Estudio de la esterilidad: ¿cuándo debe realizarse y qué se analizará?

Escrito por:

Dr. Juan José Khouri Choufani

Reproducción asistida

Publicado el: 02/10/2019
Editado por: Patricia Pujante Crespo


La esterilidad se define como la incapacidad de conseguir una gestación espontánea, sin anticoncepción, en menos de un año desde el inicio de las relaciones sexuales. En cambio, se considera infertilidad cuando un embarazo no llega a término.

 

Un estudio de la esterilidad debe empezarse cuando hayan pasado 6 meses, en el caso de mujeres de más de 35 años. El “factor edad” en la mujer es muy importante, ya que el índice de fertilidad es máximo sobre los 25 años y disminuye bruscamente a los 35, considerándose que, a los 40 años, la esterilidad ronda el 65-70%. Si se sospecha o la mujer no tiene pareja masculina el estudio puede iniciarse antes. Es básico, no obstante, que el estudio se haga en ambos miembros de la pareja.

El índice de fertilidad máximo es sobre los 25 años y disminuye bruscamente a los 35

 

 

Objetivos del estudio de esterilidad

Todo estudio de la esterilidad tiene diversos objetivos:

Analizar y confirmar la reserva ovárica de la paciente. Descartar un factor tubo-peritoneal. Llevar a cabo un estudio seminal para evaluar la concentración, morfología, vitalidad y movilidad de los espermatozoides.

 

 

¿Qué incluye un estudio de la esterilidad?

La historia clínica es la pieza básica en cualquier actuación médica. Empezará con una entrevista que llevará a cabo el especialista en Reproducción Asistida, con el objetivo de conocer los antecedentes familiares, reproductivos y personales de ambos miembros de la pareja.

 

En concreto, hará hincapié en aquellos aspectos que podrían relacionarse con su fertilidad. Así, debe incluir: duración de la infertilidad, historial menstrual, historia de embarazo y/o aborto, citología actualizada, métodos anticonceptivos que se hayan tomado previamente, frecuencia de las relaciones (o disfunción en caso de que haya), enfermedades graves, cirugías previas o posibles lesiones. Además, también se llevará a cabo un estudio físico de la mujer que incluye su peso, presión sanguínea, índice de masa corporal, anormalidades vaginales, pélvicas o de cérvix, así como un análisis del útero, su tamaño, forma y posición.

 

El hombre será evaluado por un especialista en Urología y, además de un estudio físico, se hará una exploración de los genitales: pene, ubicación del meato uretral, palpación y medición de los testículos, presencia o ausencia de varicocele, o la presencia y consistencia de los vasos y epidídimos.

 

También se realizará una analítica que incluya serología de Hepatitis B y C, VIH y, en la mujer, también debe comprobarse el estado inmunológico del toxoplasma y la rubeola.

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