¿Qué es el dedo martillo?

El dedo en martillo, denominado en alguna otra ocasión como dedo en garra o dedo en maza, consiste en una deformidad que aparece debido a un desequilibrio en los músculos, los tendones y/o los ligamentos que ayudan a mantener rectos los dedos de los pies.

El dedo martillo se produce, normalmente, en el segundo dedo del pie, y este se encuentra doblado hacia abajo.

Pronóstico del dedo martillo

Generalmente, la evolución de este problema es favorable, y en contados casos es necesario llevar a cabo una cirugía. De hecho, la intervención quirúrgica solo se lleva a cabo en casos muy graves, y únicamente será necesaria la operación si el dolor es incontrolable, si le impide realizar una vida normal o si no puede mover el dedo.

Normalmente, si se detecta y trata la enfermedad a tiempo, no se requerirá el paso por el quirófano.

Síntomas del dedo martillo

El dedo martillo tiene una torsión extraña en una o en varias articulaciones de los dedos del pie. Normalmente, el dedo afectado será el segundo, aunque en otras ocasiones otros dedos pueden verse afectados, a excepción del dedo pulgar.

El síntoma principal será el dolor al intentar mover el dedo del pie, tarea que puede resultar bastante difícil.

Es habitual que se forme una especie de callo sobre la parte superior del dedo del pie y en la planta del pie.

Pruebas médicas para el dedo martillo

La detección y el diagnóstico del dedo martillo se llevará a cabo simplemente con una exploración visual y un examen físico, al notar si se produce una torsión en el dedo del pie, si existen dificultades para mover el dedo o si hay dolor.

¿Cuáles son las causas del dedo martillo?

Existen varios motivos a los que se ha asociado la aparición del dedo martillo, aunque el mayoritario es por utilizar calzados estrechos y cortos que pueden apretar a quien lo lleva, siendo más frecuente en niños que utilizan calzado que le queda pequeño y en mujeres cuyo calzado no se ajusta correctamente o utiliza tacones altos.

Otra causa puede ser un traumatismo o por una fractura.

También es posible que exista un equilibrio extraño o anormal en los músculos de los dedos del pie. Este desequilibrio puede provocar la contracción del dedo. En pocas o en casi ninguna ocasión, son todos los dedos del pie los que se encuentran afectados, siendo en este caso el motivo del dedo en garra o martillo por un problema medular o nervioso.

¿Se puede prevenir el dedo martillo?

La forma más sencilla de prevenir la aparición del dedo martillo es utilizar un calzado adecuado de acuerdo con el tamaño del pie de cada persona. Así, revisar con cierta asiduidad el tamaño del calzado de los niños puede evitar que se desarrolle este problema.

Evitar el uso de tacones altos puede resultar útil para prevenir la torsión de los dedos del pie, e incluso utilizar calzado con cordones, correas o velcro pueden resultar más confortables, al ser más anchos y adaptarse más fácilmente a los distintos tamaños de cada pie.

Tratamientos para el dedo martillo

Si se trata de un caso leve y detectado precozmente, es posible tratar el dedo en martillo utilizando una férula en el dedo afectado. Otras recomendaciones pueden ser utilizar otro tipo de calzado, que sea más ancho y cómodo. El uso de plantillas o almohadillas puede resultar provechoso, recolocando el dedo del pie y mejorando la presión y el dolor.

También se pueden realizar una serie de ejercicios con los dedos para fortalecer los músculos del pie.

En el caso de que los tratamientos conservadores no fructifiquen, es posible realizar una cirugía para liberar al tendón o incluso extirpar un trozo de hueso, aunque únicamente se lleva a cabo en contadas ocasiones, en casos graves en los que el dedo no mejora. Se trata de la denominada cirugía percutánea del pie, una novedosa técnica que apenas agrede a los tejidos adyacentes. 

La intervención es a priori sencilla, y el paciente debería dormir en su casa el mismo día de la cirugía.

¿Qué especialista trata el dedo martillo?

El especialista encargado de tratar y diagnosticar el dedo martillo es el Traumatólogo o cirujano ortopédico y el especialista en Podología.