Varices: ¿cuándo debería preocuparme?

Las varices son venas superficiales que presentan una dilatación anómala y un mal funcionamiento, generalmente estas venas varicosas aparecen en las piernas, pero pueden aparecer en otras zonas.

¿Qué provoca las varices?

Aunque no hay una causa establecida para la aparición de las varices, existen algunos factores de riesgo:

• Las mujeres y personas de edad avanzada son más propensas a tener varices.
• Factor genético
• El embarazo
• Pasar largos periodos de tiempo de pie o sentado también aumentan el riesgo de desarrollar venas varicosas.

¿Cuáles son los síntomas más típicos de las varices?

Si bien no es en todos los casos, algunas varices producen síntomas como:  dolor, pesadez, ardor, picazón o cambios de color en la piel. Cuando esto sucede es normal preocuparse y consultar con un especialista en Angiología y Cirugía vascular.

Tipos de varices

Hay varios tipos de varices y se pueden clasificar de acuerdo a su tamaño:

• Las telangiectasias o arañas vasculares tienen menos de 2 mm de diámetro y suelen ser venas de coloración rojiza
• Las varices reticulares tienen un color azulado y un diámetro de 2 a 5 mm.
• Las tronculares son varices más grandes y visibles. Suelen tener más de 5 mm de diámetro.

¿Cuándo hay que preocuparse si tengo varices?

Las varices reticulares y tronculares pueden afectar a la salud y es cuando debemos preocuparnos. Es importante hacer los estudios pertinentes a cada paciente para descubrir su origen, ya que estas venas varicosas, en su estado más avanzado, pueden producir úlceras en las piernas, embolismos pulmonares o trombosis.

Hay que preocuparse cuando las varices aumenten de tamaño, si la piel cambia de color o se siente más caliente y, por supuesto, si hay dolor.

Siempre que un síntoma (la molestia o el dolor) nos dificulte llevar una vida normal o hacer las tareas diarias es momento de consultar con un especialista para encontrar la causa del malestar.

Prevención y tratamiento de las varices

Existen algunas medidas que se pueden tomar en el hogar para disminuir el malestar que pueden producir las varices en el día a día:

• Elevar las piernas
• Utilizar medias de compresión
• Estar en movimiento y cambiar de posición regularmente
• Hacer ejercicio y tener una dieta equilibrada. Por ejemplo, los ejercicios acuáticos son los más recomendables, como natación, aquagym, etc.
• Evitar el uso de tacones muy altos de forma continuada, 2-3 cm es lo ideal para favorecer el retorno venoso.

Existen tratamientos que se hacen en consulta SIN cicatrices ni recuperación, que permiten mejorar tanto la salud como el aspecto estético. Una valoración precoz nos puede evitar complicaciones derivadas de las varices, así como tratamientos más agresivos.