Incontinencia urinaria: los tratamientos más efectivos

Written by: Dr. Joaquín Grande Gómez
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Edited by: Top Doctors®

La incontinencia urinaria es un hallazgo muy frecuente en la mujer, causa de morbilidad, especialmente en la mujer postmenopáusica, pero también presente en mujeres jóvenes, especialmente en las que han tenido hijos por parto vaginal.

 

¿Qué tipos de incontinencia urinaria hay?

Existen dos tipos: la incontinencia urinaria de esfuerzo y la incontinencia de urgencia. La incontinencia urinaria de esfuerzo está más relacionada con alteraciones anatómicas y la distensión producida en las estructuras musculares y tendinosas del suelo pélvico, con el paso de los años, por alteración de la calidad de los tejidos y por los partos, pues su incidencia está relacionada con el número de partos y la dureza de los mismos.

 

Por otra parte, tenemos la incontinencia de urgencia, provocada por múltiples causas, no siempre conocidas que producen una hiperactividad de la musculatura de la vejiga.

Por último, en misma paciente se pueden dar ambas causas de incontinencia, originando lo que denominamos incontinencia urinaria mixta.

 

La incontinencia urinaria es muy frecuente en la mujer postmenopáusica

 

Son relativamente fáciles de distinguir. La IUE (Incontinencia Urinaria de Esfuerzo) se manifiesta con la pérdida de orina ante esfuerzos que provoquen un aumento de la presión intraabdominal, como puede ser correr, subir o bajar escaleras, la tos o la risa, entre otras muchas. La IUU (Incontinencia Urinaria de Urgencia) provoca episodios agudos de ganas de orinar, que en ocasiones producen la micción sin poder controlarla antes de llegar al baño. Es decir, se caracteriza por la urgencia de micción que manifiesta con amargura la paciente. Obviamente, en ambos casos, se puede observar una gran variedad en el grado de manifestaciones clínicas, dependiendo de la gravedad en cada paciente.

 

En la práctica clínica, es mucho más frecuente la IUE que la IUU. Los especialistas en Ginecología estamos habituados a que las pacientes nos lo manifiesten, aunque en mi experiencia, muchas otras lo callan, bien por vergüenza, por resignación u omisión.

 

¿Cómo se puede tratar?

En los últimos años contamos con más recursos para su abordaje. En el pasado, en los grados más severos se recurría, y se sigue recurriendo, a la colocación de una malla suburetral (nosotros ponemos el TOT). Con esta técnica, se consigue corregir el defecto anatómico en la uretra y una presión sobre la misma, que provoca un incremento en la necesidad de presión vesical para que se produzca la micción.

 

El problema eran las IUE más leves, no susceptibles a la colocación del TOT. Nosotros desde hace años usamos el láser vaginal. Este se comenzó a utilizar con el fin del rejuvenecimiento vaginal en las pacientes que presentaban atrofia vaginal asociada a la menopausia u otras causas. Fue un hallazgo casual que muchas de ellas manifestasen que su IUE había disminuido o, incluso, desparecido. El mecanismo de acción, inicialmente no conocido, es gracias a la capacidad de regeneración tisular que produce el láser. Como la uretra está muy cerca de la pared vaginal anterior, de hecho, son contiguas anatómicamente, se produce un engrosamiento de las paredes de la uretra. Por la Ley de Laplace se precisa una mayor presión en el flujo urinario para que atraviese una uretra del mismo diámetro luminal, pero con paredes más gruesas inducidas por el láser. Es verdad que es un método no definitivo, pero se puede repetir sin complicaciones esperables.

 

Recientemente, fue de nuestro conocimiento una nueva técnica, ideada y ejecutada por el Dr. Ariel Luksenburg. Consiste en la colocación de PRP (Plasma Rico en Plaquetas) junto con unos hilos reabsorbibles en el espacio parauretral lateral y en el espacio uretro-vaginal.

 

Hemos sido los primeros en España en importar dicha técnica, acudiendo a nuestro Hospital San Rafael para enseñarnos. En el momento de la publicación, llevamos ya 12 casos realizados. De los 12, 11 han sido un éxito desde la primera inserción. Solo una paciente ha vuelo a tener incontinencia, pero también es cierto que la segunda sesión de PRP que se coloca al mes de la primera se postergó más de dos meses.

 

Es una técnica esperanzadora por varios motivos: tiene la ventaja de ser un material reabsorbible, no como la malla de TOT, y, por lo tanto, se puede repetir con el tiempo; se realiza en consulta bajo anestesia tópica con una crema media hora antes del procedimiento; no tiene complicaciones esperables, salvo un pequeño sangrado vaginal en la inserción de los hilos.

 

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr. Joaquín Grande Gómez
Obstetrics & Gynecology

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