El consumo de leche de vaca o cabra se ha visto frenado por el consumo de bebidas vegetales

Written by: Dr. Ramón Tormo Carnicé
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Edited by: Mireia Frias

La lactosa es un disacárido compuesto por glucosa y galactosa consumido por muchas especies de mamíferos suministrado mediante la leche materna. Los humanos, desde el Neolítico, además de alimentarnos con leche materna rica en lactosa los primeros meses de nuestra vida, seguimos tomando leche de otras especies como la cabra o la vaca.

 

Hay una relación directa entre la cantidad de lactosa y el volumen cerebral,
sobre todo de los más pequeños en edad de desarrollo

 

Ventajas nutricionales

La lactosa encierra grandes ventajas nutricionales bien demostradas y publicadas en la literatura médica1. Es sabido que los niños y niñas amamantados alcanzan mejores resultados en el desarrollo neuronal y, asimismo, la duración de la lactancia materna afecta la inteligencia infantil, habiendo una relación directa entre la cantidad de lactosa de una especie y su volumen cerebral. Por citar algunas otras ventajas de la ingesta de leche con lactosa serían:

  • Favorece la absorción de calcio en el intestino y con ello mejora la masa ósea
  • Induce un pH de las heces más ácido y dificulta el desarrollo de gastroenteritis infecciosa.
  • Dificulta en parte el desarrollo del neo de colon
  • Favorece el desarrollo de un microbioma en el colon actuando como un excelente prebiótico
  • Mejora el test neurológico Behaviour Rating Inventory of Executive Functions (BRIEF 2). Como expusimos en el 52 ESPGHAN ANNUAL MEETING en Glasgow junio de 20192, en 150 niños y/o adolescentes que ingerían leche con lactosa, comparados con otros que no ingerían leche con lactosa desde años precedentes, los que tomaban lactosa exhibieron resultados más favorables en funciones ejecutivas según el test BRIEF 2 (Behaviour Rating Inventory of Executive Functions).

 

A pesar de estas ventajas, muchas no conocidas por el gran público que es el responsable de su consumo3, el consumo en España se ha reducido en menos de dos décadas de 49 a 17 litros per cápita, siendo en parte substituido por el consumo de bebidas vegetales.  En menos de dos décadas, el consumo per cápita descendió de los 49 litros del año 2000 a los 17 del 2017. Solo hubo un leve repunte en 2008 y 2009, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La versión semidesnatada ha tomado el relevo y se ha convertido en la favorita de los hogares españoles: en 2017 acaparó casi la mitad del consumo total de leche. El resto se repartió casi por partes iguales entre leche desnatada (28%) y entera (25%). En parte, el consumo de leche de mamífero sobre todo vaca o cabra, se ha visto frenado por el consumo de bebidas vegetales más ligeras en parte por el vaciamiento gástrico más rápido y mejor sabor16.

 

A nuestro criterio no se debería substituir en la dieta del niño las leches de mamífero con lactosa por las bebidas vegetales, en parte debido a que la proteína de las bebidas vegetales, carece de los 10 aminoácidos esenciales y fundamentales para el crecimiento y el desarrollo del niño, y por la falta de lactosa, con las ventajas enumeradas anteriormente. Una excepción, serían las fórmulas basadas en hidrolizados de proteína de arroz adicionadas de lisina y triptófano.

 

¿Por qué se abandona el consumo de leche de vaca?

Presencia de la vaca de caseína A1

Estas razones que han justificado, la preferencia en muchas personas adultas por las bebidas vegetales puede ser debidas a la presencia en la leche de vaca de caseína A1.

La leche de vaca puede ser LECHE A1 o LECHE A2. La leche A2 es leche de vaca que en su mayoría carece de una forma de proteína, la β-caseína llamada A1(que se halla en la leche A1) y en su lugar tiene en su mayoría la forma caseína A2. El tipo A1 beta-caseína es el tipo más común que se encuentra en la leche de vaca en Europa (excluyendo Francia), EE.UU., Australia y Nueva Zelanda. Sobre este punto Ana Romanowski afirma17 que la beta-caseína es la mayor fuente de proteínas en la leche. Sin embargo, hace unos 8000 años, las características de la beta-caseína comenzaron a cambiar, con una mutación solitaria que ocurrió en uno de los 209 aminoácidos de su perfil genético. Las prácticas de cría y los actos aleatorios de la historia convirtieron a las vacas productoras de A1 en la norma en Europa y, posteriormente, en la mayoría del mundo occidental.

