¿Qué es y a quién puede afectar la enfermedad de Ménière?

Escrito por: Dr. José Javier Benito González
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

La enfermedad de Ménière es un trastorno multifactorial del oído interno que se caracteriza por ataques recurrentes y espontáneos de vértigo rotatorio, frecuentemente con nauseas y vómitos, que se acompañan de pérdida de audición, acúfenos y presión aural en el oído afecto. Suelen durar entre 20/30 minutos y 1/2 horas.

 

La pérdida auditiva es inicialmente fluctuante, recuperándose tras la crisis de vértigo. Sin embargo, progresivamente se hace menos variable y evoluciona hacia una pérdida de audición moderada-grave. El acúfeno usualmente se hace permanente, aumentando previamente a los ataques de vértigo.

 

El curso de la enfermedad es muy variable. Habitualmente los pacientes presentan varios ataques de vértigo seguidos de largos periodos asintomáticos. En un porcentaje importante los ataques de vértigo pueden ceder entre 2 y 8 años, pero en algunos pacientes la enfermedad llega a ser incapacitante.

 

La enfermedad debe su nombre al médico francés Prosper Ménière, que fue el primero en describir sus síntomas en 1861. La incidencia de la enfermedad de Ménière se estima en 8/46 casos por 100.000 habitantes y año. Se da entre los 30 y los 70 años de edad, y es más común en mujeres. Su prevalencia claramente aumenta a medida que lo hace la edad.

 

La enfermedad de Ménière se asocia con migraña, colon irritable, psoriasis y artritis reumatoide.

 

 

 

¿Cuál es la causa de la enfermedad de Ménière?

No se conoce la etiología de la enfermedad de Ménière. Se han invocado factores autoinmunes, genéticos y de daño local.

 

 

 

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Ménière?

La International Classification of Vestibular Disorders de la Sociedad Bárány basa el diagnóstico definitivo de la enfermedad de Ménière en una historia clínica compatible, con dos o más episodios de vértigo (con duración entre 20 minutos y 12 horas) con síntomas aurales fluctuantes (acúfeno, pérdida auditiva o plenitud ótica), junto con una pérdida auditiva neurosensorial en frecuencias graves o medias documentada audiométricamente.

 

Aunque la enfermedad de Ménière está estrictamente definida desde el punto de vista clínico, no siempre están presentes todos los datos o no todos se presentan simultáneamente. Determinadas pruebas pueden ayudarnos a aclarar un diagnóstico incierto o a descartar otros procesos:

 

  • La electrococleografía: nos proporciona la evidencia electrofisiológica del hidrops endolinfático o dilatación del órgano vestibular que caracteriza la fisiopatología de esta enfermedad.
     
  • El Vídeo-Test de Impulso Cefálico (v-HIT), los Potenciales miogénicos evocados vestibulares (VEMPs) o las pruebas calóricas nos ayudan a identificar el lado afecto y a cuantificar el daño vestibular.
     
  • La RMN con gadolineo está indicada cuando se quieren descartar causas relacionadas con el sistema nervioso central, aunque recientemente es está consiguiendo visualizar el hidrops utilizando secuencias concretas

 

El vértigo es uno de los síntomas de la Enfermedad de Ménière
El vértigo es uno de los síntomas de la Enfermedad de Ménière
 

 

¿Con qué procesos se debe hacer un diagnóstico diferencial?

La triada sintomática de vértigo, hipoacusia y acúfeno no es exclusiva de la enfermedad de Ménière. En estadios iniciales puede confundirse con el síndrome de tercera ventana, tumores del ángulo pontocerebeloso e incluso con tubaritis.

 

Cuando existe vértigo franco, debemos descartar procesos periféricos (fístula laberíntica, laberintitis infecciosas, otosclerosis, insuficiencia vértebro-basilar, vértigo posicional paroxístico benigno) o centrales (esclerosis múltiple, síndorme de Susac).

 

Ejemplo de Enfermedad de Ménière
Ejemplo de Enfermedad de Ménière
 

 

¿En qué consiste el tratamiento de la enfermedad de Ménière?

Los objetivos del tratamiento son reducir el número y la intensidad de los vértigos y mejorar la hipoacusia y el acúfeno asociados. El tratamiento de la enfermedad de Ménière es habitualmente escalonado, en función de la frecuencia y la intensidad de los síntomas.

 

  1. Tratamiento médico.

 

  1. Betahistina: tiene un efecto positivo en la reducción de los síntomas de vértigo, aunque los estudios de metanálisis practicados hasta la fecha le confieren una evidencia de baja cualidad.
     
  2. Diuréticos: los más utilizados son la hidrotiazida y la acetazolamida, con el fin de disminuir la presión del líquido endolinfático. No existe evidencia de calidad que apoye o rechace su uso.
     
  3. Corticoides intratimpánicos: la inyección de corticoides a través de la membrana timpánica bajo anestesia local consigue altas concentraciones del fármaco en los líquidos del oído interno y evita los efectos indeseables de su administración sistémica. Existen estudios con suficiente calidad científica que avalan su uso.
     
  4. Gentamicina intratimpánica: la gentamicina es un antibiótico con toxicidad para las células vestibulares, por lo que su inyección intratimpánica persigue la ablación total o parcial de la función vestibular. Consigue una alta tasa de control completa o sustancial del vértigo, con muy bajo riesgo para la audición.

 

  1. Tratamiento quirúrgico.
    1. Laberintectomía: supone la ablación quirúrgica del oído interno. Está indicada en pacientes con un curso incapacitante que presentan una audición mala.
       
    2. Neurectomía vestibular: supone la sección del nervio vestibular, respetando el nervio coclear. Indicada en pacientes con un curso incapacitante que presentan todavía una audición útil.

 

  1. Tratamiento rehabilitador. La rehabilitación vestibular está indicada en pacientes con enfermedad evolucionada que presentan inestabilidad o desequilibrio. También es útil para la recuperación tras los tratamientos quirúrgicos.

 

Si desea más información, consulte con un especialista en Otorrinolaringología.

Por Dr. José Javier Benito González
Otorrinolaringología

El Dr. José J. Benito es Doctor en Medicina y Cirugía y especialista en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. Con más de 20 años de experiencia, cuenta con una amplia formación internacional. Compatibiliza el práctica clínica con la docencia, ya que ha sido profesor asociado en la Universidad Rovira i Virgili y dirige cursos formativos para especialistas centrados en procedimientos como la rinoplastia, el manejo de la patología vertiginosa o la disfagia, campos donde reune una gran experiencia.

El Dr. Benito lleva a cabo el ejercicio de la Otorrinolaringología en Madrid, en el Centro MIP -Medicina Integral Personalizada-.

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