Curiosidades sobre los dientes

rbb2_43Los dientes y el esmalte son los protagonistas de la segunda edición de datos curiosos, la iniciativa que la Clínica Dental Padrós inició el pasado 14 de abril para conmemorar su 50 aniversario.

Los humanos adultos poseemos 4 incisivos, 2 caninos, 4 premolares y 6 molares repartidos entre la parte superior e inferior de la boca. En total 32 dientes. A todos estos hay que sumar los 20 dientes temporales, más conocidos como dientes de leche, y que empiezan a desarrollarse en el cuarto mes de la vida intrauterina.

En el mundo animal la variedad de denticiones es sobrecogedora. La jirafa es, sorprendentemente, la que más se parece a nosotros en el número de dientes. Los elefantes, en cambio, pueden desarrollar caninos de 3 metros de longitud y 120 kilos de peso. Los roedores poseen unos incisivos que no paran nunca de crecer, compensando así la velocidad de su desgaste. Otra curiosidad, el pez gato es el animal que ostenta el récord de dientes, con un total de 9.280 piezas.

Fragilidad y rotura

Aun siendo estructuras muy duras que se conservan muchísimo tiempo, y que, además, fosilizan con facilidad, convirtiéndose así en protagonistas de los grandes yacimientos arqueológicos, los dientes son susceptibles de sufrir fracturas. Los más débiles son los premorales, o bicúspides del maxilar superior (los que están por detrás de los caninos) y los incisivos, que pueden fracturarse si reciben algún golpe frontal.

Otra manera que tienen muchas personas de dañarse los dientes es apretarlos, sobre todo, por las noches. Lo hacen en 3 o 4 periodos de unos 10 a 30 minutos cada uno y emplean una fuerza inaudita, de alrededor de unos 100 a 200 Kg. Algunas personas, además de apretar los dientes, los frotan y, consecuentemente, los desgastan más.  Los dentistas pueden evitar este proceso confeccionando placas de descarga para uso nocturno.

El esmalte

El esmalte de los dientes es una estructura adamantina que forman milagrosamente unas delicadas células llamadas ameloblastos. Está formado por sutiles prismas cristalinos de hidroxiapatita con un 10% de colágeno. Posee una dureza que sólo es superada por el diamante de ahí que las fresas de trabajo de los dentistas estén fabricadas con pedacitos de esta piedra preciosa.

Contrariamente a lo que se cree, las muelas no entran en contacto franco entre si durante la masticación. Es sorprendente, que el verdadero contacto fisiológico entre las muelas superiores e inferiores se produce al tragar cualquier alimento, incluso agua o nuestra propia saliva.

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