¿Cuándo debe ser el primer baño de un recién nacido?

No hace falta viajar demasiado hacia el pasado para recordar cuando a los recién nacidos se les daba un baño bajo el grifo del quirófano para eliminar de su piel toda la grasilla y la sangre para que así estuviesen perfectos en las primeras fotos.

La grasilla que se pretendía quitar se conoce como vernix caseoso y su función es la de hidratar y nutrir la piel, así como conservar el calor, para el recién nacido no note el frío al abandonar el útero materno y que no se enfríe.

¿Nos hemos parado a pensar (entre otros muchísimos cambios como el nivel de luz o de sonidos) en el cambio de temperatura tan brusco que sufre el recién nacido al abandonar el cuerpo de su madre?

Realmente pasa de estar a unos 36.5º —que suele ser la temperatura media en el interior corporal de la madre— a unos 22 o 20 º C, por no decir menos. Y es que… ¿quién no recuerda el frío que hace en el paritorio o en el quirófano?

Mantener la temperatura es importante para nuestro bebé

El lugar del cuerpo por el que más calor pierde la cabeza un niño recién nacido es a través de la cabeza. De hecho, se recomienda que durante las primeras horas de vida del bebé, éste use un gorro.

El enfriamiento entre el nacimiento y el rápido baño hacía que, durante sus primeras horas de vida, los bebés se mostrasen poco activos, dificultándose así el enganche al pecho y, por lo tanto, la capacidad para alimentar al bebé con leche materna.

En la actualidad, por suerte, se ha desterrado la costumbre de bañar al recién nacido de prácticamente todos los centros sanitarios. La recomendación oficial es esperar al menos unas 24 horas para llevar a cabo el primer baño.

Para más información, consultar con un especialista en Pediatría.