Tratamiento de los miomas uterinos: embolización de las arterias uterinas

Escrito por:

Dr. Joan Falcó Fages

Radiólogo intervencionista

Publicado el: 27/04/2020
Editado por: Margarita Marquès


Los fibromas o miomas uterinos, también conocidos como leiomiomas o fibromiomas, son tumores, no cancerosos (benignos), que se desarrollan en la pared muscular del útero y pueden presentarse hasta en el 40% de las mujeres en edad fértil. A pesar de que los miomas no siempre causan síntomas, dependiendo de su tamaño y localización pueden producir dolor y hemorragia importante. Con la menopausia mejoran ya que disminuye el nivel de estrógenos circulantes en sangre. Los síntomas pueden no mejorar en las mujeres que han tomado hormonas (estrógenos) como tratamiento en la menopausia.

 

El tamaño de un mioma es variable desde pocos milímetros (aceituna) hasta 15 20 centímetros, y pueden ser únicos o múltiples. Se desarrollan en alguna de las tres capas de la pared del útero. Los miomas subserosos (más externos) crecen hacia fuera del útero y no producen síntomas hemorrágicos pero sí molestias abdominales. Los miomas intramurales (en medio), que son los más frecuentes y crecen en el espesor de la pared del útero pueden producir alteraciones en el flujo menstrual, dolor y peso pelviano. Finalmente, los submucosos (más internos) que crecen en una capa fina que recubre la cavidad uterina y se desarrollan hacia ella.

 

Esquema del útero y situación
de los diferentes tipos de miomas

 

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes? 

Los síntomas dependen del tamaño del mioma y de la localización del mismo (subseroso, intramural o submucoso). Los miomas son muy comunes entre las mujeres mayores de 30 años y la gran mayoría no causan problemas. Los síntomas más frecuentes e importantes son:

Hinchazón del abdomen Dolor y peso en la región inferior del abdomen Dolor de espalda y de piernas Dolor durante la realización del acto sexual Alteraciones en la menstruación con hemorragias prolongadas y copiosas, incluso, con coágulos de sangre. Esta hemorragia puede llegar a provocar anemia. Compresión sobre la vejiga urinaria produciendo constantes y/o frecuentes ganas de orinar Compresión sobre el intestino produciendo estreñimiento

 

¿Cómo se diagnostica un mioma uterino?

Los miomas uterinos se sospechan habitualmente en el examen ginecológico rutinario y se confirman mediante técnicas de imagen: ecografía transvaginal, tomografía computarizada y resonancia magnética. Para el control y seguimiento de miomas de pequeño tamaño y asintomáticos es suficiente la ecografía y el control médico. Miomas de gran tamaño y con muchos síntomas pueden requerir otras técnicas de imagen. La resonancia magnética y la ecografía son inocuas e indoloras.

 

Resonancia Magnética de utero miomatoso, antes y después del tratamiento con embolización
(nótese la importante disminución del tamaño de los miomas después del tratamiento)

 

¿Cuál es el tratamiento quirúrgico de los miomas uterinos?

La gran mayoría de miomas no causan problemas y no requieren tratamiento. Los miomas sintomáticos, de tamaño reducido se pueden controlar con diversos fármacos: anticonceptivos, antinflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno, etc.) y hormonoterapia. Estos tratamientos, en general, mejoran los síntomas y controlan el crecimiento del mioma, mientras se toman. Sin embargo, los síntomas reaparecen y el tumor vuelve a crecer en el momento que se abandonan.

 

Cuando los síntomas persisten, a pesar del tratamiento médico, cuando éstos son muy importantes o cuando el tamaño supera un cierto límite hay que tratarlos con técnicas más invasivas.

 

La cirugía ha sido el tratamiento tradicional de los miomas de útero. Los tumores de gran tamaño, intramurales casi siempre requerían extirpación del útero, mientras que los pequeños se pueden resecar, conservándolo.

 

Actualmente las técnicas quirúrgicas han evolucionado y ciertos miomas se pueden resecar sin necesidad de intervención quirúrgica convencional (abrir el abdomen). La extirpación exclusivamente del tumor se denomina miomectomía. En general, la miomectomía mejora los síntomas pero no garantiza la posibilidad de nuevos miomas transcurridos unos años.

 

Técnica quirúrgica convencional: consiste en abrir el abdomen con técnicas de cirugía convencional, acceder al útero, abrirlo y extraer el tumor. Requiere anestesia general y varios días de ingreso hospitalario. Con esta intervención se pueden extirpar todo tipo de miomas (submucoso, subserosos e intra murales).

