Qué hacer para evitar la tortícolis

Escrito por: Daniel Meningaud
Publicado: | Actualizado: 30/11/2018
Editado por: Anna Raventós Rodríguez

La tortícolis es una contracción prolongada de los músculos del cuello que provoca dolor e incapacidad para mover la cabeza. Se puede desarrollar tanto en niños (conocida como tortícolis congénita) como en adultos.

El músculo particularmente afectado en la tortícolis es el esternocleidomastoideo, y su espasmo hace que la cabeza se incline de un lado y la barbilla mire al lado opuesto.

El dolor muscular se localiza en el cuello pero puede subir a la cabeza o bajar hacia el hombro o espalda.

Causas de la tortícolis

Las dos causas principales de la tortícolis corresponderían bien a una irritación de los nervios que controlan los músculos del cuello, o bien a una inflamación de los propios músculos provocados por distintos motivos:

  • Dormir en una posición que fuerza el cuello
  • Almohada inadecuada
  • Corriente de aire frío
  • Movimientos bruscos del cuello
  • Lesión traumática o latigazo cervical
  • Compresión del nervio espinal
  • Estrés, ansiedad...

 

Cómo prevenir la tortícolis

Todos los trabajos que exigen estar durante mucho tiempo en la misma posición pueden causar tortícolis, por ejemplo, estar frente a un ordenador, sobre todo en condiciones estresantes.

Para prevenirla, descansar unos minutos durante el trabajo y aprovéchalos para realizar unos ejercicios de cuello: girar la cabeza de un lado a otro y de arriba a abajo lentamente sin forzar y siempre con la ayuda de la respiración.

Es importante cuidar especialmente la postura al estar sentado frente al ordenador y nunca sujetar el teléfono entre el hombro y la oreja, pues se fuerza el cuello.

En casa procura tener un colchón firme y usar un almohada adecuada, ni muy baja ni muy alta. Además, evita dormir boca abajo.

 

¿Cómo tratar la tortícolis?

Para favorecer la relajación muscular es muy recomendable el reposo y el calor local.

La osteopatía también es muy efectiva. El tratamiento que realiza el osteópata se basa en determinar la causa del espasmo muscular y actuar sobre él con técnicas de estiramiento y de liberación miofascial.

Por otro lado, existen algunos remedios naturales antiinflamatorios, como el uso de plantas en infusión como la manzanilla, la alfalfa, el eucalipto y el jengibre que, entre otros, ayudan a calmar el dolor.

Otra solución podría ser masajear la zona afectada con aceites que tienen propiedades antiinflamatorias y analgésicas, como la lavanda o el árnica.

Por Daniel Meningaud
Fisioterapia

Daniel Meningaud es un destacado especialista en Fisioterapia. Diplomado en Fisioterapia por la Escuela Europea de París en 1994, también cuenta con formación en medicina tradicional china, a través de la Fundación Europea de Medicina Tradicional China.

Con más de una década de experiencia, es director del centro DMO Clinique y colaborador en el servicio de fisioterapia y osteopatía en Ocean Clinic de Marbella. Si desea más información sobre su perfil de experto en Osteopatía, pulse aquí.

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