Recomendaciones para elegir el mejor calzado infantil

El calzado es necesario cuando el niño comienza a caminar, aunque también existen calzados de gateo, que solamente tienen la función de mantener los pies limpios.

El niño suele dar sus primeros pasos en el hogar, con los pies descalzos. Después de estos primeros pasos, es el momento de comprar su primer par de zapatos e, incluso, se consiguen zapatos que son específicos para esta etapa de la vida.

¿Cómo elegir un calzado para niños adecuado?

Una de las primeras cosas a tener en cuenta es que se trate de un calzado flexible, sobre todo en niños menores de 6 años. Esto es importante para que pueda recordar la manera “natural” en la que caminamos. La suela se debe poder doblar con una sola mano y es preferible que el talón sea semiflexible.

Con respecto a la talla del zapato, lo ideal es que máximo entre un dedo por detrás del talón, una vez que lo tiene colocado en el pie. Hasta los dos o tres años, se aconseja que el zapato sujete el talón pero sin comprimirlo. Esto le permitirá al niño sentir mayor seguridad al dar un paso.

Por otro lado, cuando el niño ya sea capaz de coordinar movimientos con las manos, son mejores los zapatos con cordones. Sin embargo, en muchas ocasiones se prefieren los zapatos con velcro, o es la escuela quien los pide así, para facilitar que se los pongan y se los quiten.
 

La importancia del ortopeda pediátrico

En ocasiones, la causa de la alteración en los pies es una alteración en la cadera o en las rodillas. En estos casos, el podólogo no podrá llegar al diagnóstico adecuado, por lo que, antes de acudir a un podólogo, en la edad pediátrica es preferible acudir a un especialista en Ortopedia infantil.

En muchos casos, los niños comienzan a caminar siendo “caminadores de puntillas” o bien tienen el pie plano hasta los 7 o 9 años. El ortopeda infantil deberá realizar un diagnóstico adecuado que pueda llevar a buenas indicaciones terapéuticas.

¿Hay problemas al usar "zapatos heredados"?

Si los zapatos están en buen estado no existe problema. Sin embargo, es importante comprobar la zona del talón que suele ser la que más se desgasta o cede.

Si hemos comprado zapatos que se han utilizado dos o tres ocasiones, bien porque el niño/a ha crecido rápido o bien porque solo los han llevado en una ocasión especial, este calzado puede ser reutilizado