Tratamiento láser para las hemorroides
Escrito por:Las hemorroides son tejido vascular, arterias y venas que están presentes de forma normal en la submucosa del conducto anal. Sin embargo, su aparición puede llegar a resultar muy incómoda y molesta y es uno de los principales motivos de consulta. Se calcula que cerca del 30% de la población padece síntomas de hemorroides en algún momento de su vida y, aunque se desconoce su causa directa, los principales factores que influyen en ellas son:
- Factores hereditarios.
- Obesidad, por aumento de la presión abdominal sobre el piso pélvico.
- Estreñimiento que, al forzar el paso de las heces, comprime las venas hemorroidales.
- Diarrea o abuso de laxantes que puede producir irritación.
- Factores ocupacionales, estar de pie o sentado durante mucho tiempo seguido, especialmente si el asiento es inadecuado.
- Hipertensión portal, es decir, aumento de presión venosa a nivel del sistema porta, por enfermedades sistémicas hepáticas o renales.
- Abuso de laxantes.
- Embarazo, sobre todo en las últimas semanas, por aumento de la presión abdominal sobre el piso pélvico.
Por otro lado, se cree que las hemorroides ayudan a la continencia anal, aportando volumen al conducto anal y suponen hasta 15-20% de la función de continencia (evitar pérdidas) y colaboran en la discriminación del contenido de la ampolla rectal (sólido, líquidos y gases).
¿Qué es la enfermedad hemorroidal y cómo se produce?
El término de enfermedad hemorroidal expresa la presencia de síntomas o complicaciones derivadas de las hemorroides, que no son, esencialmente, venas varicosas, sino cojines vasculares compuestos de venas, sinusoides, arteriolas, fibras de músculo liso y tejido conectivo que se encuentran en el canal anal.
Múltiples estudios, como el de Riss S, et al. The prevalence of hemorrhoids in adults. Int J Colorectal Dis 2012; 27: 215–220, comprobaron que hasta el 40% de los pacientes que se sometieron a una colonoscopia de control por otro motivo presentaban hemorroides, siendo el 45% de ellas sintomáticas.
La enfermedad hemorroidal, así como la clínica presente, se clasifica en función del grado por la clasificación de Goligher en:
- Primer grado, los plexos hemorroidales se insinúan a través del canal anal durante la evacuación, pero no se exteriorizan. En este grado predomina el sangrado (rectorragia).
- Segundo grado, los plexos hemorroidales sobresalen por debajo de la línea dentada durante el esfuerzo de evacuación y regresan espontáneamente en cuanto cesa el esfuerzo. En este grado, la sintomatología más habitual es el prolapso.
- Tercer grado, ocurre cuando se produce un prolapso durante los esfuerzos (defecación, ejercicio físico…) y es necesario reducirlo manualmente. La clínica principal es el prolapso, rectorragia, disconfort o ensuciamiento y prurito o picor.
- Cuarto grado, son aquellas hemorroides que se consideran irreductibles, porque los cojines vasculares están permanentemente externalizados, y no se pueden reducir manualmente. La clínica en estos casos es prolapso permanente, rectorragias, disconfort, dolor y trombosis.
¿Qué tratamientos se usan hoy en día?
El tratamiento varía en función del grado de las hemorroides. Actualmente el tratamiento médico y las técnicas mínimamente invasivas son las mejores armas para el tratamiento de la patología hemorroidal, relegando la cirugía tradicional para los casos refractarios o muy seleccionados.
En el tratamiento de las hemorroides es muy importante las modificaciones de la dieta, como la administración de suplementos de fibra y el aumento de la ingesta de líquidos. Por lo general, las hemorroides internas de primer y segundo grado, y algunas de tercer grado, pueden tratarse con intervenciones mínimamente invasivas y poco agresivas.
Debemos destacar las siguientes:
- La ligadura con bandas elásticas. Esta técnica se realiza una usando una pequeña banda elástica de goma se aplica sobre el "cuello o base" de la hemorroide, cortando su riego sanguíneo. La hemorroide junto a la banda se cae a los 3-5 días y se forma una pequeña cicatriz que evita que el tejido pueda seguir. El procedimiento puede requerir varias sesiones para ligar los distintos paquetes hemorroidales con un alivio de los síntomas hasta del 80% en casos seleccionados.
- La escleroterapia hemorroidal. Técnica que consiste en la inyección de un producto esclerosante (irritante y secante) en cada paquete hemorroidal con el fin de producir una inflamación-fibrosis en la hemorroide y hacer que se seque. Pueden requerirse varias sesiones, pero su uso continuo se contraindica pues existe el riesgo de una excesiva fibrosis. Esta técnica tiene mucho éxito a corto plazo, pero la enfermedad hemorroidal tiende a reaparecer, y su principal ventaja es que puede utilizarse en pacientes con tendencia a la hemorragia o que están tomando anticoagulantes que no se pueden suspender.
- Existen técnicas más o menos novedosas, como la coagulación infrarroja y con láser, así como desarterialización hemorroidal transanal mediante el uso de ecografía-Doppler… técnicas que se basan en conseguir el colapso de las hemorroides mediante energía o ligaduras pero sin extirpar la hemorroide.
