La prevención: el mejor consejo para evitar lesiones
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¿Están habiendo muchas personas lesionadas con la vuelta a la actividad deportiva tras el COVID-19? ¿De qué lesiones se trata?
Estos días está habiendo un alud de consultas en forma de roturas fibrilares, esguinces, sobrecargas, fracturas por estrés, etc. Todas ellas están asociadas a una pérdida de tolerancia a la tensión de los tejidos durante el confinamiento y a un desequilibrio en la carga aguda vs la carga crónica acumulada.
¿Por qué se producen?
Aunque durante el confinamiento hayamos intentado mantener cierto estado físico, no es menos cierto que, en la inmensa mayoría de los casos, se ha realizado en espacios reducidos y con movimientos repetitivos que distan mucho de los habituales en condiciones normales. Por este motivo la gran mayoría de los deportistas que salen del confinamiento están bastante lejos del nivel físico que tenían anteriormente.
A nivel mental eso cuesta de asimilar, pues quizá en marzo teníamos una carga crónica alta (que es el resultado de hacer la media de las últimas cuatro semanas de entrenamiento) que ha sido imposible de mantener estando confinados. Con ese precedente, si no tenemos eso muy presente, la carga aguda actual (la que estamos realizando esta semana) está muy por encima de los umbrales ideales para no entrar en riesgo de lesión.
¿Cómo se pueden prevenir este tipo de lesiones?
Los recuperadores físicos, los fisioterapeutas y los entrenadores personales son muy conscientes del riesgo y las consecuencias de no respetar esa progresión gradual, por lo que están realizando una labor de concienciación encomiable. Sin embargo, para los deportistas que no tengan por costumbre asesorarse sobre los posibles riesgos, aún es mayor, por supuesto, y el resultado de ello es el que estamos viendo estos días en consulta.
La única manera de reducir de forma importante el alto índice de lesiones que estamos viendo es teniendo claro de qué línea base estamos partiendo. Para ello, es vital planificar una progresión adecuada y supervisada por un entrenador, la cual oscile entre un 5% inferior o un 10% superior, respecto a la semana anterior.
¿Cómo pueden afectar a la salud a largo plazo?
Por supuesto, si además coincide con anomalías estructurales que no se han tratado previamente, tales como hiperpronaciones, alteraciones posturales, etc., el potencial riesgo de lesión aumenta considerablemente.
Al final se trata de sentido común y poder gestionar las ganas de hacer algo que apasiona y que hasta no era posible de un modo gradual y calmado. Si no se tiene la conciencia de respetar esas progresiones, podríamos pasar de estar confinados en casa por decreto a estarlo por una lesión incómoda que hemos sufrido por no vigilar lo suficiente. Por esto, es fundamental prevenir.