¿Cómo podemos mantener una buena higiene oral?

En la boca existen más de 700 especies de bacterias, unas nos protegen y otras son dañinas, pueden producir inflamación de encías, caries y otras patologías. La diferencia entre que las bacterias nos protejan o nos dañen la cavidad bucal es debido a los residuos que queden en la boca y la descomposición de estos. 

Nuestro organismo se defiende de esos residuos descompuestos por las bacterias con inflamación de encías, sangrado y mal aliento. No es suficiente cepillarse los dientes después de las comidas, ya que los residuos se filtran por todos los espacios disponibles, entre muelas, dientes, debajo de las coronas o rehabilitaciones como puentes sobre implantes.

Consejos para mejorar la higiene bucal

No se recomienda el uso de colutorios, ya que enmascaran el daño que pueden hacer los residuos sin eliminar. Las bacterias necesitan más de 24 horas de residuos sin eliminar para atacar esos residuos y descomponerlos, de esta manera, cada 24 horas deberíamos de ser muy cuidadosos y retirar a fondo los residuos con métodos mucho más completos que un simple cepillado. Esto incluye métodos de limpieza interproximal, es decir, entre diente y diente. Para esto se pueden utilizar la seda, el hilo dental, cepillos interproximales o el irrigador oral. Los cepillos eléctricos a veces tampoco llegan a espacios de difícil acceso, por lo que en caso de utilizarlos, también es necesario completar la higiene bucal con métodos interproximales. 

De los métodos interproximales, la seda es más efectiva en personas jóvenes y se debe utilizar como mínimo en la limpieza nocturna, antes de acostarnos , cuando ya no se van a ingerir más alimentos , para personas de más edad o con rehabilitaciones como coronas, puentes o implantes es más efectivo el irrigador oral porque el agua a presión llega en más profundidad a zonas de retención difíciles. Es importante colocar la punta siempre mirando hacia las raíces, es decir, en la parte superior hacia arriba y en la parte inferior hacia abajo, siempre bordeando el diente y sintiendo la presión de agua en las encías. El irrigador debe tener suficiente presión para eliminar todos los residuos de alimentos .Por otro lado, el cepillo dental se debe cambiar cada 2 meses como máximo, al igual que los cabezales de los cepillos eléctricos. 

Estas normas de higiene deberían ser suficientes para tener un correcto mantenimiento de nuestra boca, manteniendo a raya las bacterias que se convierten en patógenas.

Además, se recomeinda visitar al dentista cada 6 meses, en casos de problemas de encías, para poder valorar la eficacia del mantenimiento en casa y ver si es necesario realizar tratamientos de encías como curetaje de las zonas de la boca que estén afectadas. De esta manera, evitamos todas las enfermedades del soporte dentario como gingivitis, periodontitis, pérdidas de hueso sano, y caries y, a largo plazo, también evitamos que los dientes se aflojen y terminemos perdiéndolos.