¿Has oído hablar de la patología del codo de tenista? La epicondilitis.

Se conoce como Epicondilitis, o codo de tenista, a la patología que afecta a la cara externa del codo, causada por un uso excesivo de movimientos repetitivos.

Este uso repetido de movimientos produce una sobrecarga en los tendones de la protuberancia externa del codo, provocando así dolor muscular en dedos y muñecas e impotencia funcional en el miembro.

¿A qué profesionales suele afectar más el codo de tenista?

Pese a su conocido nombre, codo de tenista, este no es al colectivo que más afecta. La gran mayoría de casos provienen de trabajadores como carpinteros, pintores, limpiadores, carniceros, entre otros.

Profesiones cuyo trabajo se realice mediante el uso de objetos en los cuales deben ejercer fuera de forma constante y reiterada.

¿Qué síntomas presenta?

Normalmente, los síntomas se desarrollan de manera gradual, con molestias leves que empeoran tras las primeras semanas o meses.

Estos se suelen manifestar como dolor en la zona exterior del codo, pérdida de fuerza en el agarre y debilidad muscular. Si se repite la actividad que los causa pueden llegar a empeorar, en cambio, con reposo o inactividad, pueden mejorar relativamente.

Tratamientos

Lo primero que debemos tener en cuenta es el cese de aquella actividad o movimiento que nos cause el dolor.

En aquellos casos los cuales no se pueda frenar la actividad, es recomendable el uso de brazaletes antebraquiales, cincha o incluso de epicondilitis. Estos, al colocarlos en la zona lesionada, alivian la tensión y reducen el impacto de los movimientos que la provocan.

Otro tipo de tratamientos serian las infiltraciones, que pueden llegar a reducir e incluso, en casos concretos, eliminar por completo el dolor del paciente. A pesar de ello, las infiltraciones no consiguen curar la lesión, simplemente evitan la sensación de dolor.

La fisioterapia, el mejor aliado para combatir la patología

Actualmente, el tratamiento más efectivo para tratar el codo de tenista es la fisioterapia. Esta aborda la lesión desde diferentes técnicas y consigue los mejores resultados en un periodo de tiempo relativamente corto.

Las técnicas más utilizadas serian la electroterapia, masoterapia, crioterapia, punción seca, los estiramientos, kinesiotaping y los vendajes funcionales. Por otro lado, es importante el ejercicio terapéutico, que en todo caso la clínica deberá adaptar según las necesidades del paciente.

Todo con el fin de aliviar el dolor y conseguir una recuperación funcional para mejorar la vida laboral y personal de este.