Caídas en las personas mayores: medidas para prevenirlas

Las caídas en las personas mayores son un síndrome geriátrico que conlleva un verdadero problema de salud pública dado su gran impacto poblacional. Un tercio de las personas mayores de 65 años se caerán alguna una vez.

Este valor se incrementa por cada década de la vida, de manera que se calcula que casi la mitad de los octogenarios se habrán caído en algún momento de su vida, incluso con caídas recurrentes en algunos casos o con un mayor riesgo de caerse si viven en centros geriátricos dada su fragilidad asociada.

¿Cuáles son las causas o factores de riesgo de las caídas en personas mayores?

Las caídas se producen en relación a múltiples factores, tanto intrínsecos como extrínsecos, que conviene conocer para intentar actuar sobre ellos y prevenir futuras caídas.

La inestabilidad a la marcha intrínseca en la población anciana es una de las principales causas de las caídas en las personas mayores. Se vincula a la pérdida de masa y fuerza muscular, conocida como sarcopenia, o a la propia disminución de la agudeza visual o auditiva que, a su vez, puede asociarse a un deterioro cognitivo que aumenta el riesgo de caída.

Las principales causas externas están relacionadas con la falta de iluminación, la errática distribución del mobiliario en los domicilios, incluido las alfombras, o a un baño no adaptado donde el acceso a la ducha sea dificultoso o podamos resbalarnos.  

Así mismo, el uso de zapatos o ropa inadecuado que entorpezca la deambulación incrementará las posibilidades de caernos. 

Es importante no olvidar el papel de los fármacos, cuyo consumo es muy habitual entre las personas mayores, normalmente pluripatológicos, y representa un reconocido factor de riesgo de caídas, especialmente en el caso de los hipnóticos y antidepresivos, que pueden afectar el estado de alerta de la persona, o medicamentos para controlar las cifras tensionales, que pueden provocar una hipotensión sintomática especialmente en épocas calurosas de verano.  

¿Qué consecuencias se pueden desencadenar después de una caída?

El 70% de las caídas tienen consecuencias, mayoritariamente leves como contusiones, hematomas o pequeñas heridas, pero también debemos de tener presente aquellas situaciones que repercutirán en la salud e incluso en la vida de la persona.

Puede presentar una fractura de húmero o de pelvis. Es importante destacar la fractura de fémur que lidera el ranking de consecuencias físicas graves, que, aunque solo afecta al 1-5% de las caídas, dado el elevado número de personas que se caen en nuestro país, justifica que casi 60.000 ancianos al año presenten esta fractura de cadera con todo lo que ello representa: la cirugía, la hospitalización con riesgo de complicaciones, la necesidad de recuperación posterior asociado a una elevada probabilidad de ingresar en un centro de atención geriátrica.

Los traumatismos craneales también pueden tener graves consecuencias por probabilidad de presentar una hemorragia cerebral, especialmente en aquellos ancianos que siguen un tratamiento anticoagulante o antiagregante (aspirina o clopidogrel), con especial mención del hematoma subdural que puede diagnosticarse incluso semanas después de la caída.

Y si hablamos de consecuencias, debemos hablar de la repercusión psicológica que representa una caída para la persona mayor. El denominado “síndrome post-caída” conlleva un miedo a volver a caerse, con una afectación del estado de ánimo, triste e inseguro, que puede conllevar una negación a salir de casa con la consecuente repercusión de aislamiento social y soledad. Y todas estas consecuencias tendrán un impacto económico que repercutirá negativamente en el anciano y sus familiares.

¿Qué debemos hacer si presenciamos como una persona mayor sufre una caída?

Si presenciamos una caída de una persona mayor, ante todo determinemos su nivel de conciencia y su capacidad de movilizar las extremidades de manera espontánea, ya que nos indicará la urgencia o no de avisar a una atención médica y ambulancia inmediata.

Nunca movilizaremos la persona si sospechamos de una posible fractura o traumatismo craneal grave, porque podríamos agravar la lesión si no tenemos experiencia en levantar a personas.

Por el contrario, si se trata de una caída leve, con escasa repercusión física, ayudaremos a la persona mayor a levantarse y le daremos apoyo psicológico de ánimos pues probablemente esté afectada por la situación vivida. 

Posteriormente, contactaremos con nuestro médico geriatra para conocer si conviene una valoración facultativa y debemos realizar alguna modificación del tratamiento, como podría ser el suspender momentáneamente los anticoagulantes.

¿Cuáles son las medidas básicas que se pueden adoptar para prevenir el riesgo de caídas en personas mayores?

Las medidas recomendadas para evitar caídas son:

• Nos levantaremos lentamente de la cama o sofá.
• Utilizaremos calzado cerrado, sin tacones y bien puesto.
• No tendremos prisa en hacer las actividades de higiene diaria: baño, vestido, etc.
• No nos levantaremos tras tomar la medicación sedante que tenemos pautada.
• No nos agarraremos del toallero o los pomos de las puertas y utilizamos las ayudas técnicas como el andador, bastones, etc.
• Utilizaremos nuestras gafas o audífonos.
• Iremos al lavabo cada 2 o 3 horas para así evitar urgencias.
• Dejaremos una luz encendida durante la noche que nos facilite ver el camino a seguir si nos levantamos.

Las caídas tienen una relación directa con la edad.  Dado que la edad que no la podemos cambiar, apostemos por un envejecimiento activo y saludable que nos evite futuras caídas y sus consecuencias. Apostemos por nuestra seguridad.