Radiología intervencionista

 

¿Qué es la radiología intervencionista?

La radiología intervencionista, conocida también como terapia de imágenes es una subespecialidad de la Radiología que se enfoca principalmente en el diagnóstico y en el tratamiento de una amplia variedad de enfermedades gracias al uso de técnicas mínimamente invasivas.

Principalmente, la radiología intervencionista utiliza técnicas de diagnóstico por imagen, es decir, técnicas mínimamente invasivas que no agreden a las estructuras y los tejidos cercanos. Los procedimientos de diagnóstico y tratamiento se realizan con las siguientes:
 

Rayos X – radiografía Ecografía Tomografía computarizada (TAC) Resonancia magnética (RM)
 

La radiología intervencionista puede intervenir en las siguientes regiones:

Sistema nervioso central: el cerebro y la columna vertebral Tórax: pulmones y vías aéreas Abdomen: intestino, riñones, hígado y estómago Sistema músculo-esquelético: huesos, músculos, articulaciones y columna vertebral Sistema circulatorio (arterias, venas y corazón) Sistema urogenital Otras: obtención de muestras de órganos y tejidos
 

Los procedimientos de radiología intervencionista se realizan normalmente con sedación, sin la necesidad de utilizar anestesia general, sin incisiones, con una estancia pequeña en el hospital y con un postoperatorio sencillo.

 

La resonancia magnética es uno de los métodos de diagnóstico por imagen utilizados en la radiología intervencionista
 

¿Por qué se realiza la radiología intervencionista?

La radiología se utiliza para corregir diversas patologías en casi todas las partes del cuerpo gracias al uso de imágenes.

Alguno de los procedimientos que se pueden realizar son los siguientes:

Angiografía Angioplastia Aneurisma Drenaje Colocación de stent Acceso venoso central Embolización Malformaciones Coágulos de sangre Quimioembolización Biopsia con aguja Ablación por radiofrecuencia Trombolisis Embolización de arteria Vertebroplastia Embolización de miomas Drenajes y abscesos

La radiología intervencionista se utiliza además tanto para tratar como para diagnosticar el cáncer.

 

¿En qué consiste la radiología intervencionista?

Con la ayuda de una guía con un diámetro aproximado de entre uno y dos milímetros se introducen catéteres en los vasos sanguíneos o en algunas venas para guiarlos hasta la zona que se desea tratar.

Mediante el uso de imágenes, que se obtienen mediante rayos X, ecografía, tomografía computarizada o resonancia se logra dirigir un catéter o una aguja hacia la zona deseada y desde ahí se inicia el tratamiento.

 

Preparación para la radiología intervencionista

De cara a realizar un procedimiento de radiología intervencionista no se necesita una preparación especial. El especialista deberá conocer los antecedentes y el historial médico del paciente, así como tener un buen diagnóstico y la certeza de que el procedimiento es el adecuado y de que logrará los objetivos propuestos antes de llevar a cabo o de iniciar el proceso.

 

Cuidados tras la intervención

Una de las principales ventajas de la radiología intervencionista es que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que apenas agrede a las estructuras y a los tejidos colindantes al problema o la enfermedad. Al tratarse de un procedimiento poco invasivo, se evitan las cicatrices y sus posibles complicaciones, así como se evitan los dolores del postoperatorio.

Normalmente, el paciente regresará a su domicilio el mismo día de la intervención. Cabe destacar que las intervenciones con radiología intervencionista se realizan bajo sedación o bajo anestesia local, nunca bajo anestesia general.

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