¿Qué es la vasculitis?
Las vasculitis son un grupo numeroso y heterogéneo de enfermedades, que tienen en común una inflamación de los vasos sanguíneos, que se estrechan y ocasionan una falta de riego sanguíneo en los tejidos.
Causas de vasculitis
Existen numerosas causas de vasculitis. Se clasifican en dos tipos:
- Primarias: cuando se desconoce el origen de la enfermedad.
- Secundarias: cuando están derivadas de otras enfermedades de base o por la administración de fármacos.
Formas primarias de vasculitis
Las formas primarias son de causa desconocida, poco frecuentes y habitualmente más graves.
La vasculitis primaria más frecuente, que afecta aproximadamente a una de cada 500 personas mayores de 50 años, es la arteritis de células gigantes de la temporal. Los síntomas más frecuentes son cefalea de comienzo reciente, dolor mandibular al masticar, fiebre, pérdida de apetito, cansancio, dolores osteomusculares y posibilidad de complicaciones oculares. En ocasiones, se asocia con la polimialgia reumática, síndrome que se caracteriza por dolor y rigidez en las cinturas escapular y pelviana, que incapacitan al paciente para realizar acciones básicas como peinarse o levantarse de un asiento.
También son formas primarias de vasculitis las siguientes afecciones, aunque bastante menos frecuentes que la anterior:
- Enfermedad de Behçet: sus manifestaciones más comunes son afectación cutánea, ocular y aftas en boca y genitales.
- Arteritis de Takayasu: también conocida como "enfermedad sin pulso", es una enfermedad más frecuente en países de oriente y produce alteraciones vasculares de grandes vasos.
- Enfermedad de Buerger: aparece en personas fumadoras y tiene manifestaciones vasculares agresivas, generalmente en miembros inferiores.
- Enfermedad de Kawasaki: es una enfermedad que afecta a niños, comprometiendo las arterias coronarias del corazón.
- Panarteritis nodosa: en esta enfermedad se produce inflamación del sistema nervioso periférico, testículos y es frecuente la afectación cutánea.
- Granulomatosis con poliangeítis: también conocida como enfermedad de Wegener, causa afectación de los senos faciales, pulmones y riñones.
- Poliangeítis microscópica: afecta principalmente a pulmones y riñones.
- Granulomatosis eosinofílica con poliangeítis: conocida también como Síndrome de Churg-Strauss, se caracteriza por asma bronquial y un aumento pronunciado de eosinófilos en sangre.
Todas ellas tienen particularidades específicas, aunque todas tienen en común la capacidad para producir diversas manifestaciones clínicas, como síntomas generales, fiebre, adelgazamiento, púrpura cutánea y la posibilidad de afectar a numerosos órganos vitales, como el corazón, pulmones, sistema nervioso y riñones.
En la analítica, las vasculitis primarias suelen presentar anemia, aumento de velocidad de sedimentación globular y PCR, siendo frecuentes las alteraciones en el sedimento urinario y elevación de la urea y creatinina. Un hallazgo analítico muy sugerente de algunos tipos de vasculitis primaria es la positividad de anticuerpos específicos, conocidos como ANCAs.
Cabe destacar que, por la posibilidad de producir tantas y variadas manifestaciones clínicas, estos procesos se pueden confundir con numerosas enfermedades infecciosas y neoplásicas, por lo que es muy importante hacer el diagnóstico lo antes posible, pues requieren un tratamiento inmunodepresor precoz, complejo y específico.
Formas secundarias de vasculitis
Las llamadas vasculitis secundarias son más frecuentes que las formas primarias y están causadas por un amplio grupo de:
- Enfermedades infecciosas: hepatitis, VIH, parvovirus, virus de Epstein Barr, citomegalovirus, meningococo, protozoos, hongos, etc.
- Neoplásicas: leucemias, linfomas, cánceres de pulmón, aparato digestivo y genitourinario.
- Enfermedades de base inmunológica o autoinmunes: artritis reumatoide, lupus eritematoso, síndrome de Sjögren, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, crioglobulinemia, etc.
También pueden causar vasculitis secundarias la toma de diversos fármacos (antibióticos/sulfamidas, antihipertensivos, antiarrítmicos, antiepilépticos, analgésicos, antiinflamatorios, etc). La sintomatología más habitual de estas formas de vasculitis secundarias es la aparición de púrpura cutánea.
Una de las vasculitis secundarias más frecuentes es la púrpura de Schönlein Henoch, que afecta más en niños y adolescentes, produciendo púrpura cutánea, dolores osteomusculares y abdominales. Suele tener una evolución benigna, aunque pueden surgir complicaciones renales.
El pronóstico y evolución de las vasculitis secundarias variará en función de la enfermedad originaria, aunque generalmente no se requiere un tratamiento tan agresivo como en el caso de las vasculitis primarias.
Para más información consultar con un especialista en Medicina Interna.