Artritis idiopática juvenil

¿Qué es?

La artritis idiopática juvenil (AIJ) es una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación persistente de las articulaciones en niños y adolescentes, cuya causa exacta no se conoce.

Esta condición, que puede afectar gravemente la calidad de vida de los pacientes, requiere un enfoque integral que incluya diagnóstico precoz, tratamiento multidisciplinario y atención continua para optimizar los resultados a largo plazo.

 

Tipos de artritis idiopática juvenil

Existen varios subtipos de AIJ, que se diferencian por la cantidad y el tipo de articulaciones afectadas, así como por la presencia de síntomas extraarticulares. Los subtipos más comunes incluyen:

AIJ Oligoarticular: se caracteriza por la afectación de menos de cinco articulaciones durante los primeros seis meses de la enfermedad. Puede ser de inicio temprano (antes de los 6 años) o tardío (después de los 6 años). Algunos pacientes pueden desarrollar uveítis, una inflamación ocular potencialmente grave. AIJ Poliarticular: se caracteriza por la afectación de cinco o más articulaciones durante los primeros seis meses de la enfermedad. Puede afectar a cualquier grupo de edad y puede asociarse con factores reumatoides positivos o negativos. AIJ Sistémica: también conocida como síndrome de Still del adulto, se caracteriza por la presencia de fiebre, erupción cutánea y afectación sistémica, además de la inflamación articular. Puede tener un inicio agudo y potencialmente grave.

 

La artritis idiopática juvenil (AIJ) se caracteriza por la inflamación
persistente de las articulaciones en niños y adolescentes

 

¿Cómo es el diagnóstico?

El diagnóstico de AIJ se basa en la evaluación clínica, los hallazgos de laboratorio y los estudios de imagen. Es fundamental realizar una historia clínica detallada y un examen físico completo para identificar los síntomas y signos característicos de la enfermedad, como dolor articular, rigidez matutina y limitación funcional.

Los análisis de sangre pueden revelar signos de inflamación, como la elevación de la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la proteína C reactiva (PCR). Además, los estudios de imagen, como la resonancia magnética y la ecografía, pueden ayudar a evaluar el grado de inflamación articular y a detectar daño estructural.

 

Tratamiento

El tratamiento de la AIJ se basa en el control de la inflamación, la prevención del daño articular y la mejora de la calidad de vida del paciente. Esto puede implicar una combinación de medicamentos, terapia física, terapia ocupacional y atención psicológica.

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), los corticosteroides y los medicamentos modificadores de la enfermedad (DMARD) son opciones terapéuticas comunes para controlar la inflamación y reducir los síntomas.

En casos graves o resistentes al tratamiento, los medicamentos biológicos dirigidos específicamente contra el sistema inmunológico pueden ser necesarios.

 

Consideraciones a largo plazo

El manejo a largo plazo de la AIJ requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a reumatólogos pediátricos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y psicólogos.

Es fundamental realizar un seguimiento regular para evaluar la respuesta al tratamiento, monitorizar la progresión de la enfermedad y abordar las necesidades emocionales y sociales del paciente y su familia. Además, se debe prestar especial atención a la transición del cuidado de adolescentes a adultos para garantizar una atención continua y coordinada.

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