¿Qué cuidados debes aplicar si tu piel es grasa o seca?

Escrito por:

Dra. Marina Rodríguez Martín

Dermatóloga

Publicado el: 27/02/2020
Editado por: Patricia Pujante Crespo


Según el tipo de piel, y si esta es grasa o más bien tirando a seca, los problemas que la afectarán serán distintos. Las lesiones que estas patologías pueden provocar se reflejarán más en determinadas estaciones del año y con la incidencia solar.

 

¿Cuáles son las patologías más comunes de la piel grasa? ¿Y de la piel seca?

Los cuadros más frecuentes en pacientes con tendencia seborreica afectan a las áreas donde hay más densidad de glándulas grasas: cara y cuero cabelludo, área central de tórax y espalda. Con mayor frecuencia se observa dermatitis seborreica, que cursa con rojez y escamas, picor, inflamación en la cara y cuero cabelludo. Este tipo de cuadros empeora con situaciones de estrés. También es frecuente el acné, tanto en adolescentes como en adultos, que cursa con nódulos, pequeñas pápulas en cara y tronco y, en muchas ocasiones, con cicatrices residuales.

 

En pacientes con la piel seca, predominantemente a nivel corporal, pueden observarse con frecuencia eczemas o dermatitis por culpa de la sequedad extrema. Estas condiciones extremas de la piel causan inflamación, picor, fisuras y, en ocasiones, sobreinfección por el rascado. Estos cuadros se pueden ver en niños y adultos atópicos, ancianos, pacientes con insuficiencia vascular venosa en las piernas o pacientes sometidos a ciertos tratamientos (alteraciones tiroideas, corticoides, quimioterapia, etc.).

Los productos de limpieza y cosméticos deben adaptarse a cada tipo de piel,
para evitar problemas y lesiones

 

¿Qué diferencias existen entre el cuidado facial de la piel grasa y la piel seca?

En el cuidado facial de las pieles con tendencia grasa se debe evitar el uso de cosméticos ricos en aceites muy oclusivos. El uso de sustancias muy untuosas puede producir la aparición de cuadros acneicos secundarios a la oclusión de los poros por los aceites cosméticos, eczemas, etc. Se deben usar productos de limpieza adecuados que ejerzan un papel purificante y seborregulador. Los productos hidratantes deben ser siempre de textura ligera, con baja concentración grasa u oil-free.

 

En el cuidado de la piel seca facial intentaremos complementar la ausencia de producción propia de grasas por motivos genéticos, hormonales o farmacológicos. Para reponer las grasas ausentes de forma natural en la piel, deben utilizarse productos de limpieza suaves, emolientes y cosméticos hidratantes, de texturas ricas, que permitan mejorar la función barrera deficiente de las pieles secas.

 

¿Qué activos deben contener los productos para limpiar la piel grasa? ¿Y en el caso de la piel seca?

Para la higiene diaria de las pieles grasas, los limpiadores (espumas, geles, pan dermatológico, etc.) deben contener sustancias seborreguladoras, queratolíticas que eviten la formación de comedones, además de ser antiinflamatorias y antisépticas para inhibir la proliferación de bacterias y hongos. Los más usados son: sulfato de cobre y Zinc, serenoa serrulata, peróxido de benzoilo, Niacinamida, ácido salicílico, ácido glicólico o derivados retinoides.

 

En el caso de las pieles secas, se tiende a usar productos de texturas ricas, con alto contenido en aceites y ceramidas, que realizan una limpieza suave con un bajo poder tensioactivo, lo que evita la irritación de la piel seca y, al mismo tiempo, cumple un papel emoliente.

 

¿Qué productos o activos son los más adecuados para hidratar la piel grasa y la piel seca, respectivamente?

Para la hidratación de la piel grasa los especialistas en Dermatología suelen recomendar activos con poder seborregulador y purificante, que permita una microexfoliación de la piel pero que impida la formación de tapones córneos y, por tanto, el empeoramiento de las consecuencias de una seborrea excesiva (acné, dermatitis, prurito, sobreinfección). El uso de niacinamida, alfa y beta hidroxiácidos y activos seborreguladores permiten regular la producción de grasa, evitar la formación de lesiones acneicas y controlar la flora microbiana cutánea. Además de los principios activos es importante el uso de excipientes ligeros, normalmente con bases al agua y silicónicas, libres de grasas, que evitan la oclusión de los poros de la piel.

 

En el caso de las pieles secas, en cambio, los dermatólogos recomiendan activos derivados de aceites naturales (almendras, oliva, argán, karité), ceramidas y sustancias con alto poder emoliente como la urea, sustancias ácidas como el láctico, salicílico, lanolina. Estas son las sustancias de elección junto con excipientes de alto contenido en aceites y bases oclusivas que permitan una mayor captación del agua en el estrato córneo.

 

¿Qué consejos daría para la aplicación del maquillaje en función del tipo de piel?

