Embarazo de riesgo: reducir riesgos y garantizar una gestación saludable mediante pruebas prenatales

En la actualidad, los embarazos en edad avanzada siguen generando interrogantes y preocupaciones sobre los riesgos y complicaciones asociadas a esta etapa de la vida.

En este artículo, exploraremos los desafíos y oportunidades que enfrentan las mujeres que optan por un embarazo en edad avanzada, así como las pruebas prenatales y hábitos saludables que pueden contribuir a un embarazo exitoso y seguro para la madre y el bebé.

Para ello, contamos con la colaboración de la Dra. Ana Fernández Molina, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Centro de Asistencia Integral de la Mujer Andalucía.

A partir de los 35 años consideramos un embarazo en mujer de edad avanzada, ya que a partir de esta edad es cuando aumentan los riesgos asociados al embarazo, como son:

  • Diabetes gestacional.
  • Hipertensión.
  • Preeclampsia.
  • Aborto.
  • Cromosomopatías y malformaciones fetales.
  • Parto prematuro.
  • Cesárea.

Este tipo de complicaciones tiene una relación directamente proporcional con la edad, es decir, a mayor edad, mayor es el riesgo de padecerlas.

Por este motivo, en estos casos, es importante la realización de una serie de pruebas o exámenes prenatales para evaluar la salud del feto y la madre durante el embarazo. Como dice la Dra. Fernández, “la clave es el diagnóstico de las posibles complicaciones para poder actuar sobre ellas y para ello es fundamental las pruebas de screening”.

¿Qué pruebas prenatales se recomienda realizar para evaluar la salud del feto y la madre durante el embarazo?

Las pruebas que se deben realizar son:

  • Test de O’Sullivan: para detectar una posible diabetes gestacional adelantaremos la prueba de screening (test de O’Sullivan) al primer trimestre en vez de esperar al segundo trimestre como se hace en los embarazos de bajo riesgo, de esta forma, podremos detectarla antes y así trataremos a la paciente de forma precoz y podremos evitar complicaciones derivadas de esta patología.
  • Prueba de screening: en el caso de la preeclampsia también realizaremos un screening en el primer trimestre teniendo en cuenta algunas características y antecedentes de la paciente, marcadores bioquímicos que obtenemos de la analítica y medidas tomadas por ecografía del flujo de las arterias uterinas, combinando todos estos parámetros se obtiene una probabilidad de riesgo de padecer preeclampsia a lo largo del embarazo, de manera que si saliera alto riesgo le pautaremos a la paciente aspirina de 150mg hasta la semana 36 de embarazo para reducir este riesgo.
  • Test prenatal no invasivo: en cuanto a la detección de cromosomopatías fetales, además de la realización del triple screening del primer trimestre en el que se combina edad materna con bioquímica con ecografía, informaremos a la paciente de la posibilidad de realizarse un test prenatal no invasivo (se puede realizar a partir de la semana 10 de gestación) el cual tiene una sensibilidad y especificidad del 99% en cuanto a detección de síndrome de Down y similares para detección de otras cromosomopatías (síndrome de Patau, Edwards, Turner, Klinefelter…).
  • Ecografía morfológica precoz: a todas las pacientes, pero en especial a las de edad avanzada a causa del aumento de incidencia de malformaciones fetales, se les recomienda realizar una ecografía morfológica precoz en la semana 16 y no demorarla hasta la 20.

Actualmente, la edad biológica no se corresponde con la edad social y laboral para tener hijos, de manera que la mayoría de nuestras pacientes embarazadas rondan más de 35 años. Como hemos dicho antes, esto conlleva una serie de riesgos, pero también es una realidad en la que se ha avanzado muchísimo, tanto en la detección como en el tratamiento de las diferentes patologías.

Además, hoy en día los ginecólogos estamos mucho más familiarizados en el manejo de estas complicaciones; es nuestro día a día en consulta y la inmensa mayoría de las veces tienen solución.

Recomendaciones para tener un embarazo más saludable y reducir los riesgos asociados a la edad

Para una paciente de bajo riesgo es importantísimo la alimentación y el ejercicio previo y durante el embarazo, de manera que en las embarazadas de cierta edad esto cobra aún más importancia.

Está científicamente demostrado que unos buenos hábitos alimenticios y de ejercicio, para llegar al embarazo en forma y con un peso óptimo, contribuyen a reducir el riesgo de complicaciones como, por ejemplo, la hipertensión, diabetes, tasa de cesáreas, abortos e incluso de malformaciones fetales.

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