Hemorragia cerebral
Dr. Carlos Alfonso Bucheli Peñafiel - Neurocirugía
Creado el: 13-11-2012
Editado el: 21-09-2023
Editado por: Marga Marquès
¿Qué es una hemorragia cerebral?
Una hemorragia cerebral consiste en la ruptura de un vaso sanguíneo (normalmente, una arteria), que provoca sangrado tanto dentro como alrededor del encéfalo.
Las hemorragias cerebrales se diferencian según su localización y según la gravedad del daño, diferenciamos entre:
- Hemorragia cerebral espontánea: relacionada con hipertensión arterial, problemas de coagulación, plaquetopenia, tumores o formación de nuevos vasos sanguíneos después de una isquemia, vasculitis, drogas o infecciones del sistema nervioso central, entre otros. Puede tratarse de una hemorragia intraparenquimatosa o intracerebral; suele afectar a las personas mayores. Este tipo de hemorragia cerebral supone el 10-15% de todos los ictus.
- Hemorragia intraventricular: cuando afecta a los ventrículos del cerebro que contienen el líquido cefalorraquídeo. Afecta a niños prematuros, sobre todo a aquellos que han tenido síndrome de distrés respiratorio, colapso pulmonar o presión alta. En el 70% de los casos esta hemorragia es secundaria, es decir, deriva de una hemorragia intraparenquimatosa.
- Hemorragia subaracnoidea: afectan a jóvenes de entre 20 y 40 años y se produce en el espacio subaracnoideo, por fuera de la piamadre. Se trata de una patología grave que suele estar causada por la rotura de un aneurisma (el riesgo de rotura es proporcional a su tamaño), traumatismo craneal, uso de anticoagulantes, trastorno hemorrágico, etc. Es común en personas mayores que han sufrido caídas o se han golpeado en la cabeza y en los jóvenes que han sufrido un accidente automovilístico.
- Hematoma subdural: localizado entre el aracnoide y la duramadre, es el sangrado por traumatismo más común. Las personas que lo padecen suelen caer en coma durante su hospitalización.
- Hematoma epidural: localizado entre la duramadre y el cráneo, puede aparecer por traumatismo cerebral. En la mayoría de los casos este tipo es la consecuencia de fractura del cráneo en niños y adolescentes.
Al sangrado que aparece por la rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro se le conoce como ictus.
Pronóstico de la enfermedad
Una hemorragia cerebral es una patología grave que implica riesgo de mortalidad. Las principales complicaciones aparecen cuando se expande el hematoma, por edema perihematoma, por la extensión intraventricular de la hemorragia con hidrocefalia, convulsiones, episodios tromboembólicos venosos, hiperglucemia, hipertensión arterial, fiebre e infecciones.
En general, la gravedad de cada caso dependerá de la cantidad de sangre derramada.
La tasa de mortalidad de la hemorragia cerebral es del 40%.
Por otro lado, es posible que al paciente le queden secuelas, tales como pérdida de la capacidad para comunicarse, problemas de deglución y de visión, neumonía, pérdida de sensibilidad y depresión, entre otros.
Síntomas de hemorragia cerebral
Los principales síntomas de hemorragia cerebral según el tipo son:
- Hemorragia cerebral espontánea: se manifiesta con cefalea, vómito, papiledema, bradicardia y disminución del estado de conciencia, entre otras.
- Hemorragia intraventricular: apnea y bradicardia, llanto agudo, convulsiones, coloración pálida o cianosis, anemia, hinchazón o abultamiento de las fontanelas (puntos blandos entre los huesos de la cabeza del bebé. Hemorragia subaracnoidea: problemas de visión, dolores musculares, dolor de cabeza fuerte y repentino, pérdida del conocimiento y náuseas y vómitos, entre otros.
- Hematoma subdural: dolor de cabeza, dificultad con el equilibrio o la marcha, lenguaje confuso, falta de energía, convulsiones, náuseas y vómitos, problemas visuales, etc.
- Hematoma epidural: los principales síntomas son mareo, confusión, náuseas o vómitos, somnolencia, traumatismo craneal y debilidad, entre otros.
Pruebas médicas para hemorragia cerebral
El primer paso para detectar un derrame cerebral es determinar qué tipo de derrame es, y esto puede saberse a través de un TAC o una resonancia magnética nuclear.
Además, para ayudar a determinar el tipo, la causa y la ubicación, así como descartar otras patologías, pueden realizarse otro tipo de pruebas, como las siguientes:
- Exámenes de sangre
- Electrocardiograma
- Ultrasonido de la carótida
- Angiografía cerebral
¿Cuáles son las causas de la hemorragia cerebral?
Una hemorragia cerebral puede aparecer por accidente o puede ser causa de un traumatismo cerebral.
Algunos factores de riesgo de la hemorragia cerebral son la hipertensión, la menopausia, la diabetes, el tabaquismo, el alcohol y la cafeína.
- Hemorragia cerebral espontánea: como ya se ha mencionado, suele estar relacionada con la hipertensión arterial. Algunos factores de riesgo controlables son el alcohol y el tabaco, así como la diabetes mellitus.
- Hemorragia intraventricular: las causas de este tipo de hemorragia no están claras, aunque puede deberse a que los vasos sanguíneos del cerebro del bebé sean muy frágiles e inmaduros. Aquellos con problemas respiratorios (como la enfermedad de la membrana hialina) son más proclives a padecerla. Casi siempre la hemorragia se produce en los 4 primeros días de vida.
- Hemorragia subaracnoidea.
- Hematoma subdural: muchas veces es el resultado de un traumatismo craneal grave, pero también puede serlo de un traumatismo craneal menor. Por otro lado, pueden aparecer sin ningún motivo. Algunos factores de riesgo son: medicamentos anticoagulantes, afecciones médicas, consumo prolongado de alcohol, etc.
- Hematoma epidural: a menudo, lo causa una fractura en el cráneo durante la infancia o la adolescencia. Es más común en jóvenes. También puede presentarse por rotura de vaso sanguíneo.
¿Se puede prevenir?
Las hemorragias cerebrales pueden intentar prevenirse adquiriendo hábitos saludables de salud (ejercicio físico regular, dejar de fumar, bajar de peso) que ayuden a controlar los niveles de colesterol, la tensión arterial, controlar el azúcar, el estrés, el ánimo, etc.
Tratamientos para hemorragia cerebral
Es vital que una hemorragia cerebral sea tratada inmediatamente; de esta manera, se podrá salvar la vida y se reducirá el riesgo de invalidez. La técnica a emplear dependerá del tipo y de la ubicación del derrame, pero, en general, se focalizará en restaurar el flujo sanguíneo y en reducir la presión en el cerebro.
Si un derrame es causado por un coágulo puede tratarse con fármacos (que deben administrarse en las primeras horas del inicio del derrame).
Otras técnicas serían la cirugía y los tratamientos vasculares intracraneales.
¿Qué especialista lo trata?
Las hemorragias cerebrales son tratadas por los neurocirujanos.