Las pieles grasas deben aplicar maquillajes oil-free de texturas ligeras (emulsiones, espumas, polvos), no comedogénicos. Por el contrario, las pieles secas pueden aplicar productos de maquillaje de texturas más ricas, con mayor contenido en aceites, o bien aplicar bases de maquillaje que cumplan la función emoliente y, tras ellas, productos de maquillaje más ligero.

 

¿Qué problemas cutáneos empeoran con los cambios de estación y, sobre todo, en verano?

Con el aumento de las temperaturas y la humedad en verano, aumenta la sudoración y la secreción grasa en la piel. Esto favorece la aparición de ciertas infecciones por hongos, como la pitiriasis versicolor. Se observa como pequeñas manchas redondeadas en la espalda y el pecho, de color blanco-rosado que, en ocasiones, pican, y deben tratarse con medidas antifúngicas adecuadas. El aumento de la radiación UV también provoca un empeoramiento de todas aquellas dermatosis que se consideran fotoinducidas o fotosensibles (que empeoran con la luz del sol), como el lupus, rosácea, erupción lumínica, urticaria solar, dermatitis fotoalérgica, enfermedad de Darier, dermatomiosistis, etc. Además, el consumo de ciertos medicamentos fotosensibilizantes, como antibióticos, retinoides o quimioterápicos, también puede aumentar la sensibilidad de nuestra piel al sol.

 

Pacientes con antecedentes de daño solar crónico y cáncer cutáneo melanoma y no melanoma, pueden agravar su daño solar acumulativo durante el verano por el aumento del índice UV al que están expuestos, por lo que es fundamental extremar las medidas de fotoprotección. Desde el punto de vista estético, las manchas solares de tipo melasma o cloasma, léntigos solares, pueden agravarse debido a la mayor exposición a la luz UV, radiación infrarroja y luz visible.

 

Durante los meses de verano es fundamental, para pacientes afectados de cuadros sensibles al sol, incrementar las medidas de fotoprotección mediante el uso de filtros solares de alta protección (30 o superior), junto con medidas de protección física como gorras, gafas de sol, ropa adecuada, sombrillas. De la misma forma, debe aumentarse el consumo de alimentos ricos en antioxidantes y carotenos, que aumentan la protección endógena frente a los radicales libres provocados en nuestra piel por la exposición a los rayos UV. Asimismo, se debe evitar la exposición solar durante las horas centrales del día (11-16 horas), lo que nos evitará los riesgos asociados al mayor índice UV en esa franja horaria.

 

¿Cómo afecta el calor y la humedad a la piel grasa? ¿Y en el caso de la piel seca?

El calor y la humedad promueven la mayor secreción de grasa en pieles con tendencia seborreica, empeorando cuadros como el eczema seborreico, acné o la seborrea de cuero cabelludo.

 

En el caso de las pieles secas, la mayor estimulación de las glándulas sebáceas ayuda a mejorar la composición grasa del estrato córneo de la piel (el más externo), promoviendo una mayor función barrera de la piel y mejorando el estado de hidratación.

 

¿Qué medidas fotoprotectoras se recomiendan a los pacientes con piel grasa? ¿Y para las personas con piel seca?

Las medidas generales válidas para todas las pieles son la aplicación del filtro solar media hora antes de la exposición, para que el efecto sea óptimo. El filtro debe ser 30 o superior y renovarse de forma adecuada cada 3 horas, o con mayor frecuencia en el caso de sudoración profusa, inmersión o deportes acuáticos.

 

La cantidad de fotoprotector debe ser la adecuada, aplicándose generosamente para evitar disminuir su eficacia. El uso conjunto de medidas físicas de vestimenta como gorras, camisas, gafas de sol es también recomendable.

 

Las personas de piel grasa se beneficiarán de productos cosméticos solares de texturas ligeras como espumas, geles, airgel, brumas, spray oil-free, etc., que no provocarán un aumento de la secreción grasa ni obstruirán los poros con la formación de acné secundario (acné cosmética o Mallorca).

 

Para pacientes con piel seca, el uso de cremas, lociones, leches o aceites con filtro solar será lo adecuado para aportar no solo un filtro solar, sino también una hidratación adecuada durante la exposición al sol.

 

¿Alguna recomendación más?

Es fundamental evitar la exposición solar directa en niños menores de dos años y tener en cuenta la importancia de las medidas de vestimenta y gafas de sol para su protección. También deben evitarse las horas centrales del día y realizar la renovación adecuada de los filtros solares en las zonas típicamente olvidadas: nuca, dorso de los pies y orejas.

 

También se debe evitar andar descalzo en playas o piscinas debido al mayor riesgo de adquisición de infecciones, como las verrugas plantares.

 

Realizar una correcta hidratación de la piel tras la exposición solar y aumentar el consumo de agua para evitar la deshidratación cutánea (1,5-2 litros/día).

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