¿Existen ejercicios específicos para aliviar el dolor y mejorar la función del tendón rotuliano?

La tendinitis o tendinopatía rotuliana es una lesión por sobrecarga con dolor, engrosamiento y reducción de la función del tendón rotuliano como síntomas principales, como resultado de alteraciones histopatológicas provocadas por exceso de carga en el tendón. El tendón rotuliano se inserta en la parte inferior de la rótula y en la tibia, es un tendón muy potente ya que tiene que impulsarnos en actividades como caminar, correr y saltar.
 

La tendinopatía o tendinitis rotuliana también es conocida como la “rodilla de saltador”, ya que es más común en el baloncesto, voleibol, atletismo… aunque también puede aparecer de forma frecuente en corredores por microtraumatismos de repetición.
 

¿Cuáles son los principales síntomas?

Lo más frecuente es el dolor en la parte anterior de la rodilla que en ocasiones se acompaña de inflamación en el tendón rotuliano. El dolor es más intenso en actividades tales como saltar o correr, y puede quedar como un dolor sordo después de la actividad realizada.
 

Inicialmente el dolor puede estar presentes sólo durante el inicio o después de completar la actividad deportiva o el trabajo, y posteriormente progresa y empeora y se hace más constante. Suele cursar con una aparición insidiosa de los síntomas que irán a más si no controlamos el curso de la patología.

¿Existen ejercicios específicos para aliviar estos síntomas?

El tratamiento generalmente es conservador en la mayoría de los casos, aunque esta lesión puede parar al atleta de su actividad durante diferentes periodos. En etapas iniciales, el dolor tiende a ceder de forma importante con el control de las cargas de entrenamiento y competición junto a un plan específico e individualizado de tratamiento. No es raro que después de un programa de rehabilitación (ejercicios excéntricos y de fortalecimiento cuádriceps/isquiotibiales y ejercicios de estiramiento y flexibilidad) una vez cedidos los síntomas en su totalidad de forma aparente, el dolor reaparezca en cuanto el paciente retorna a su actividad deportiva previa.
 

El abordaje desde la Fisioterapia irá dirigido al ejercicio activo, especialmente el ejercicio excéntrico, junto a aquellas herramientas que puedan dar un plus en la mejora del proceso. Pueden resultar útiles para la mejora de la función del tejido la electrólisis ecoguiada y la hipertermia, y el vendaje para la disminución del dolor. Existen estudios que abogan por el uso de láser, ultrasonido y ondas de choque. Ampliar con un estudio biomecánico y la posibilidad de ortesis plantares individualizadas también puede ser parte del proceso final.

¿Cuándo se debe operar? ¿Y en qué consiste la cirugía?

En la actualidad, la ecografía permite al especialista en Traumatología conocer más a fondo el estado del tendón y su afectación. En relación a estos hallazgos la posibilidad de terapias ecodirigidas a la zona de afectación del tendón pueden dar buenos resultados: plasma rico en factores de crecimiento, ácido hialurónico específico para tendones, altos volúmenes…
 

En casos rebeldes la sonocirugía puede ayudar en la resolución del proceso, consiste en la combinación de la artroscopia y la ecografía en quirófano para así abordar y detectar todas las zonas de afectación del tendón de forma directa. Es una cirugía minimamente invasiva y permite una recuperación más rápida.

¿Cómo impacta en la vida diaria y en la práctica deportiva?

En fases evolucionadas el dolor puede persistir y aparecer con cualquier movimiento activo de la rodilla, produciendo malestar e impotencia funcional. En la práctica deportiva puede llegar a ser invalidante hasta el punto de parar al deportista durante largos periodos que afectan a su carrera deportiva.