La psicología no es únicamente la resolución de problemas, sino también saber detectar y afrontar las emociones. Con más de 20 años de experiencia, en el Centro de Psicología Área Humana conocen la importancia de la rigurosidad de un buen método de trabajo, por ello trabajan distintas áreas vinculadas a la estabilidad de las personas como la judicial, la económica, social o laboral. Si desea pedir cita con alguna de sus prestigiosas psicólogas, pincha en el siguiente enlace: http://www.topdoctors.es/centro/centro-de-psicologia-Area-humana
Primero tenemos que saber que el dolor es una experiencia compleja y su abordaje es multidisciplinar. Para entender el papel que tenemos los psicólogos cuando hay dolor, es fundamental conocer los avances en este tema, ya que esto que nos harán abandonar la idea simplista de que solo hay dolor si hay una lesión, y conocer que el dolor está modulado también por factores emocionales y cognitivos, motivacionales y sociales. El dolor se procesa a nivel del sistema nervioso central, y el procesamiento cognitivo comparte mecanismos neurales con el procesamiento del dolor, por tanto, pensamientos, emociones, procesos atencionales… van a modular el dolor, sobre todo en el dolor crónico. Es decir, lo que pensamos, hacemos y sentimos, cuando tenemos dolor, activa o desactiva mecanismos neurales que amplían o reducen las señales de dolor. A su vez, el dolor crónico es en sí mismo una enfermedad que produce emociones y comportamientos desadaptativos en la persona, y que además la forma en la que te tomas el dolor hace que este, se incremente o disminuya.
Existen dos tipos de dolor: el agudo y el crónico. Los psicólogos intervenimos fundamentalmente en el dolor crónico. El dolor agudo lo sentimos ante un daño o una lesión de nuestro cuerpo (una herida, una quemadura, una fractura…). Tiene una función de aviso, nos alerta de que algo no está bien; este dolor desaparece cuando se “cura” lo que lo causó. Y se quita con analgésicos habituales. El dolor crónico, sin embargo, es cuando la lesión que lo causa no es proporcional al dolor que sentimos. El sistema de alarma falla. Este afecta a uno de cada 6 españoles. Hablamos de dolor crónico cuando este dura más de 3 meses. En este caso el dolor no es adaptativo y además no responde a los tratamientos farmacológicos convencionales.
El primer objetivo es preventivo. Cuando comienza el dolor a mantenerse demasiado en el tiempo y comienza a afectar a tu vida, tenemos una importante labor de prevención para que tu calidad de vida no se vea afectada e interviniendo en algunos mecanismos para evitar que el dolor cronifique. En segundo lugar, muy importante es la psicoeducación, para comprender la relación que tienen los aspectos psicológicos con el dolor. De esta forma los pacientes toman un papel activo para reducir su dolor y mejorar su calidad de vida. En tercer objetivo, es reducir la emocionalidad negativa que suele aparecer cuando alguien lleva tanto tiempo con dolor (frustración, enfado, tristeza, angustia, etc.) y así podemos abordar cada una de las consecuencias que se hayan producido por ello ( dejar de hacer actividades, relaciones sociales, trabajo, sedentarismo…). Enseñamos gestión emocional para manejar las emociones desadaptativas y potenciar las positivas. Enseñamos a reducir la tensión muscular ya que esta suele incrementar el dolor, y a su vez se incrementa la tensión muscular, y enseñamos a salir de ese círculo. Utilizamos diferentes técnicas de relajación, de reevaluación cognitiva, técnicas asertivas para la comunicación con los familiares y médicos, etc.
Trabajar con pacientes con dolor crónico supone tener unos conocimiento precisos y específicos de este problema, de todos los mecanismos que están presentes en el dolor y es fundamental que sea un psicólogo con formación y experiencia en este campo.
Pacientes con diferentes enfermedades que cursen con dolor crónico y que su vida se vea muy afectada por llevar meses o años con dolor, incertidumbre y personas que aun tras intervenciones quirúrgicas siguen con dolor (lo que llamamos dolor postquirúrgico). Pacientes hernias discales, lumbalgias inespecíficas, artritis reumatoide, artritis psoriásica, neuropatía diabética, cefaleas, pacientes oncológicos, migrañas, fibromialgia, etc. A estas personas les cambia mucho su vida (social, de pareja, familiar y laboral) No cabe duda de la pérdida de calidad de vida que esto supone. Es frecuente que se sientan desbordados o puede ser devastador, y es importante hacer un abordaje del dolor completo, eficiente y de calidad. No olvidemos que todo esto incrementa la percepción y el problema del dolor.
Regulación Emocional. El proceso esencial.
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