Más del 50% de las incontinencias precisan tratamiento quirúrgico

Escrito por:

Dra. Isabel Bermúdez Pestonit

Proctóloga

Publicado el: 03/11/2022
Editado por: Sofía Berrón


El suelo pélvico es una estructura vital para nuestro organismo, aunque frecuentemente pasa desapercibido. Tiene la función de soportar parte del intestino, el aparato urinario y, en el caso de las mujeres, el ginecológico.

El suelo pélvico está constituido por una parte muscular y una parte ósea y las alteraciones que presente repercuten en el funcionamiento del aparato urinario, digestivo y ginecológico. Las enfermedades más frecuentes causadas por el funcionamiento incorrecto del suelo pélvico son la incontinencia urinaria y fecal, las hemorroides y el estreñimiento.

Las enfermedades más frecuentes causadas por el funcionamiento incorrecto
del suelo pélvico son la incontinencia urinaria y fecal,
las hemorroides y el estreñimiento.

 

Las causas del debilitamiento del suelo pélvico

El paso del tiempo suele producir un debilitamiento en nuestros músculos, aunque también envejecen los huesos, lo cual contribuye a producir alteraciones en el equilibrio requerido para el funcionamiento adecuado del suelo pélvico.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que las mujeres se ven más afectadas debido a los embarazos, por el peso que supone en el suelo pélvico. Incluso el propio mecanismo del parto puede influir y producir desgarros.

 

Consecuencias de las alteraciones en el suelo pélvico

En general, las anomalías se suelen notar una vez que se hacen presentes las consecuencias. Las más frecuentes son:

Incontinencia urinaria y fecal Defecación obstructiva y estreñimiento Hemorroides Dolor pélvico Fisura anal

 

La incontinencia, un problema muy incapacitante para las mujeres

En la mayoría de los casos, la incontinencia urinaria se tolera sin consultar, ya que se cree que es una consecuencia de la edad y que debemos vivir con eso. Sin embargo, cuando presentamos incontinencia urinaria, el mayor porcentaje de pacientes también tiene incontinencia fecal, y al revés.

Por esta razón, es importante darle visibilidad al problema: en España hasta 6 millones de personas sufren incontinencia urinaria y una cifra relativamente menor, entre 2 y 4 millones, también presentan incontinencia fecal. Esta incidencia se debe, principalmente, al envejecimiento.

La información y toma de conciencia, tanto en cuanto a la prevención como en cuanto al tratamiento, es fundamental, ya que en más del 50% de los casos se consigue una mejora en la calidad de vida del paciente, solamente fortaleciendo la musculatura, administrando medicación, cambiando hábitos intestinales y aplicando irrigaciones.

 

Recomendaciones para reforzar el suelo pélvico

Es importante evitar las agresiones a la estructura muscular y la estructura ósea y también realizar un ejercicio adecuado.

En el caso de las mujeres jóvenes, es recomendable realizar ejercicios hipopresivos de contracción de la musculatura de la pelvis.

Por otro lado, es esencial consultar con un especialista o un fisioterapeuta, que nos puede brindar una pauta de ejercicios.
 

Tratamiento quirúrgico de la reconstrucción pelvi-perineal

En un principio, un 50% de los pacientes se tratan de manera conservadora, es decir, cambiando hábitos y siguiendo un tratamiento de fisioterapia. Sin embargo, en algunos casos, se debe recurrir al ámbito quirúrgico. Para ello, contamos con diversas técnicas.

Según en qué área del suelo pélvico se encuentre la alteración, elegiremos qué tipo de cirugía seguir. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el debilitamiento es global y la cirugía se encamina a realizar un sostén.

En la intervención se debe recolocar los órganos en su sitio y, por lo general, se realiza mediante la introducción de mallas en la cavidad pélvica que se fijan a los órganos y las estructuras óseas y musculares. Se suele practicar la cirugía con técnicas mínimamente invasivas, es decir, mediante vía laparoscópica o robótica.

En otras ocasiones, también se puede hacer reparaciones musculares, aunque lo más frecuente es la suspensión de los órganos. En el caso de que existan patologías invalidantes, también es posible llevar a cabo el tratamiento mediante bloqueos.

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