¿Qué produce la migraña?

La migraña es un tipo de cefalea, es decir, de dolor de cabeza. Esta se clasifica dentro de las cefaleas primarias, que son aquellas que no se producen debido a una lesión cerebral.

Aunque la causa de la migraña no es del todo conocida, la teoría fisiopatológica que se acepta actualmente es la de la activación del sistema trigéminovascular. En ella las neuronas del sistema trigeminal activan el sistema vascular de las meninges (membranas que cubren y protegen al cerebro), que es lo que provoca el dolor.    

La migraña es el segundo tipo de cefalea más común, tras la cefalea tensional. Se calcula que afecta aproximadamente al 12% de la población, siendo más frecuente en mujeres y, especialmente, en gente joven.

El dolor que caracteriza a la migraña es generalmente hemicraneal, pulsátil, acompañado posiblemente de náuseas y vómitos, y también con frecuencia de intolerancia a la luz y el sonido. Este dolor generalmente mejora con el reposo a oscuras y, en los episodios de dolor intenso, es muy incapacitante. La migraña puede durar desde unas horas a varios días.

Existen factores desencadenantes del dolor, entre los cuales, según importancia y por orden de frecuencia, son los siguientes:

• Estrés
• Cambios hormonales
• Ayuno prolongado
• Cambios en el clima

¿Existen diferentes tipos de migraña?

La última clasificación internacional de cefaleas diferencia múltiples tipos de migraña. Las clasifica según factores desencadenantes, la presencia o no de aura y según factores cronológicos en aguda y crónica.

El aura de la migraña consiste en una serie de síntomas neurológicos, que pueden ser muy variados, que precede o acompaña al ataque de migraña. El tipo de aura más frecuente es el aura visual. Esta se manifiesta principalmente como destellos luminosos, generalmente en forma de zigzag, o como visión borrosa, que puede afectar a uno o ambos ojos. Esta puede ser también sensitiva, en forma de sensación de hormigueo o acorchamiento en los dedos, la boca o la lengua. Aunque estas formas de aura son las más frecuentes, como se ha comentado anteriormente, puede tener características muy diversas.

Finalmente, la duración del aura suele ser de 5 a 20 minutos y habitualmente menor de 60 minutos. Si estos síntomas se prolongan, especialmente en pacientes con factores de hipercoagulabilidad, fumadores o tomadoras de anticonceptivos orales, el paciente debe ser atendido de urgencias ante la sospecha de un infarto migrañoso. Esta complicación es poco frecuente pero que ha de ser tenido en cuenta al ser una patología grave que requiere confirmación con prueba de imagen e ingreso hospitalario.

¿Cuáles son las causas?

Como se ha especificado anteriormente, la causa de la migraña no está completamente determinada. Se produce debido a una combinación de factores predisponentes, especialmente de índole genética y factores desencadenantes de los ataques de dolor.

Los neurólogos estamos habituados a comprobar como existe una agregación familiar en los pacientes con migraña, aunque el azar y variabilidad genética complica tanto el estudio que en el momento actual solo se conocen 12 localizaciones genéticas asociadas a la migraña.

El paradigma de la migraña de origen genético es la Migraña Hemipléjica Familiar, en la que además del dolor el paciente pierda fuerza en la mitad del cuerpo y puede simular un ictus. La transmisión en estos casos es de padres a hijos. Es poco frecuente, pero ha de ser tenida en cuenta para elegir adecuadamente el tratamiento preventivo.  

¿En qué consiste el tratamiento de la migraña con Bótox?

El tratamiento con toxina botulínica (bótox) consiste en la aplicación de dicha toxina diluida en suero salino en puntos claves de la musculatura del cráneo y columna cervical. Este tratamiento está indicado en pacientes con migraña crónica, en los que los diferentes tratamientos preventivos han sido inefectivos o son intolerante a ellos. Este tratamiento debe administrarse periódicamente, bien de trimestral o semestrale.

¿Es posible dejar de padecer migraña?

El pronóstico de la migraña es muy variable. El control e incluso la erradicación de la misma depende de la modulación que podamos hacer sobre los factores desencadenantes de los ataques de dolor. Esto lo podemos conseguir modificando nuestra dieta, reduciendo su contenido graso o eliminando los alimentos que en cada caso provocan el dolor. En estos casos tiene que ser el propio paciente el que identifique los alimentos que afectan a su migraña. 

Sin embargo, hay casos en los que existen factores endógenos, de origen genético, que no podemos modificar, o también hormonales que hacen que la migraña nos acompañe durante nuestra vida de una forma más o menos frecuente e intensa. Cuando la migraña está relacionada con los cambios hormonales, suele mejorar en gran medida tras la menopausia.