 

Cuando el tumor es grande o múltiple, asienta en una mujer menopáusica y/o acepta que después de esta técnica no podrá quedar embarazada, se puede practicar la extirpación del útero en su totalidad. Esta intervención se denomina histerectomía y consiste en abrir el abdomen por cirugía convencional y extirpar el útero. Se realiza bajo anestesia general y requiere varios días de hospitalización y de larga convalecencia. Los miomas son la causa de aproximadamente un tercio de histerectomías que se practican anualmente.

 

 

Tratamiento mínimamente invasivo de los miomas. ¿En qué consiste la embolización de las arterias uterinas?

Desde los últimos 20 años, una nueva técnica se ha incorporado al arsenal terapéutico de los miomas. La embolización de las arterias uterinas consiste en la oclusión total y de forma permanente de dichas arterias. La embolización produce falta de flujo de sangre en el tumor y reducción importante del tamaño tumoral. Es necesaria una potente y continuada analgesia que se puede realizar por vía epidural o con sedación e.v.. Con esta técnica se tratan todo tipo de mioma uterinos.

 

Se realiza por técnicas de Radiología Intervencionista que requieren una mínima invasión. Mediante cateterismo la arteria femoral en la ingle y navegando por las arterias, con control de rayos X (fluoroscópico) nos conducirá hasta los vasos que irrigan el tumor. Mediante pequeñas esteras de muy pequeño tamaño se taponarán las arterias que alimentan el tumor, produciendo la muerte y consiguiente atrofia de los mismos. El dolor y la hinchazón abdominal son dos efectos comunes de esta técnica. Para combatir el dolor se utilizan analgésicos potentes por vía epidural, o venosa. Pasada la fase aguda de las primeras 24h se administran durante una semana analgésicos por vía oral.

 

Técnica de embolización del Mioma: cateterismo arterial de la arteria
uterina izquierda por vía femoral, con partículas esféricas

 

¿Quién realiza la embolización y qué ventajas tiene?

El procedimiento lo realiza el Radiólogo Intervencionista. Sin embargo, en el proceso diagnóstico y terapéutico intervienen otros profesionales médicos (ginecólogos, anestesistas, radiólogos generales, etc.). Los Radiólogos Intervencionistas son médicos que tienen un entrenamiento especial para diagnosticar y tratar procesos, utilizando minúsculas y sofisticadas herramientas guiados por rayos X u otras técnicas de imagen.

 

Las técnicas intervencionistas, en general, son menos invasivas y más seguras, aunque su principal ventaja está en un menor tiempo de hospitalización y de convalecencia.

 

La sala de Radiología Intervencionista es una estancia hospitalaria que reúne unas condiciones especiales de asepsia. Dispone de un sofisticado equipamiento de imagen (rayos X y ecografía) así como del personal humano y de los medios técnicos de control vital y reanimación adecuados para garantizar la seguridad del paciente.

 

El Radiólogo Intervencionista trabaja estrechamente con el ginecólogo para dar a la paciente la mejor atención y cuidado posible.

 

¿Qué tipos de miomas pueden ser tratados con embolización?

En general cualquier tipo de mioma sintomático puede ser tratado con esta técnica, si bien aquellos de mayor tamaño y los que son múltiples son los que presentan mayores ventajas con respecto a las técnicas quirúrgicas.

 

¿Cuáles son los resultados médicos de la embolización?

Los trabajos médicos demuestran que entre el 85 y 95% de las pacientes mejoraron los síntomas. Hasta el 80% de las pacientes redujeron de forma importante el volumen de sus miomas. La recurrencia de miomas es comparable a la cirugía conservadora, aunque con menores complicaciones y una más rápida recuperación a la actividad habitual.

 

El 85-95% de las pacientes
mejoraron los síntomas

 

¿Existen riesgos en la embolización de miomas?

La embolización de la arteria uterina es una técnica segura, pero no está completamente exenta de riesgos. El dolor, como ya se ha comentado, puede ser importante aunque se controla con analgesia endovenosa.

 

En menos del 1% de las pacientes ante la alteración uterina se consideró la histerectomía como tratamiento potencial.

 

Finalmente, se ha descrito en un 2-5% de los casos, menopausia inducida post embolización.

 

¿Se pueden tener hijos después de la emboliación?

No hay estudios concluyentes en este sentido. Se aconseja que durante los primeros meses después de la embolización se evite quedar embarazada. Posteriormente algunas mujeres tuvieron embarazos a término sin complicaciones. No obstante y debido a la posibilidad de afectación de los ovarios en un 2-5%, en las mujeres con deseos de procreación, no debería ser la técnica de elección en su tratamiento.

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