¿Cómo se trata un trauma psicológico?

Escrito por: Dra. Sira Díaz Morán
Publicado:
Editado por: Mireia Frias

El trauma psicológico es una afectación emocional significativa, debido a la sensación de no poder asimilar alguna situación que vive la persona.

 

¿Cuándo se puede considerar que una persona tiene un trauma?

Se puede considerar que una persona está pasando por una situación traumática cuando siente que ésta no la puede digerir, no la puede asimilar y su vida emocional se ve afectada por ello.

 

En función de la gravedad del trauma, variará el grado de afectación en las áreas vitales de la persona pudiendo llegar a ser incapacitante o verse condicionada la funcionalidad de la persona.

 

¿Qué causa un trauma psicológico?

Se suelen identificar como causas de trauma psicológico, dos tipos en función de la gravedad de la situación:

  • Situaciones muy intensas y desagradables, en las que la persona siente miedo por su integridad físico/sexual/mental o de otra persona próxima a ella (como es el caso de vivir un atentado terrorista, un secuestro, una violación/abuso, o malos tratos).
  • Situaciones y/o cambios vitales, ante los cuales las personas se pueden sentir sobrepasadas. Tanto en casos de situaciones desagradables, como podría ser en divorcios/rupturas de pareja, la educación de los hijos a partir de un divorcio, despidos/cambios bruscos en el ámbito laboral y de la situación económica, o muerte de seres queridos; como en situaciones de cambios positivos, pero que la persona no siente estar preparada para abordarlo, y se sienta desbordada por la situación, como por ejemplo: un ascenso laboral, desarrollar nuevos roles como la maternidad/paternidad o cambios de etapa vital (por ejemplo: el inicio de responsabilidades en la adultez precoz o el cambio personal y de pareja tras la jubilación).

 

Cabe mencionar que también se incluyen como factores causantes de alteraciones emocionales traumáticas, la presencia de negligencia social, es decir la ausencia del cuidado adecuado durante la infancia. De hecho, está directamente relacionado con el desarrollo posterior del Trastorno de apego reactivo y el Trastorno de relación social desinhibida.

 

En este tipo de situaciones, existe gran variabilidad en el tipo de reacción emocional de cada persona, de manera que no en todos los casos se desarrollaría un trauma psicológico asociado a esta situación concreta. Dependerá de cómo haya sido la evolución mental o emocional de la persona hasta ese momento, de su personalidad, su historia de vida, la presencia de factores de protección con los que se sienta apoyado/a vs. factores de riesgo que perjudiquen, y de cómo es la manera de interpretación que tiene cada persona de lo que vive en cada momento.

Cualquier situación puede llegar a ser traumática para una persona, ya que depende
de una percepción subjetiva y de la capacidad para afrontar una situación

 

¿Qué tipo de consecuencias puede producir un trauma psicológico?

El malestar psicológico asociado a un evento traumático o estresante es bastante variable. La persona podría presentar síntomas dentro de un contexto de miedo y ansiedad, pero también síntomas anhedónicos, disfóricos que se pueden expresar como enfado, hostilidad, o síntomas disociativos.

 

Según el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cuando el evento traumático causa alteración significativa de las áreas vitales de la persona, describe cinco tipos de trastornos mentales que podría padecer la persona, en función de las circunstancias particulares de cada caso. En concreto, apunta al trastorno de estrés postraumático, el trastorno adaptativo, al trastorno de estrés agudo, al trastorno de apego reactivo y al trastorno de relación social desinhibida.

 

 

A parte de la terapia psicológica, ¿cómo se puede ayudar a una persona que ha sufrido un trauma psicológico?

Lo más importante es que la persona empiece a ser consciente de su dolor emocional, lo reconozca y pida ayuda inicialmente a sus familiares, pareja o personas de confianza que le asistan para acompañarlo a que inicie un proceso terapéutico. Es muy importante no intentar ignorarlo, negarlo o esperar a que se vaya sola esta sensación desagradable, porque simplemente con el paso del tiempo no se aliviará y se podría enquistar, agravando el malestar subjetivo de la persona.

 

Es recomendable que la persona que padece un trauma, complemente la terapia psicológica con hábitos de vida saludables, enfocándose en cuatro pilares básicos de salud (actividad física, alimentación sana, higiene del sueño y momentos de tranquilidad/soledad), que le aportan coherencia a su vida. De esta manera, se ayudará a sí misma para evitar que se activen los mecanismos de negación, evasión  y substitución que tan comúnmente aparecen en estos casos.

 

En concreto, se insta a que se eviten patrones de comportamiento compulsivo con fines evasivos, como podría ser la sobre ingesta de alimentos (sobre todo procesados y azúcares), el consumo abusivo de alcohol y resto drogas psicoactivas, o el consumo de psicofármacos sin prescripción médica adecuada. Así como, también se aconseja evitar comportamientos extremos en la esfera social (aislamiento brusco - hiperactividad social).

 

Es importante que por parte de los familiares con los que convive, la persona que padece un trauma se sienta escuchada, sienta que validan y dan espacio a su malestar, así como se evite restar importancia al evento desagradable en cuestión. Interpretar o juzgar desde fuera la situación traumática puede ser muy contraproducente, así como tampoco se recomienda restarle importancia al hecho en cuestión, porque la reacción emocional es subjetiva y particular de cada uno, con lo que es mejor centrarse en lo que significa desde la óptica de la persona no desde lo que representa a los demás. Tampoco es recomendable presionar, agobiar o insistir a la persona cuando no se encuentre preparado/a para hablar sobre esta situación. Se recomienda apoyar a la persona sin que se sienta presionada, cuestionada ni invalidada emocionalmente. Tanto la carencia de apoyo como el exceso podrían ser contraproducentes.

Dra. Sira Díaz Morán

Por Dra. Sira Díaz Morán
Psicología

La Dra. Sira Díaz Morán es licenciada en Psicología, sanitaria acreditada y doctorada en psiquiatría; experta en situaciones traumáticas, dolor emocional, trastornos depresivos y prevención del suicidio en adolescentes y adultos; así como destaca su experiencia en terapia para trastornos de ansiedad, trastornos de los impulsos (agresividad e ira), crisis existenciales, en desarrollo espiritual y terapias de grupo online.

Se licenció en Psicología por la Universidad de Barcelona y obtuvo el Doctorado Cum Laude en Psiquiatría por la Universidad Autónoma de Barcelona. Además, entre 2014 y 2016  fue investigadora, colaboradora y profesora asociada en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Desde 2005, ha ejercido su labor asistencial como psicóloga sanitaria en régimen ambulatorio, centro de día y en centro de ingreso hospitalario; los últimos10 años en el Consulta de Psicología Clínica Especializada, donde sigue ejerciendo a día de hoy.

 


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