Comunicación en la adolescencia entre padres e hijos

Autore: Begoña Diez Nieto
Pubblicato:
Editor: Nicole Márquez

 

¿Por qué se complican las relaciones padres-hijos en la adolescencia?

 

El principal problema es que los padres/madres no asumen que sus hijos/as crecen y el principio de autoridad empieza a quedar en entredicho. Crecer significa ir formándose opinión, ir creando un criterio que, normalmente, suele ir en contra de los preceptos establecidos. Esto surge por la necesidad imperiosa del adolescente de crear una identidad personal que le permite ver su individualidad y si sigue los criterios de la familia es como si siguiera siendo pequeño, no es capaz de ver dónde termina su familia y dónde empieza él o ella.

 

Para que esta línea sea más clara tiene que diferenciarse y para ello se rebela. Cuanta mayor sea la obligación de obedecer sin explicación y comunicación, mayor será el grado de rebeldía. Ante esto, los padres/madres cada vez van ejerciendo más presión y los chavales más resistencia; normalmente se llega a un equilibrio difícil con la aceptación por parte de los padres/madres, de que se ha perdido el control que quieren ejercer, lo que relaja un poco la relación y se restablece una convivencia aceptable. Cuando esto no pasa y la situación se enquista es recomendable acudir a un experto que nos asesore.

 

Obligar sin explicar, sin comunicar, promueve la rebeldía del adolescente. 

 

¿Cómo saber si está sobreprotegiendo a un adolescente?

 

Sabemos que sobreprotegemos a un adolescente cuando hacemos cosas por él o ella que ellos son capaces de hacer perfectamente. También cuando no permitimos que padezcan las consecuencias de sus actos intentando minimizarlas o resolverlas nosotros en su lugar. Es una injerencia a su persona que tendrá efectos devastadores en su presente y su futuro y que termina trayendo a consulta a jóvenes que no saben cómo manejar su vida y que se sienten incapaces e inseguros para hacer cosas productivas para ellos.

 

Con toda la mejor intención los padres/madres intentan evitar todo sufrimiento y frustración que aparezca en la vida de estos chicos y chicas pero  no tienen en cuenta, que la infancia y la adolescencia es un entrenamiento para la vida; aprendiendo a manejar estas emociones que las situaciones de la vida nos presenta hace que desarrollemos estrategias y herramientas que nos hacen fuertes para afrontar el futuro que ha de llegar. Al no permitirles pasar por estas situaciones y protegerlos de todo dolor, les dejamos desnudos ante los problemas que a todos se nos presentan en el devenir de la vida.

 

¿Hasta qué punto se debe seguir dejando claro quién manda en casa?

 

Hay que aprender a distinguir qué normas son inamovibles, como principios básicos de convivencia y qué normas podemos consensuar y hacer partícipes de su elaboración a nuestros hijos/as; lo que las hará más asumibles y aceptadas. Saber quién manda, quién tiene la última palabra y quién en realidad tiene la responsabilidad, que son los padres/madres, no implica avasallar, no escuchar, no respetar a los que no lo tienen; esto, a veces, genera confusión y un sinfín de problemas. Lo que se nos olvida es contar con ellos/as, saber qué opinan, qué pueden aportar a una realidad que les afecta y que nadie se molesta en explicar. La adolescencia es un momento de redescubrimiento y de empezar a contar con nuestros hijos/as; tienen mucho que aportar y normalmente no somos capaces de verlo.

 

¿Cuáles son los errores clásicos de los padres cuando tratan con sus hijos adolescentes?

 

El error más clásico es seguir viéndolos como niños pequeños y tratándolos como tal. El ´porque lo digo yo´ puede tener sentido cuando hablamos con niños pequeños, pero con los adolescentes esto ya no funciona. La adolescencia es la reválida de los padres/madres porque es en este momento cuando vemos el resultado de la educación que hemos impartido y nos damos cuenta de los aciertos y de las carencias que hemos tenido. Si hemos permitido ciertas conductas cuando eran pequeños porque nos hacía gracia o porque era más cómodo o más fácil; cuando se hacen mayores y siguen manteniendo las mismas conductas; a esta edad, ya no las controlamos, deja de ser gracioso y empieza a ser un problema.

 

También aparece otro error clásico, que es hacerse ´colegas´ de tus hijos/as. Ellos ya tienen sus colegas y más que nunca necesitan a un padre/madre que les sirva de referencia, de refugio y de apoyo en el camino tan complicado, dudoso e inestable que supone la adolescencia. Necesitarán a alguien con criterio que les sepa dar una visión de la realidad más allá de lo que ellos ven, porque ´colegas´ para irse de fiesta ya tienen y de lo otro, andan escasos. Es importante que cuando veamos que una situación se nos va de las manos, consultemos cuanto antes con un profesional, porque el tiempo empeora los problemas; y este es un periodo que por dificultades en adaptarse, tanto padres/madres como hijos/as, es generador de mucha inestabilidad.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Begoña Diez Nieto
Psicologia

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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