy raros, puede obstruirse el estómago al torcerse la hernia en el tórax y dar dolor intenso.

 

Pequeñas hernias sin importancia no requieren tratamiento (a menos que tengan reflujo, que se da el tratamiento a dicho reflujo). Las hernias muy grandes o que se asocian a molestias o a reflujo que no responde bien a medicación pueden operarse mediante cirugía.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dr. Enrique de Madaria Pascual
Gastroenterologia

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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