Por otro lado, el uso de técnicas quirúrgicas tradicionales, las conocidas como hemorroidectomias, abierta de Milligan-Morgan, cerrada de Ferguson, o submucosa de Parks, deben considerarse en pacientes que no respondan a los intentos repetidos más conservadores, pacientes con prolapso grave que requieren reducción manual (grado III) o que no se puede reducir (grado IV), hemorroides complicadas por estrangulación, ulceración, fisura o fístula, y hemorroides externas sintomáticas.
Terapias láser: una revolución en el tratamiento de las hemorroides
Técnicamente esta modalidad se llama LHP™ (Laser Hemorrhoidoplasty de BioLiteC®), que esencialmente lo que se utiliza es un anoscopio con un canal de trabajo y una fuente láser con una longitud de onda determinada, que ejerce un efecto coagulador y de necrosis de la hemorroide, evaporando del agua de las células y generando una coagulación de las proteínas. Secundariamente se genera una esclerosis de las capas mucosa y submucosa de la hemorroide, que hacen que ésta se fije a la capa muscular del canal anal y previene el prolapso.
Con esta técnica no se retira en sí misma la hemorroide, sino que se realiza una coagulación intrahemorroidal, haciendo que se caiga posteriormente la hemorroide generando una cicatriz menos dolorosa ya que no se reseca tejido.
¿En qué casos se indica este procedimiento?
El empleo de las terapias con láser está en continua evolución, por lo que cada vez se emplean para un mayor número de situaciones y patologías.
Actualmente el uso de la terapia láser para la enfermedad colorrectal benigna, destaca en la enfermedad hemorroidal (LHP), fístulas perianales (FiLaC), condilomas y sinus pilonidal (SiLaC)
El uso de la tecnología LHP™ resultará más beneficioso para las hemorroides grado I-II-III muy sintomáticas, de más de 6 meses de evolución y que han fracasado a medidas médicas o ligadura con bandas, así como las de grado III-IV sin excesivo componente externo, ya que es en estos casos en los que preferiblemente se indicaban cirugía tradicional o hemorroidectomía, y se ha visto que con la terapia LHP™ se consiguen buenos resultados a largo plazo.
Por supuesto, lo principal es individualizar las opciones de tratamiento para cada paciente, según edad, enfermedades asociadas, tipo y grado de las hemorroides, así como las expectativas y necesidades de cada paciente para intentar ofertar el tratamiento óptimo para su patología. Esta terapia estaría contraindicada ante la presencia de embarazo, alteraciones cardiovasculares severas o portador de marcapasos, presencia de infección, fisura activa o suturas metálicas previas (Técnica de Longo, resección de recto…).
Ventajas de la técnica LHP
Como ya hemos comentado para otras patologías como las fístulas perianales (terapia FiLaC®), el uso de la terapia láser ha supuesto un gran avance, y representa una revolución en el campo de la proctología principalmente en el tratamiento de la patología hemorroidal.
La técnica LHP™ es segura, permitiendo una recuperación postoperatoria más rápida que las técnicas alternativas, con prácticamente ausencia de complicaciones, y mínimo dolor o sangrado. Puede hacerse sin anestesia regional (raquianestesia) como en la mayoría de otros métodos, reduciendo las complicaciones, simplificando el tratamiento y haciéndolo más rápido y seguro.
Estudios como el de Giamundo P. Hemorrhoidal Laser Procedure (HeLP) and Hemorrhoidal Laser Procedure + Mucopexy (HeLPexx) and Other Emerging Technologies. Rev Recent Clin Trials. 2021;16 (1):17-21, muestran que el tratamiento con láser LHP fue significativamente superior al tratamiento quirúrgico en términos de duración de la operación, sangrado intraoperatorio, dolor posoperatorio y tasa de sangrado posoperatorio.
Con la técnica LHP™ se evidencia una retracción de los cojinetes hemorroidales 7-14 días después de la operación y aún mayor retracción después de 90 días, determinando una retracción completa o parcial del prolapso en el 85% de los pacientes. En el seguimiento a los 12 meses se evidencia que más del 95% de los pacientes no tuvieron sangrado y presentaron reducción completa del prolapso.
Por todo ello, como ya apuntaba Naderan M y col. en su estudio A Randomized Controlled Trial Comparing Laser Intra-Hemorrhoidal Coagulation and Milligan-Morgan Hemorrhoidectomy. J Invest Surg. 2017 Oct;30(5):325-331., la cirugía hemorroidal mediante láser al ser una técnica mínimamente invasiva, que causa un daño nulo al esfínter anal, se reduce el riesgo de incontinencia tras la intervención (pérdida o fuga de gases y/o heces), y el postoperatorio es menos doloroso, se produce menos sangrado intraoperatorio y necesidad de uso de analgésicos, consiguiéndose una recuperación más rápida de las actividades socio-laborales.
Si desea más información, consulte con un especialista en Cirugía general.