Estrés crónico y sus consecuencias en la salud física y mental

Escrito por: Juan M. Gómez Andrés
Publicado: | Actualizado: 15/09/2023
Editado por: Mireia Frias

Es importante tener en cuenta que el estrés es una parte inevitable y necesaria de nuestra vida diaria. El estrés es una respuesta natural y adaptativa que nuestro cuerpo experimenta frente a situaciones percibidas como peligrosas o amenazantes, ya sean reales, potenciales o imaginarias. Su propósito principal es ayudarnos a sobrevivir.

 

Cuando nos enfrentamos a una situación estresante, nuestro cerebro activa una serie de respuestas fisiológicas para prepararnos para la acción. Nuestro corazón comienza a latir más rápido, nuestra presión arterial aumenta, nuestra respiración se vuelve más rápida y superficial, y nuestros músculos se tensan, entre otros cambios.

 

El cerebro pone en marcha un programa neurológico conocido como de "lucha o huida", que nos prepara para afrontar el peligro de la manera más efectiva. Este programa nos permite correr más rápido, luchar con más fuerza o tomar las medidas necesarias para protegernos, incluso si la amenaza es una reunión de trabajo, una presentación en un congreso, exámenes académicos, socializar con personas desconocidas, competir en eventos deportivos o tomar un avión.

 

Sin embargo, es importante destacar que esta respuesta de estrés es fisiológica y adaptativa siempre y cuando sea de corta duración y no supere nuestras capacidades psicobiológicas en ese momento.

 

El estrés es una respuesta natural y adaptativa del cuerpo, pero si perdura
en el tiempo puede afectar a nuestras capacidades psicobiológicas

 

¿Qué es el estrés crónico?

Cuando el estrés se mantiene crónicamente activado en el Sistema Nervioso Central, es decir, en el cerebro y la médula espinal, puede ocasionar desequilibrios fisiológicos y metabólicos significativos en nuestro cuerpo. Con el paso de los años, esto puede tener graves repercusiones en nuestra salud física y mental. Por lo tanto, es fundamental aprender a gestionar y controlar el estrés de manera adecuada, introducir hábitos saludables para reducir las consecuencias del estrés, y si fuera necesario, pedir ayuda a profesionales de la salud especializados en estrés crónico.

 

Síntomas del estrés crónico

Durante las primeras etapas del estrés crónico, es común experimentar cefaleas, contracturas en la espalda, mareos, vértigos, mandíbulas apretadas, entre otros. Si el estrés crónico sigue evolucionando en el tiempo, es habitual que aparezcan trastornos fisiológicos en diferentes sistemas del cuerpo, como el digestivo, hormonal e inmunológico, etc.

 

En el ámbito cerebral, el estrés crónico reduce la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado a la sensación de felicidad, y de dopamina, otro neurotransmisor relacionado con el bienestar, el placer y la motivación. Este desequilibrio neuroquímico favorece la aparición de la ansiedad, depresión e insomnio.

 

En el estrés crónico, el cerebro estimula constantemente a las glándulas suprarrenales, lo cual produce una liberación continua de la hormona cortisol. Este estado no hace sino que prolongar las respuestas de estrés en el cuerpo, ocasionando un gran gasto de energía. Por esta razón, las personas que sufren de estrés crónico suelen sentirse cansadas.

 

El organismo intentará adaptarse a este estado de alto gasto energético desarrollando una resistencia al cortisol, con el fin de debilitar las respuestas crónicas de estrés en el cuerpo. Sin embargo, debido a que el cortisol es un potente antiinflamatorio natural, esta resistencia al cortisol generará un aumento en los niveles de inflamación en el organismo, lo cual favorece la aparición de enfermedades asociadas a la inflamación y al dolor crónico. Por este motivo, el estrés crónico favorece las enfermedades inflamatorias intestinales, reumáticas, cardiovasculares, urogenitales, degenerativas o neurodegenerativas, autoinmunes, alergias, etc.

 

Si este estado de estrés crónico se prolonga en el tiempo, el cerebro demandará un mayor consumo de energía al organismo. El cerebro, como mecanismo de supervivencia, necesitará comprometer al metabolismo celular del resto del organismo, generando una resistencia a la insulina, para intentar frenar su actividad metabólica.

 

Es el inicio del conocido Síndrome Metabólico, en el cual se engloban la obesidad, diabetes tipo II, colesterolemia, hipertrigliceridemia, hipertensión, cardiopatías, hígado graso, síndrome de ovarios poliquísticos, endometriosis y probablemente la polimiomatosis uterina. Lesiones o inflamaciones repetitivas del tejido musculo-esquelético, reparaciones de los tejidos más lentas o retrasos en la cicatrización son signos de esta disminución de la actividad metabólica celular asociados a la resistencia a la insulina y a la inflamación crónica de bajo grado.