La diferencia es potencialmente importante porque digerir A1, pero no A2, la beta-caseína puede causar la liberación del opioide beta-casomorfina (BCM-7) en el intestino delgado. La BCM-7 se ha relacionado con una función gastrointestinal dañada, enfermedad cardiovascular, autismo, esquizofrenia, disminución de funciones cognitivas, así como la disminución de las contracciones intestinales, dolor abdominal, aumento de gases, supresión de la proliferación de linfocitos. Todas estas patologías citadas, no se han podido demostrar en todos los estudios, que estén producidas por la liberación del opioide beta-casomorfina (BCM-7) al consumir leche A1. (18); más difícil de demostrar es que no produzca alteraciones de la motilidad intestinal, dolor abdominal, gases, y molestias secundarias a estas alteraciones.

En otras ocasiones, es la grasa de la leche en pacientes con reflujo gastroesofágico silente, lo que les hace afirmar que no les sienta bien la leche20. El perfil de ácidos grasos de la leche depende principalmente de la alimentación de los animales, pero por término general, la leche bovina contiene aproximadamente entre un 3 y un 4% de grasa. En algunos de estos casos la administración de leche semidesnatada, puede mejorar la aceptación de la leche

 

Descenso de la actividad lactásica del intestino

Por otro lado, tras un proceso infeccioso viral, la actividad lactásica del intestino delgado desciende, por substitución de los enterocitos adultos lesionados por el virus por otros enterocitos jóvenes, inmaduros con poca actividad lactásica, lo que induce molestias al tomar leche con lactosa como dolores de vientre, gases, diarreas. Este descenso de actividad será mayor cuanto más tiempo haya estado el paciente sin tomar lactosa; recordemos el aforismo general de la biología que reza: todo enzima es estimulado por su substrato; además el bacterioma intestinal se ha de “acomodar” al consumo de lactosa progresivamente. En este caso habrá que reiniciar el consumo de lactosa de una forma lenta y progresiva, o bien dando leche con lactosa poco a poco, o bien permitiendo tomar quesos, que tiene muy poca lactosa, o yogurt.

 

Vaciamiento gástrico rápido 

El vaciamiento, también conocido como vaciado gástrico, es un proceso fisiológico que se da en el estómago, y consiste en la eliminación del contenido estomacal posterior al llenado gástrico, hacia el duodeno. En el organismo normal, el vaciamiento tarda 4 horas después de la ingesta de alimentos, dependiendo del tipo de alimentos que se haya ingerido, del contenido de macronutrientes en el quimo y de la cantidad de sólidos contenidos en el mismo. Sin embargo, el vaciamiento gástrico puede verse retrasado o acelerado por distintos factores.

La velocidad de vaciado gástrico dependerá en gran parte de la cantidad de grasa de la leche ingerida, que a mayor cantidad de grasa vaciado gástrico más lento, siendo servida la lactosa más lentamente al duodeno.

Por ello, personas con un vaciado gástrico rápido, por stress, dietas bajas en grasa desde tiempo atrás, pero con actividad lactásica normal, pueden presentar signos y síntomas de intolerancia a la lactosa, por vaciado rápido y entrega de exceso de lactosa al duodeno y yeyuno, y paso rápido a tramos inferiores del intestino, alcanzando el intestino grueso sin desdoblar, provocando los signos y síntomas de intolerancia a la lactosa.

El método más rápido de diagnóstico de la intolerancia a la lactosa
es la dosificación en el aire espirado de hidrógeno

 

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa es el conjunto de manifestaciones clínicas y signos que aparecen tras la ingesta de lactosa. Se puede manifestar de muchas maneras o puede tener muchas sensaciones clínicas como, por ejemplo, dolor abdominal, sensación de repleción gástrica o abdominal, diarrea de color amarillo-verde, olor ácido, flatulencias.

 

¿Qué tipos de alteraciones se producen en el sistema digestivo?

La disminución de la actividad lactásica del borde en cepillo del intestino delgado, o en otras ocasiones un hiperperistaltismo (motilidad aumentada del intestino delgado), que empuja la lactosa sin escindir al intestino grueso, donde es fermentada por los miles de bacterias del mismo, produciendo los signos y síntomas de intolerancia a la lactosa citados.

