Recuperación después de la cirugía de hiperplasia benigna de próstata: consejos para vivir sin molestias

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una condición común en hombres mayores, caracterizada por el agrandamiento no canceroso de la próstata. Cuando los síntomas de la HBP afectan significativamente la calidad de vida y no responden adecuadamente a tratamientos conservadores, puede ser necesario considerar opciones quirúrgicas.

En este artículo, responderemos a las preguntas más frecuentes que los pacientes suelen hacer sobre el tratamiento quirúrgico de la HBP, proporcionando información clara y fácil de entender para ayudar a entender mejor esta opción.

¿Qué es la HBP y cómo afecta mi calidad de vida?

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un agrandamiento no canceroso de la próstata que puede obstruir el flujo de orina y causar síntomas urinarios molestos.

Estos síntomas pueden incluir:

• Dificultad para orinar.
• Micción frecuente y nocturna.
• Sensación de no vaciar completamente la vejiga.

Cuando estos síntomas se vuelven graves y afectan la calidad de vida, el tratamiento quirúrgico puede ser considerado para aliviar las molestias.

¿Cuándo se recomienda la cirugía para tratar la HBP?

La cirugía para la HBP se considera cuando los síntomas son graves y no mejoran con medicamentos u otras terapias, cuando hay complicaciones como retención urinaria aguda o infecciones recurrentes del tracto urinario, o cuando hay otras complicaciones del tracto urinario superior debido a la HBP. También es una opción cuando la medicación genera efectos secundarios que no son tolerables para el paciente.

¿Qué tipos de cirugía se utilizan para tratar la HBP?

Existen varias opciones quirúrgicas para tratar la HBP, siendo las más comunes la resección transuretral de la próstata (RTUP), la fotovaporización con láser verde y la enucleación prostática con láser (HoLEP). La RTUP y la HoLEP implican extirpar el tejido prostático agrandado a través de la uretra. La RTU de próstata se realiza con energía bipolar, mientras que la HoLEP utiliza un láser de holmio o tulio para cortar y eliminar el tejido prostático.  El láser verde fotovaporiza el tejido, de manera que se elimina directamente con la orina en fragmentos microscópicos.

Los tres procedimientos son efectivos y mínimamente invasivos, con tiempos de recuperación más cortos que las cirugías abiertas tradicionales. El beneficio fundamental del láser verde es el menor riesgo de sangrado, especialmente interesante en pacientes que toman anticoagulantes, antiagregantes o con patologías sanguíneas.

¿Cuál es el procedimiento de recuperación después de la cirugía de HBP?

El tiempo de recuperación después de la cirugía para la HBP varía según el tipo de procedimiento y la salud general del paciente.

En general, los pacientes pueden esperar permanecer en el hospital por uno o dos días, seguidos de un período de recuperación en casa. Es importante seguir las indicaciones del médico en cuanto a la actividad física, medicamentos y cuidado de la herida para asegurar una recuperación sin complicaciones.

¿Existen riesgos asociados con la cirugía para la HBP?

Como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos potenciales asociados con la cirugía para la HBP. Estos pueden incluir sangrado, infección, problemas urinarios (incontinencia o estrechez de la uretra), disfunción eréctil y eyaculación retrógrada (eyaculación hacia la vejiga en lugar de hacia afuera).

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos riesgos son relativamente bajos y que la mayoría de los pacientes experimentan mejoras significativas en los síntomas después del procedimiento.

¿Qué cambios en mi estilo de vida debo hacer después de la cirugía?

Después de la cirugía para la HBP, es importante mantener un estilo de vida saludable para promover una recuperación óptima. Esto puede incluir mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta equilibrada y evitar el tabaco y el exceso de alcohol.

Además, es fundamental seguir las recomendaciones del urólogo en cuanto a medicamentos y revisiones periódicas para monitorear la salud de la próstata a largo plazo.