¿Qué es la tricoscopia?
La tricoscopia es una técnica no invasiva de diagnóstico por imagen que se utiliza para analizar el cabello de los pacientes mediante una lente polaritzada llamada tricoscopio. Esta técnica permite una visión ampliada y detallada de la piel del cuero cabelludo y los folículos para identificar problemas capilares y hacer un seguimiento del tratamiento.
Con la tricoscopia los especialistas en Dermatología pueden establecer un diagnóstico precoz, identificar las patologías del cabello y ofrecer el tratamiento más adecuado para algunas alopecias, como la areata, la tricotilomanía o la alopecia frontal fibrosante.
¿En qué consiste?
Esta técnica consiste en una exploración del cuero cabelludo de forma muy sencilla, rápida e indolora con un tricoscopio. Se utilizan diferentes tipos de lente según el aumento:
- Tricoscopio de mano: Es un dispositivo pequeño que permite ver el cuero cabelludo con un aumento de 10x. Se utilizan para revisiones rutinarias, pero no tiene suficiente aumento en casos de alopecias más inusuales.
- Tricoscopio acoplado a un smartphone: Es un dispositivo con una buena calidad de imagen que se acopla a un teléfono inteligente. Proporciona aumentos de 10x, 20x y 40x. Sin embargo, no permite la comparación del antes y el después del tratamiento.
- Tricoscopio digital: se trata de un dispositivo más complejo, diseñado concretamente para el diagnóstico de la alopecia. Ofrece imágenes de alta calidad, con aumento de 140x, y permite una exploración minuciosa.
¿Por qué se realiza?
Los métodos convencionales para el diagnóstico de trastornos capilares abarcan la inspección clínica, el análisis del patrón de pérdida de cabello, el tricograma, la biopsia y la tricoscopia. Esta última se emplea de manera habitual para la evaluación de afecciones del pelo y el cuero cabelludo para detectar:
- Alopecia androgénica en casos en los que no ha aparecido calvicie.
- Alopecias cicatriciales y autoinmunes.
- Dermatitis seborreica o psoriasis.
- Inflamación en la alopecia areata.
En los últimos años, la tricoscopia ha recibido una atención significativa, con numerosos estudios que detallan los hallazgos característicos de distintos tipos de alopecia. De hecho, muchos especialistas en tricología la consideran como una herramienta esencial en su práctica clínica, ya que posibilita la visualización de estructuras morfológicas que escapan a la observación a simple vista, abarcando las características perifoliculares e interfoliculares, así como alteraciones en el grosor y la forma del tallo piloso.
¿Cómo se realiza la tricoscopia?
Esta técnica no requiere preparación previa. Sin embargo, se debe evitar acudir a consulta con el cabello recién lavado y mojado. Además, es recomendable no aplicar productos en el cuero cabelludo, como laca o gomina, por ejemplo.
Inicialmente, se utiliza el tricoscopio en el cuero cabelludo sin la aplicación previa de líquidos. Se puede aplicar un líquido de inmersión (gel) en el área específica a analizar para estudiar la red de capilares sanguíneos de la piel. La clave es seleccionar los puntos del cuero cabelludo que pueden proporcionar la información necesaria para el diagnóstico de alopecia y guiar durante el tratamiento.
Significado de resultados anormales
La tricoscopia permite detectar dermatitis seborreica, psoriasis del cuero cabelludo, alopecias cicatriciales y autoinmunes, enfermedades inflamatorias del cuero cabelludo y del tallo piloso. Además, la prueba evalúa la inflamación perifolicular en la alopecia frontal fibrosante y muestra las afectaciones en el funcionamiento del folículo piloso.
Mediante la tricoscopia se detectan las patologías del cabello y cuero cabelludo y permite dar respuesta con un tratamiento específico para cada caso. El especialista en tricología evaluará las zonas para indicar un tratamiento personalizado.