 

La evidencia científica demuestra que el estrés crónico incrementa la sensibilidad al dolor. Esto se debe a que el estrés crónico provoca cambios neuroquímicos en el cerebro, afectando las vías centrales del dolor y los nervios periféricos. Este fenómeno se conoce clínicamente como Sensibilización Central y Sensibilización Periférica. Los procesos inflamatorios crónicos empeoran esta situación, al aumentar la sensibilidad de las vías sensoriales del dolor y los receptores de dolor en los tejidos corporales. Estos mecanismos neurológicos explican lo que sucede en casos de Fibromialgia y dolor neuropático.

 

 

¿Cuáles son las causas del estrés crónico?

Las causas del estrés crónico pueden ser muy variadas. Es frecuente poner el punto de mira en los problemas externos; situación económica, relaciones personales, entorno laboral, pérdidas personales, accidentes traumáticos, enfermedades...etc, pero muchas veces se olvida un factor muy importante, el discurso interno o la forma de mirar la experiencia. Indudablemente hay experiencias traumáticas físicas o emocionales que pueden suponer un gran impacto para la persona, pero la calidad de los pensamientos y la gestión de los estados emocionales determinan la intensidad y la duración de la vivencia estresante.

 

En la actualidad, todavía hay mucho camino por recorrer en el campo del estrés crónico. No obstante, en Neurociencia Osteopática Integral se ofrece un punto de luz por medio de un concepto innovador, que hace hincapié en el estado de tensión del cerebro. Este estado de tensión del tejido cerebral se corresponde con un estado de tensión electroquímico que favorece la persistencia en el tiempo del estrés crónico. 

 

 

Tratamiento para el estrés crónico

Las personas que experimentan estrés crónico y sufren diversas afecciones en su cuerpo a menudo enfrentan la falta de comprensión y un tratamiento inadecuado. El correcto diagnóstico se suele retrasar en el tiempo. Esto puede aumentar el malestar físico, mental y emocional, y generar mayor frustración y desesperanza, que no hace más que empeorar su situación de estrés crónico.

 

Un enfoque integral es fundamental en el abordaje del estrés crónico. No sólo para el tratamiento, sino también para el diagnóstico. Es imprescindible analizar los factores que están interviniendo y comprender las causas que están prolongando en el tiempo el estrés crónico y los trastornos de salud asociados. Es habitual llevar a cabo el tratamiento del estrés crónico desde una perspectiva multidisciplinar, en donde varios profesionales de la salud acompañan al paciente en su camino hacia la salud. Pero sobre todo lo más importante es que el paciente esté asistido por profesionales de salud expertos en el tratamiento del estrés crónico.

 

Por supuesto, el tratamiento no sólo tiene que ser integral, sino personalizado. El tratamiento del estrés crónico debe focalizarse en las necesidades del paciente. En ocasiones es suficiente con ofrecerle herramientas y estrategias para gestionar y superar el estrés crónico. A veces, es necesario introducir cambios en el estilo de vida, pautar técnicas de relajación, etc. Indudablemente el tratamiento del estrés crónico será considerado efectivo cuando sea capaz de solucionar definitivamente la sintomatologías o patologías que le acompañan.

 

En este sentido, Neurociencia Osteopática Integral ha desarrollado una propuesta clínica revolucionaria para abordar el estrés crónico y sus consecuencias en la salud general del organismo. Para ello parte de la premisa, desarrollada en base a un amplio marco de conocimiento y en una evidencia clínica de más de 25 años, que manifiesta que el estrés crónico genera cambios de tensión físico-electroquímicos en el cerebro y la médula espinal. Y que estos cambios afectan el funcionamiento del sistema nervioso y tienen graves consecuencias en la salud del cerebro y del resto del organismo. El cerebro funciona en un estado de hiperexcitabilidad, lo cual genera una amplificación de la comunicación neuronal en el cerebro y en sus conexiones con el resto de órganos del cuerpo. Este estado de hiperexcitabilidad cerebral y general del organismo es el causante de la aparición de sintomatología y patología multisistémica. Estos cambios de tensión físico-electroquímicos son los causantes de mantener este estado de hiperexcitabilidad cerebral crónica. Si no se modifica este estado de tensión cerebral, la hiperexcitabilidad neuronal favorecerá los mecanismos de muerte neuronal. A largo plazo, es bastante probable que produzca una iniciación temprana de los procesos neurodegenerativos cerebrales. Alzheimer, Demencias, Parkinson, etc., tendrán un terreno facilitado para desarrollarse.

