¿Cuáles son las patologías del canto más comunes?

Podemos describir la patología del canto como los problemas de voz que aparecen específicamente por un uso excesivo de la voz cantada. No es una patología exclusiva de los cantantes, también la podemos ver en otras profesiones que utilizan de forma excesiva la voz.

Sin embargo, en los cantantes estas patologías imposibilitan la voz cantada aún en estadios muy tempranos y si no se tratan pueden afectar de forma permanente a la carrera de los profesionales del canto. Por ejemplo, una pequeña afonía, que a cualquiera de nosotros no nos impediría realizar vida normal, para un cantante puede significar una gran alteración en su actividad laboral. Incluso, en ocasiones, los problemas son tan leves que son inapreciables para los demás (la voz no cambia aparentemente), pero el cantante nota que no alcanza notas extremas que antes si conseguía cantar, no es capaz de aguantar cantando el tiempo que antes podía, le cuesta más recuperar, etc. 
 

A veces, este tipo de problemas pasan desapercibidos o no se les da importancia, se van tolerando, y esto puede acabar desencadenando una patología más grave. 
 

No solo hablamos de problemas en las cuerdas vocales, para un cantante en ocasiones el problema está en pequeños cambios en la respiración nasal, taponamientos o problemas en el oído, efectos de una alergia, problemas digestivos o de la musculatura del cuello. 

¿Cuáles son las más frecuentes?

Tenemos dos tipos de problemas, si nos centramos en la patología vocal: las alteraciones agudas y las crónicas. Las alteraciones agudas, de aparición súbita, más frecuentes son la laringitis (inflamación de las cuerdas vocales por un virus respiratorio), los edemas por sobrecarga vocal o el más temido que es la hemorragia vocal (que se conoce coloquialmente como rotura de la voz).
 

La patología crónica, de lenta instauración, es más variada. Podemos encontrar lesiones en la superficie de las cuerdas, como los nódulos o pólipos; los quistes que se forman en el espesor de la cuerda; la aparición de cicatrices o fibrosis por sobreuso crónico; varicosidades y arañas vasculares propensas a hemorragias, o granulomas por aumento de la tensión en la zona de golpeo de las cuerdas vocales. En cantantes de más edad existe un envejecimiento con atrofia de las cuerdas vocales, que afectan de forma negativa a la potencia vocal y al rango de la voz. 

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico es más difícil que en un paciente tradicional, porque en la mayoría de los casos las lesiones son mucho más sutiles y, en ocasiones, casi inapreciables. Por este motivo, los métodos diagnósticos usados tradicionalmente en otorrinolaringología no suelen ser suficientes. El pilar del diagnóstico se basa en una exploración endoscópica con un estroboscopio rígido, que nos permite grabar el movimiento de las cuerdas a cámara lenta, para poder apreciar lesiones y defectos muy pequeños. Por otro lado, una videolaringoscopia en alta definición nos permite grabar los movimientos de la laringe mientras canta y realiza ejercicios vocales. 
 

Insistimos mucho en la necesidad de que todos los cantantes profesionales realicen estas exploraciones estando completamente sanos, por lo menos una vez al año, para poder tener una base con la que comparar la exploración en caso de que note cambios o problemas en su canto. No es extraño que en la exploración de un cantante que acude con problemas en su voz aparezcan 2 o 3 micro lesiones y, al no tener con qué comparar, es complicado saber si alguna de ellas es la responsable de sus problemas o, por el contrario, ya las tenía con anterioridad y no comprometen su voz en absoluto.
 

La exploración de toda la vía aérea, problemas en amígdalas, movilidad lingual y del paladar también es fundamental. Además, es importante explorar manualmente la movilidad de todo el cuello y laringe, tensiones musculares y puntos dolorosos. La adecuada respiración nasal, problemas de sinusitis o rinitis también son causa de alteraciones en la voz. 

¿Cuáles son los tratamientos?

De los problemas vocales agudos, el tratamiento es reposo vocal, con ejercicios de relajación y técnica vocal. Mientras que los problemas vocales crónicos se solucionan en la gran mayoría de los pacientes con terapia logopédica y refuerzo de las lecciones de técnica vocal. La patología orgánica más evolucionada, como los quistes o algunos nódulos, en algunos casos necesita tratamiento quirúrgico, así como las cicatrices o fibrosis de las cuerdas. 
 

En algunas patologías como los granulomas o las atrofias se pueden realizar infiltraciones de medicación intralesional. Esta es una técnica que antiguamente realizamos en quirófano bajo anestesia, pero ahora las técnicas de imagen en HD nos permiten realizar infiltraciones en la consulta con una pequeña anestesia en la zona de infiltración. 

En otras ocasiones necesitamos la ayuda de profesionales de fisioterapia especializados en manipulación de laringe y cuello para mejorar tensiones y movilidad cervical. 

En caso de existir otros problemas sobre la vía aérea, la cirugía oral o nasal, o los tratamientos médicos sobre nariz o digestivos, son de uso muy habitual. 

¿En qué consiste la cirugía del canto? ¿Y cuándo es necesario realizarla?

Con los cantantes la cirugía es siempre la última opción. Intentamos ser lo menos intervencionistas posibles. Sin embargo, llega un momento donde no operarse puede suponer empeorar el problema y perder la opción de una recuperación completa para siempre. Por ello, se necesita que el especialista en Otorrinolaringología realice una valoración personalizada, teniendo en cuenta las características de cada paciente, su técnica vocal, su estilo, la evolución de su carrera o sus expectativas de futuro. 
 

Los nódulos de larga evolución que no han mejorado a pesar de una correcta rehabilitación, los quistes y pólipos son subsidiarios de cirugía. En otras patologías como los granulomas, atrofia o cicatrices vocales, en la actualidad realizamos infiltraciones de medicación o rellenos como el ácido hialurónico, con gran mejoría, y así evitamos la cirugía bajo anestesia general. En caso de varices y hemorragias recidivantes, se realiza una cauterización de los vasos culpables de los sangrados.
 

Y en ciertas ocasiones se propone cirugías para mejorar la vía aérea y las estructuras orofaríngeas: cirugía del frenillo, amígdalas, cirugías sobre el paladar o sobre el tabique nasal.