Histerectomía y miomectomía por laparoscopia

Escrito por:

Dra. Lucía Vior Martínez

Ginecóloga

Publicado el: 18/09/2018
Editado por: Patricia Fernández Ramos


La palabra histerectomía viene del griego hystera “útero” y ektomía “sacar por corte”, es decir, extirpar el útero o matriz. La miomectomía es la extirpación de fibromas o miomas, tumores benignos que se desarrollan en el miometrio o pared del útero.

 

Histerectomía

Es el segundo tipo de cirugía mayor más común entre las mujeres en edad de procrear (la más común es el parto por cesárea).

Se puede realizar para tratar muchas enfermedades que afectan al útero:

Fibromas uterinos Sangrado uterino anormal Cáncer Dolor pélvico crónico Endometriosis Prolapso (desprendimiento) uterino

 

Tipos de histerectomía

Abdominal: el útero se extrae a través de una incisión practicada en la pared abdominal. Vaginal: se extrae por vía vaginal y está indicada sobre todo cuando hay un descenso del útero, vejiga y recto. Laparoscópica: a través de pequeñas incisiones abdominales se libera el útero y se extrae por vagina. En la misma intervención pueden extirparse los anejos (ovarios y trompas) si fuera preciso.

 

Histerectomía laparoscópica

El laparoscopio es un tubo provisto de luz y cámara que se introduce en el abdomen a través de una pequeña incisión de 12 mm al lado del ombligo. Está conectado a un sofisticado sistema óptico que permite la visión de la intervención a través de monitores de alta resolución.

Previamente, a través de una aguja se introducen varios litros de gas que permiten la distensión de la cavidad abdominal creando un espacio amplio que permite al especialista ginecólogo ver todos los órganos pélvicos y abdominales.

Además se practican otras incisiones de 5 o 12 mm para introducir trócares (tubos) y a través de ellos utilizar otros instrumentos como pinzas, tijeras, aspirador-irrigador, puntos de sutura, etc.

 

Los miomas uterinos son asintomáticos y dolorosos a veces.
 

 

Ventajas de la cirugía laparoscópica

Sus ventajas, son indudables:

La mayor es evitar la incisión abdominal, la cual generalmente implica un mayor tiempo de hospitalización (4 o 5 días con la vía abdominal frente a 1 o 2 días con la vía laparoscópica) y un tiempo de recuperación más prolongado (4 a 6 semanas con la vía abdominal y 1 a 2 semanas con la vía laparoscópica). La intensidad de las molestias postoperatorias también es menor, cediendo normalmente con analgésicos suaves y el inicio de la dieta normal también se realiza de manera más rápida. La anestesia empleada es la misma para las dos vías (anestesia general). Las incisiones son más pequeñas, hay menos dolor y son más estéticas. También hay menos infecciones.

 

Miomectomía por laparoscopia

Los miomas uterinos son nódulos o masas de músculo liso que se originan en el miometrio o pared muscular del útero. Son muy frecuentes en las mujeres entre los 30 y los 50 años. Muchas veces son asintomáticos, pero en ocasiones producen hemorragias, dolor, infertilidad, etc.

La causa de su aparición no está bien establecida pero se cree que son estrógenos dependientes, por eso su crecimiento se detiene al llegar la menopausia. Se clasifican, según su localización en subserosos,(55%), intramurales (40%) y submucosos (5%).

En caso de crecimiento excesivo o de que produzcan síntomas, el tratamiento es quirúrgico. Si son submucosos, se pueden extirpar por histeroscopia, por vía vaginal. Si son intramurales o subserosos el abordaje será por vía abdominal, bien con laparoscopia o con cirugía abierta.

La miomectomia es posible por laparoscopia si el mioma es menor de 10 cms, en el caso de que sea intramural y si es múltiple, cuando el número es menor de 4 y su tamaño no excede de 4-5 cms. Esta intervención permite preservar el útero para próximos embarazos, aunque técnicamente es más laboriosa por el sangrado y el número de puntos que precisa la reparación del útero una vez extirpado el o los miomas.

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