 

Como parte del diagnóstico del estrés crónico, Neurociencia Osteopática Integral utiliza la Termografía en combinación con la Inteligencia Artificial para medir la temperatura del cerebro. Este enfoque proporciona información objetiva sobre el exceso de temperatura cerebral, que se asocia con una actividad neuronal excesiva y un estado inflamatorio cerebral. Además, si es necesario realiza un análisis no invasivo de la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC). Biomarcador que proporciona información del estado del sistema nervioso, del estado de salud cardíaco, del estado de salud general, y del estado de rendimiento y capacidad de recuperación del organismo.

 

Neurociencia Osteopática Integral afirma que es posible modificar el estado de tensión físico-electroquímica en el cerebro y la médula espinal, así como desprogramar los reflejos neurológicos del cuerpo. Este enfoque es un tratamiento innovador, aunque no convencional, brinda una oportunidad para resolver de forma definitiva los síntomas y patologías crónicas relacionadas con el estrés crónico.

 

La base del tratamiento es una modulación sensorial progresiva, que puede incluir una parte manual, a veces combinada con otros canales sensoriales. Si fuera necesario se puede añadir entrenamientos cerebrales para desensibilizar los programas de estrés cerebrales y corporales, y potenciar los programas de calma y seguridad. Estos entrenamientos cerebrales pueden partir de técnicas de relajación habituales, ejercicios de atención plena, hasta técnicas de biofeedback y neurofeedback. En ocasiones, la reparación del sistema nervioso puede requerir aprender a manejar mejor el estrés. Es útil proporcionar nuevas herramientas y estrategias, desde el punto de vista de la Neurociencia del Estrés y del Comportamiento para cambiar la forma en que nos relacionamos con las situaciones estresantes.

Por Juan M. Gómez Andrés
Osteopatía

Juan Manuel Gómez Andrés es un especialista singular en Osteopatía y Neurociencia con más de 25 años de experiencia. Creador de Neurociencia Osteopática Integral, un modelo clínico innovador que comprende al cuerpo como una unidad física y mental. Es decir evalúa y trata al cuerpo como un conjunto de sistemas fisiológicos interconectados, siendo el Sistema Nervioso Central, cerebro y médula espinal, el máximo responsable del bienestar tanto físico, mental como emocional.
 
Su principal valor es investigar acerca de las causas que están generando la sintomatología o patología del paciente. Única forma de obtener resultados profundos y duraderos.

En este propósito como experto en Neurociencia del estrés y del comportamiento, se interesa en ayudar al paciente en mejorar cómo vive y piensa sus experiencias estresantes que tanto perjudican su salud. La educación en cómo funciona el cerebro ayuda a usarlo mejor.
 
Neurociencia Clínica Integral trabaja con una propuesta clínica revolucionaria: El estrés crónico es capaz de generar patrones tensionales físico-químicos en el cerebro y en la médula espinal. Son los responsables de cambios en el funcionamiento del propio Sistema Nervioso Central y en los diferentes sistemas fisiológicos del cuerpo. El cambio del estado de tensión físico-químico del cerebro y médula espinal y la desprogramación de los reflejos neurológicos en el cuerpo supone una oportunidad de dejar atrás definitivamente dolores de espalda, alteraciones digestivas, ginecológicas, hormonales, inmunológicas, y un sin fin de sintomatología psicoemocional que se ha cronificado.
 
Se licenció en Fisioterapia por la Universidad Autónoma de Barcelona y tiene un máster en Osteopatía y Neurociencia por la misma institución. Asimismo, tiene una extensa formación en diferentes ramas dentro de su especialidad, como en osteopatía pediátrica, osteopatía visceral, osteopatía biodinámica y en terapia cráneosacral, además de en el abordaje terapéutico del dolor crónico por la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (SEFID).
 
Durante su trayectoria profesional ha compaginado su ejercicio con la docencia como profesor del máster de Osteopatía en la Universidad Autónoma de Barcelona y como colaborador del proyecto de investigación del Departamento de Enfermedades Neurovasculares del Institut de Recerca Vall D´Hebrón. Gracias a su trayectoria y formación es experto también en termografía con inteligencia artificial, dolor y estrés crónico, en síndrome de la sensibilización central, en fibromialgia y fatiga crónica y en insomnio.
 
En la actualidad, es Director Clínico del centro Neurociencia Osteopática Integral y de Thermaldiagnosis.

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