¿Por qué se realiza?
El implante de hueso dental se realiza cuando el paciente no dispone de buena base de hueso donde poder colocar un implante dental. Colocar un implante dental en un paciente sin hueso pocas veces tendrá buenos resultados. Si un implante se realiza con poco hueso y falla, su extracción es mucho más traumática, ya que retirarlo supone perder mucho hueso, dejándolo en una situación peor a la inicial.
¿En qué consiste?
El hueso que se implanta puede obtenerse del mismo paciente, normalmente de la mandíbula, del cráneo o de la cresta ilíaca o se puede emplear un injerto d hueso de donante (humano o animal). Siempre es preferible emplear el hueso del mismo paciente, en caso de ser posible. El injerto puede ser de distintos tipos, siendo los más comunes:
- Injerto de hueso dental particulado o con cirugía ósea guiada.
- Elevación en el seno maxilar.
- Injerto de hueso dental en bloque.
Durante la intervención el especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial o en Odontología y Estomatología realizará una incisión en la zona donde se debe hacer el injerto, levantando y separando la encía. Entonces colocará el injerto de hueso elegido y lo fijará al maxilar con un tornillo. La zona se recubrirá con una membrana que permitirá que no se pierda el implante y la encía se coserá para que la saliva no infecte la zona.
La integración del injerto de hueso dental depende del tipo de hueso empleado y del tamaño del defecto a tratar. Normalmente el periodo para que el injerto se adapte totalmente es de unos tres-cuatro meses. Si el hueso empleado es artificial o de animal el tiempo puede ser mayor, sobre los seis meses.
Preparación para el injerto de hueso dental
Antes de realizar un implante de hueso dental se debe seguir un proceso de diagnóstico conjunto, donde intervienen odontólogos especialistas en distintas ramas. Para valorar la viabilidad de los injertos óseos será básico hacer un escáner en 3D (CBCT), tanto del maxilar inferior como el superior. Esto permitirá al especialista conocer la altura, la anchura y la calidad del hueso del paciente. También permitirá planificar la cirugía por ordenador.
Por lo demás, es importante que el paciente siga los consejos del especialista en cuanto a posible medicación a tomar, para que el postoperatorio sea más llevadero.
Cuidados tras la intervención
Es normal que, tras la intervención, se inflame un poco la zona y el paciente note molestias. No es necesario un reposo absoluto ni cuidados muy especiales, pero sí que se recomienda limitar el ejercicio físico durante las dos primeras semanas y así evitar la inflamación excesiva de la zona. Sí será importante seguir las recomendaciones del especialista, tomando la medicación adecuada. También deberá adaptarse la dieta las primeras semanas, siendo más blanda.
Alternativas a este tratamiento
Si no se puede realizar un injerto de hueso dental tampoco podrán emplearse implantes dentales, ya que el paciente no dispone de suficiente base de hueso donde asentarlos. Esto hace que la única alternativa viable para estos pacientes sea el uso de dentadura postiza o prótesis removible.