Adenomas hipofisarios: del diagnóstico a la recuperación

Written by: Dr. Fernando Muñoz Hernández
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Edited by: Marga Marquès Gener

El adenoma hipofisario es un tumor benigno de lento crecimiento que se origina en las células que forman la glándula hipófisis. Esta glándula llamada pituitaria o hipofisaria regula la función de otras glándulas del cuerpo para que secreten hormonas muy importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo.

 

Los tumores hipofisarios son relativamente comunes y se manifiestan con una frecuencia aproximada de 1 de cada 1000 adultos. La gran mayoría son tumores benignos y de lento crecimiento. Por otro lado, los tumores hipofisarios malignos son extremadamente raros.

 

Los adenomas pituitarios generalmente se desarrollan en adultos mayores, pero pueden ocurrir en niños. Aunque la mayoría de los adenomas hipofisarios son inofensivos, algunos pueden causar problemas graves, que pueden derivar de su gran tamaño o bien de la secreción excesiva de hormonas.

 

El adenoma hipofisario es un tumor benigno de lento crecimiento
que se origina en las células que forman la glándula hipófisis

 

¿Qué tipo de adenoma hipofisario existen?

El adenoma hipofisario se puede clasificar según el tamaño y si son productores de hormona o no.

 

Según el tamaño se clasifican en:

  • Macroadenomas: mayores de 1 cm (70-90%): pueden comprimir las estructuras adyacentes, causando problemas como la pérdida de visión. Los tumores grandes afectan la función de la hipófisis y pueden causar deficiencias de hormonas (hipopituitarismo).
  • Microadenomas: menores de 1 cm. Se suelen diagnosticar bien como un hallazgo casual (al estudiar algún tipo de dolencia no relacionada con la hipófisis) o bien porque haya un tumor que secreta más hormona de lo habitual.

 

Según la producción de hormonas:

  • Funcionantes: (productores de hormonas) secretan en exceso una o más hormonas:
    • Hormona de crecimiento (GH): producen una enfermedad llamada acromegalia en el adulto o bien gigantismo en edad infantil.
    • Hormona adrenocorticotrópica (ACTH): producen una enfermedad llamada síndrome de Cushing. Se traduce en un exceso de cortisol en el cuerpo con los problemas que ello conlleva.
    • Prolactina (PRL): producen alteraciones menstruales, galactorrea, etc.
    • Hormona estimulante de la tiroides (TSH): produce hipertiroidismo.
    • Hormonal luteinizante (LH): muy poco frecuente.
    • Hormona folículo estimulante (FSH): muy poco frecuente
  • No funcionantes: no secretan hormonas. Se suelen diagnosticar bien como hallazgo casual (al realizar una resonancia magnética por otro síntoma no relacionado) o bien por la compresión de los nervios de la vista produciendo pérdida de visión.

 

Los síntomas más comunes del adenoma hipofisario

Los síntomas más comunes del adenoma hipofisario son los siguientes:

  • Alteraciones visuales como pérdida del campo visual, visión borrosa y menos frecuentemente visión doble o uno de los párpados caído.
  • Dolor de cabeza.
  • Cansancio y somnolencia.
  • Todos aquellos síntomas relacionados con la hipersecreción hormonal: aumento de peso, crecimientos de pies y manos, enrojecimiento facial, aumento del vello en el cuerpo, salida de leche por los pechos, etc.

 

¿Cómo se realiza el diagnóstico del adenoma hipofisario?

En primer lugar, es necesario realizar un examen físico donde el médico analizará cualquier problema de visión borrosa y de campo visual (pérdida de la visión lateral (periférica) o de la capacidad de ver en ciertas áreas). 

 

Después, se realiza un análisis de sangre para evaluar el nivel de hormonas que depende de la glándula hipófisis, en busca de una hipersecreción hormonal. Si el tumor es productor de hormona pueden producir demasiada cantidad de una o más hormonas y puede manifestarse con varios síntomas.

  • Síndrome de Cushing: el nivel de la hormona cortisol está más alto de lo normal.
  • Gigantismo o acromegalia: en el caso de un nivel de hormona del crecimiento mayor en niños se producirá gigantismo y en el caso que esto se produzca en adultos hablaremos de acromegalia.
  • Hipertiroidismo: la glándula tiroides produce excesiva cantidad de hormonas; este síntoma es bastante inusual en los afectados por un adenoma hipofisiario.
  • Secreción y producción de leche: Puede darse en hombres y en mujeres (galactorrea), debido a un aumento de la secreción de prolactina.
  • Amenorrea: Períodos menstruales ausentes o irregulares en las mujeres, por alteración de las hormonas sexuales.

 

El examen radiológico más relevante para diagnosticar un adenoma hipofisario es la resonancia magnética (RM) cerebral. También puede diagnosticarse mediante una tomografía computerizada (TC) craneal, aunque la definición del tumor con respecto a la glándula hipofisaria sana es mucho peor.

 

Si el tumor llega a contactar con los nervios ópticos, se solicita una campimetría visual que estudia la visión central y periférica del ojo.

 

Estrategias terapéuticas para el tratamiento del adenoma hipofisario

La cirugía es el tratamiento más utilizado para los adenomas hipofisarios. El tratamiento es necesario para tumores productores de hormona y/o que sean grandes. Sin embargo, los adenomas no productores de hormona pequeños y asintomáticos (incidentalomas) se vigilan mediante la realización de RM hipófisis periódicas. No se tratan necesariamente a menos que crezcan.

 

  • Cirugía tumor hipofisario: la mayoría de los adenomas hipofisarios se extirpan por la nariz (abordaje transesfenoidal). Actualmente la cirugía de los adenomas hipofisarios se realiza mediante un abordaje endoscópico realizado por un grupo experto en cirugía de base de cráneo mínimamente invasiva. Esta operación se realiza mediante un endoscopio o cámara que nos permite dirigir los diferentes instrumentos que se introducen por las fosas nasales, con el fin de atravesar varias estructuras mucosas y óseas hasta llegar a la silla turca que es el hueso donde descansa la glándula hipófisis y el tumor. Una vez abierta la silla turca se puede extirpar el tumor. Uno de los beneficios de este tipo de abordaje es que permite a los neurocirujanos extirpar el tumor sin tocar el cerebro. Aunque los riesgos de la operación dependen del tamaño y localización del tumor, suele ser una operación con una baja probabilidad de complicaciones.
  • Medicamentos: en ocasiones se recetan medicamentos en lugar de cirugía o para el tratamiento de complicaciones después de la cirugía. Hay medicamentos disponibles para bloquear la producción de exceso de hormonas o corregir las deficiencias de hormonas. En el caso de los adenomas productores de prolactina el tratamiento inicial recomendado es mediante medicamentos que habitualmente reducen el exceso de hormona y el tumor. En caso de que no se reduzca, se deberá realizar la cirugía.
  • Radioterapia: la radiación se usa para destruir el tumor cuando la cirugía sola es inadecuada o cuando un paciente es un mal candidato para la cirugía. La radioterapia no proporciona resultados inmediatos y los pacientes pueden tardar años en lograr el efecto completo.
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By Dr. Fernando Muñoz Hernández
Neurological Surgery

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