Vive más y mejor gracias a la estimulación de la mente

En algunas ocasiones, las personas podemos sentir cierta angustia sin que aparentemente exista un motivo claro. Sentimos apatía, las cosas con las que antaño disfrutábamos nos resultan indiferentes y apenas tenemos ilusión. 

Se puede sentir una falta de fuerza y energía, con un carácter distinto que nos lleva a sentarnos en el sofá o en la cama y no querer hacer más para que nadie nos moleste. En ocasiones el insomnio, las dificultades para controlar nuestros impulsos o los conflictos con amigos y/o familiares los que hacen que nuestra vida se vea alterada. Los problemas parecen acumularse, el rendimiento escolar o laboral baja, las relaciones con amigos y familia comienzan a deteriorarse... 

Cuando esto suceda, acude a un especialista. Los profesionales de Ementis estarán siempre dispuestos a echarte una mano. 

El papel de la familia

En muchas ocasiones, es la propia familia la que se da cuenta de que algo pasa, y a pesar de que en la mayoría de los casos las personas nieguen estar mal, es necesario que reciban una atención adecuada, ya que un gran número de enfermedades y patologías impiden que aquella persona que las padece sea consciente de que necesita ayuda. De esta manera, se demora un tratamiento que evitaría que los problemas se agravasen. Para ello, desde Ementis se ofrece atención a domicilio y online en los casos requeridos.

En el caso de los niños, los signos de alarma son la disminución del rendimiento escolar, problemas con compañeros, apatía extrema, tristeza, agresividad... En estos casos y cuando existe una dinámica familiar como separaciones o problemas de estrés, se recomienda acudir a un especialista. 

No le des más vueltas

“Lástima no haberlo hecho antes”. Este se trata precisamente del sentimiento que la mayoría de los pacientes que han acudido a un especialista. Y es que es una tendencia mundial dejar las cosas para mañana, cronificándose así los problemas. No obstante, cuando se le hace frente, nos damos cuenta de que tenemos más capacidad de la que creíamos y que, tras un camino difícil, podemos volver a sentirnos bien. Es entonces cuando miramos hacia atrás, y satisfechos, nos decimos "lo he conseguido".