Tratamiento del trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una enfermedad que altera los sistemas cerebrales que regulan el estado de ánimo del paciente. Esta afectación provoca episodios de depresión y de euforia (los episodios de euforia se denominan manía o hipomanía según su intensidad).

Se trata de una enfermedad crónica y recurrente, por lo que es necesario realizar un tratamiento preventivo para evitar la aparición de nuevos episodios, que se conocen como fases, y que tienden a seguir ocurriendo. Entre cada fase, la estabilidad psicológica de la persona es total, por lo que su recuperación parece evidente. Según el paciente, la enfermedad y el tratamiento que reciba, estos periodos de estabilidad pueden ser cortos o muy largos, de incluso años. La forma más clásica de esta enfermedad, conocida como trastorno bipolar I, afecta a algo menos del 2% de la población.

Causas del trastorno bipolar

Aunque actualmente la causa de esta enfermedad es desconocida, se sabe que el origen del trastorno bipolar es fundamentalmente biológico. Y dentro de las causas biológicas, las genéticas podrían ser las que adquieren más importancia. Es muy posible que se herede una cierta predisposición a padecer la enfermedad. También existen factores que pueden ser además desencadenantes de las fases. Entre estos factores se encuentra el consumo de tóxicos, el estrés o la falta de sueño, entre otros.

¿Qué sintomatología presenta?

El trastorno bipolar no se manifiesta únicamente en cambios más o menos bruscos del humor del paciente. Para diagnosticar la enfermedad con certeza, el especialista en Psiquiatría debe conocer que realmente el paciente ha sufrido episodios de tristeza y de euforia de intensidad y duración suficientes como para hablar de fases de depresión y manía; y es que el trastorno bipolar tan solo puede ser diagnosticado si han aparecido una o más fases de manía. Por manía se entiende que existe un periodo de tiempo en el que el paciente se encuentra continuamente eufórico o irritable, a lo que se puede sumar un lenguaje acelerado, hiperactividad, reducción de las horas de sueño o pensamientos megalomaníacos, por ejemplo.

Tratamientos para el trastorno bipolar

Existen dos tipos de tratamientos principales para tratar el trastorno bipolar. Por un lado, el de las fases, una vez que han aparecido la depresión y la manía, y por otro, el tratamiento de mantenimiento de la enfermedad para prevenir que aparezcan nuevas fases. Este tipo de tratamientos preventivos de la aparición de nuevos episodios se denominan estabilizadores del estado de ánimo. Fundamentalmente son de tres tipos: las sales de litio, algunos antiepilépticos y algunos fármacos antipsicóticos. El especialista deberá ser especialmente cuidadoso en el tratamiento de los episodios de depresión y euforia, porque los psicofármacos utilizados pueden generar inestabilidad afectiva, facilitando la aparición de nuevas fases.

Para más información sobre el trastorno bipolar, consultar con un especialista en Psiquiatría.