¿Por qué se realiza?
La cirugía hepatobiliar se realiza para abordar quirúrgicamente las patologías que afectan al hígado, vías biliares y páncreas. Puede emplearse en:
Hígado:
- Tumores de hígado, primitivos y metástasicos. La cirugía del cáncer primario de hígado o hepatocarcinoma es escasa y bien definida. Los tumores benignos de hígado o adenomas siempre deben ser extirpados, por riesgo a que se malignicen.
- Metástasis en cáncer de colon. Los tumores de hígado secundarios con metástasis pueden ser operados, integrándolo en el contexto del tratamiento global del tumor primario que causa la metástasis. La metástasis de cáncer de colon son las más susceptibles de ser operadas. La causa más frecuente de resección de hígado en los países desarrollados es la metástasis hepática de cáncer colo-rectal. Se calcula que el 50% de pacientes con cáncer colo-rectal tendrán metástasis hepática en algún momento durante la evolución de la enfermedad. De estas, el 30% requerirán tratamiento quirúrgico.
- Quistes en el hígado. A veces los quistes en el hígado requieren ser extirpados, ya sea por su tamaño, por sus manifestaciones clínicas o su crecimiento. Gracias a las técnicas laparoscópicas la cirugía suele ser mínimamente invasiva.
Vesícula biliar:
- Cirugía laparoscópica de la litiasis biliar.
- Cirugía de tumores de la vía biliar. Los tumores de las vías biliares y la vesícula biliar son de gran complejidad, aunque son poco frecuentes. Su extirpación requerirá de un equipo altamente especializado.
Páncreas:
- Cirugía del cáncer de páncreas. La cirugía del cáncer pancreático (ictericia obstructiva) requiere, casi siempre, una extirpación total o parcial del páncreas. Es una técnica muy compleja, por lo que también debe realizarse por un equipo dedicado a esta patología.
- Cirugía de la pancreatitis. La cirugía de la pancreatitis (aguda o crónica) tampoco es una intervención sencilla, y puede conllevar la extirpación del órgano.
- Cirugía de tumores endocrinos en el páncreas. Suelen tratarse con cirugía, en algunos casos con exéresis parcial del páncreas.
¿En qué consiste?
Son diversas las técnicas empleadas en la cirugía hepatobiliar, en función de la patología que sufra el paciente y la extensión de la lesión en el hígado, vesícula biliar o páncreas.
Así, la mayoría de resecciones hepáticas se realizan con cirugía abierta pero la resección hepática mediante laparoscopia de tumores localizados en segmentos favorables puede valorarse. En estos casos los resultados son prometedores, porque habrá menos dolor postoperatorio, pérdida de sangre y estancia hospitalaria.
La resección quirúrgica de la metástasis hepática puede llevarse a cabo de manera segura en la mayoría de pacientes, con una mortalidad postoperatoria muy baja, de entre el 0,2 y el 3,5%. La resección en casos de metástasis hepática se indicará cuando se integre en una estrategia curativa que requerirá de una cirugía oncológica del tumor primario y una estadificación que descarte enfermedad a distancia.
La resección puede ser:
- Resección del tumor primario seguida de quimioterapia perioperatoria y posterior resección de la metástasis de hígado.
- Resección simultánea (o secuencial) del tumor primario y metástasis hepáticas. Después de la cirugía se administrará quimioterapia adyuvante.
- Quimioterapia neoadyuvante y después resección simultánea o secuencial del tumor y la metástasis. Si el tumor hepático es muy importante y el tumor primario no produce síntomas se puede iniciar el tratamiento quirúrgico secuencial por cirugía hepática.
No obstante, hay otros tipos de cirugía, si hay otras patologías hepáticas:
- Hepatectomía parcial: se recomienda en pacientes con un hígado sano o con hepatitis crónica o cirrosis bien compensada.
- Trasplante hepático: indicado en pacinetes con hepatopatía avanzada y sin contraindicaciones para recibir el trasplante. El tumor debe ser un hepatocarcinoma único de hasta 5cm o multifocal de no más de 3 nódulos (ninguno de ellos mayor de 3cm). La ventaja de esta cirugía y este tratamiento es que soluciona la enfermedad y, por lo tanto, el riesgo de recurrencia tumoral es menor que con la hepatectomía parcial.
- Destrucción tumoral guiada por imagen. Actualmente se recomienda hacerlo con radiofrecuencia, en tumores de hasta 5cm, ya que su efectividad disminuye con el tamaño de la lesión. Es muy útil en tumores de hasta 2cm, donde se prefiere antes que la resección. También se puede emplear tumores multifocales cuando no se indique el trasplante o como tratamiento puente al trasplante.
Preparación para la cirugía hepatobiliar
El especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo recomendará al paciente qué procedimientos seguir antes de someterse a cualquier cirugía de hígado, vesícula biliar, vías biliares y páncreas. Es muy probable que sea necesaria Resonancia Magnética, analíticas de sangre, radiografías e incluso biopsias para conocer la extensión y tamaño de la lesión, así como qué zonas están afectadas exactamente.
Cuidados tras la intervención
La cirugía hepatobiliar se realiza en áreas y órganos vitales, muy delicados, por lo que es posible que el paciente deba hacer reposo tras las intervenciones. Esto será especialmente importante cuando se haga cirugía abierta o resecciones grandes de tumores. En caso de que la técnica empleada por el especialista sea laparoscopia, el reposo posiblemente sea menor. En cualquier caso, será el especialista quien recomiende qué cuidados seguir y qué medicación tomar, en caso de sentir molestias.
Alternativas a este tratamiento
No hay una alternativa concreta a la cirugía hepatobiliar. Dentro de ella existen diversas técnicas e intervenciones. El empleo de unas u otras dependerá de la extensión de la lesión y de la afectación del órgano en sí y de los órganos vecinos, así como su función.