Inestabilidad de hombro en personas jóvenes según su actividad deportiva habitual

Escrito por:

Dr. Gorka Busto Avis

Traumatólogo

Publicado el: 03/03/2021
Editado por: Margarita Marquès


Primero debemos definir inestabilidad de hombro como una alteración o estado patológico articular en el cual una traslación excesiva da lugar a dolor, a luxación o ambas. Por tanto, podemos tener dolor e inestabilidad en un hombro sin luxación, dependiendo de la actividad deportiva a la que nos dediquemos.

 

Los deportes de contacto son un factor de riesgo determinante a la hora de tener un primer episodio de luxación y las tasas de recurrencia aumentan con su práctica en gente joven. Ejemplos de ellos son rugby, boxeo, artes marciales, lucha libre, hockey hielo o incluso balonmano y baloncesto en categorías profesionales. Más del 90% de estas luxaciones serán anteriores y dependiendo del impacto y fuerza inicial generarán lesiones en estructuras óseas y de partes blandas (labrum y ligamentos).

 

Existen determinadas actividades deportivas que, sin presentar luxación ni traumatismo agudo importante, presentan un dolor característico de hombro a la hora de realizar su deporte habitual (movimientos repetitivos, microtraumatismos), generando cambios estructurales en partes determinadas de la anatomía del hombro, que son fuente de dolor e incapacidad crónicos generando microinestabilidad.

 

La inestabilidad de hombro es una alteración en la cual
una traslación excesiva da lugar a dolor, a luxación o ambas

 

Ejemplos muy característicos de ello son el hombro del lanzador (balonmano, béisbol, jabalina, lanzadores de peso, voleibol, tenis) y el hombro del nadador, en los cuales se produce dolor en los extremos de rotación y movimientos del hombro produciendo sensación de fallo, falta de fuerza, chasquidos e incluso parestesias. Es el llamado AIOS (Adquired Instability Over Stress) o UPS (Unstable Painful Shoulder).

 

¿Cómo evoluciona la inestabilidad de hombro en jóvenes?

Ante un primer episodio de luxación de hombro traumática, a menor edad, mayor es la tasa de recurrencia. Se estima que ante luxaciones traumáticas de hombro en menos de 20 años con lesiones asociadas puede tener un nuevo episodio en menos del 90%. Por contra, en personas con menos de 40 años las tasas de reluxación son inferiores al 10%, pero se multiplican las lesiones del manguito rotador y del plexo braquial nervioso asociadas.

 

Gente hiperlaxa y los practicantes de deportes de contacto presentan, independientemente de la edad tasas de reluxación mayores.

 

A mayor fuerza del traumatismo inicial mayores serán las lesiones estructurales asociadas y la posibilidad posterior de reluxación e incapacidad de dicho hombro. Se pueden producir lesiones en estabilizadores estáticos de la articulación glenohumeral tales como en el labrum, cápsuloligamentosas (partes blandas) o lesiones de bankart óseas o de Hill Sachs en cabeza humeral que generen inestabilidad crónica de hombro.

 

Dolores crónicos de hombro al realizar actividades deportivas determinadas generan incapacidades y limitaciones muy importantes a pesar de no tener eventos claros de luxación articular.

 

Por ello, es muy importante la evaluación inicial por especialistas en Traumatología experimentados en este tipo de patología. Una buena anamnesis, exploración física, asociando pruebas complementarias como el TAC, Resonancia Magnética, artroTAC o incluso artroRNM son fundamentales para encauzar de forma correcta el tratamiento de manera individualizada.

 

¿Qué tratamiento debe seguir?

Como primer tratamiento ante un primer episodio de luxación de hombro debemos reducirla de urgencia e inmovilizarla independientemente de la edad y condición física.

 

En menores de 30 años unas 3-4 semanas en cabestrillo con brazo en adducción y rotación interna. Posteriormente, dependiendo de su actividad deportiva habitual, fuerza del primer impacto y edad, realizaremos pruebas complementarias para determinar lesiones de partes blandas y óseas asociadas (TAC, Resonancia Magnética, artroTAC o artroRNM).

 

En menores de 20-25 años o en deportistas de contacto, una vez recuperado inicialmente, con lesiones en pruebas complementarias, somos cada vez más partidarios de operar tras un primer episodio de luxación, casi siempre se podría realizar por vía artroscópica, restableciendo lo mejor posible su anatomía inicial.

 

Ante episodios de luxación recidivante de hombro (2 o más episodios) en menores de 30-35 años también somos partidarios del tratamiento quirúrgico inicial, ya que se ha visto que, a mayor número de luxaciones, mayores defectos anatómicos presentan, con un mayor grado de complejidad quirúrgica asociada.

 

En mayores de 40 años somos más conservadores debido a la rigidez posterior y escasa tasa de recurrencia, reduciendo incluso a 2 semanas la inmovilización en cabestrillo. No obstante, recomendamos realizar pruebas complementarias ante la más mínima sospecha de lesiones vasculonerviosas y del manguito rotador que aumentan con la edad.

 

En deportistas con dolor crónico de hombro sin luxaciones (hombro del lanzador, del nadador, etc.) es muy importante un correcto diagnóstico inicial individualizado, ya que muchos de ellos mejorarán con tratamiento conservador realizando una adecuación o reeducación de la técnica de lanzamiento o natación con fisioterapia y entrenadores durante 4-6 meses. Si fracasa, optaremos por la cirugía reconstructiva artroscópica de las lesiones de partes blandas generadas por su actividad.

 

¿Qué cuidados debe seguir el paciente tras el tratamiento?

Solemos mantener en la mayoría de los casos postoperados unas 3-4 semanas de cabestrillo, pudiendo realizar pequeños movimientos pasivos de hombro. Tanto si se opta por tratamiento conservador o quirúrgico el periodo de recuperación es relativamente largo, entre 3-6 meses dependiendo de la actividad, precisando en la mayoría de los casos tratamiento fisioterápico posterior individualizado y reintroducción progresiva a sus actividades deportivas. No recomiendo reanudar deportes de contacto hasta pasados 6 meses tras la cirugía.

 

¿Se puede retomar la actividad física habitual?

Generalmente sí, siendo los practicantes de deportes de contacto y con grandes defectos óseos asociados son los que más tarde se incorporan a su actividad habitual, entre 6-8 meses. Con un correcto manejo inicial, las tasas de éxito superan el 90%.

 

No obstante, quiero recalcar el papel de la correcta evaluación inicial por especialistas adecuados, diagnosticando las lesiones asociadas y los factores de riesgo que generan luxaciones recidivantes, con tasas de fracaso mayores, para así corregirlas inicialmente evitando la incapacidad crónica.

Pide cita con un especialista