 

¿Cómo se detectan estas alteraciones?

Hace unos años, se detectaban los cuerpos reductores en heces tomando leche con lactosa, pero actualmente, se detecta midiendo en aire espirado hidrógeno, metano tras sobrecarga de lactosa en polvo diluida en agua, o mejor tras sobrecarga fisiológica con leche con lactosa, asegurándonos antes de que el paciente no sufre una alergia a la proteína de la leche de vaca. Es conveniente medir también el CO2 para mayor exactitud de la prueba.

 

El método más indicado para el diagnóstico de intolerancia a la lactosa, es la dosificación en el aire espirado de hidrógeno, metano corregido según CO2, a las horas de haber administrado lactosa. En muchos centros se practica la administración de lactosa 20 o 25 gr desleída en agua, según los guidelines publicados hace pocos años.26

Por estos motivos vinculados al vaciamiento gástrico, en nuestro centro practicamos la sobrecarga fisiológica, administrando el alimento que más lactosa contiene, es decir, administrado un vaso de leche normal de vaca de unos 200 ml entera que suele contener unos 12 gr de lactosa, habiendo descartado previamente la alergia a la proteína de la leche de vaca. El paciente sopla y se recogen las muestras de aire espirados según los guidelines publicados por Ali Rezaie y cols23. No se deberá tomar antibióticos un mes antes ni tampoco ingerir verduras, legumbres o alimentos con cereales integrales.  

 

Tratamiento de la intolerancia a la lactosa

De todo lo anterior expuesto, se desprende que el tratamiento es multifactorial. Desde corregir el tiempo de tránsito acelerado, disminuyendo el consumo de fibras, aumentando discretamente las grasas, o dando lactasa en polvo y, sobre todo, ascendiendo progresivamente la lactosa de la dieta para modificar el bacterioma del colon para que induzca menos fermentaciones de este disacárido y como otros autores afirman, posibilidad discutida, para aumentar la actividad lactásica del intestino delgado.

 

¿La leche sin lactosa es buena para los intolerantes?

Es una buena opción. Es recomendable por medio de la determinación de hidrógeno, metano y CO2 estudiar la capacidad del organismo de digerir la poca lactosa del yogurt y del queso para (si los resultados son favorables), administrar estos productos, para no privar de lactosa por completo al paciente por los beneficios que comporta la ingesta de lactosa en la salud del enfermo:

  • Mejor absorción de calcio y por ello, mejor masa ósea.
  • Funciones intelectivas ejecutivas superiores en los que toman lactosa.
  • Menor probabilidad de sufrir neo de colon.
  • Frecuencia disminuida de infecciones intestinales en los que toman lactosa.
  • Menor frecuencia de estreñimiento en los que toman lactosa.

 

¿Qué le puede pasar al organismo si una persona que no es intolerante excluye el gluten de su dieta?

Para evitar la fácil fragmentación del pan y de otros productos sin gluten, los fabricantes recurren a añadirles proteínas de arroz, que en muchas ocasiones tienen arsénico, que como es sabido, en según qué cantidades, es venenoso.

  • Al fragmentarse fácilmente, es menos apetitoso y el paciente consume menos almidón, lo que puede plantear más problemas en la confección de meriendas y almuerzos.
  • Los productos sin gluten son más caros por lo que los que siguen dietas sin gluten están sujetos a gastos innecesarios.
  • Son más incómodos de adquirir, pues hay menos tiendas que los vendan.

 

Pide cita con el Dr. Tormo Carnicé, especialista en aparato digestivo y nutrición en niños y en adultos en Barcelona.

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By Dr. Ramón Tormo Carnicé
Gastroenterology

Dr. Ramón Tormo Carnicé is a specialist in diseases of the Digestive System and Pediatrics. He has worked at Hospitals in Geneva, Paris and Barcelona, where he was responsible for 35 years of the Pediatric Gastroenterology and Nutrition Unit of the Vall d'Hebrón Hospital, as well as being an associate professor of Pediatrics at the Autonomous University of Barcelona.

He currently serves patients in his Vía Augusta office and at the Quirón Hospital. In addition, he is a renowned expert in obesity, colic, chronic diarrhea, abdominal pain, liver disease and food intolerance.

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