Técnicas para aliviar el dolor crónico

Escrito por:

Dr. José Manuel Trinidad Martín-Arroyo

Unidad del dolor

Publicado el: 25/04/2016
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El dolor crónico afecta al 20% de la población europea y es la causa del 13% de absentismo laboral. La principal causa de consulta en las unidades del dolor son la lumbalgia y la lumbociática.

El abordaje del dolor ha cambiado mucho en los últimos años y se han desarrollado nuevas técnicas que permiten un manejo más efectivo. Así, estos procedimientos llevados a cabo en las Unidades del Dolor suelen realizarse de forma ambulatoria, sin requerir ingreso, y son llevados a cabo guiados con radioscopia o ecografía, lo cual permite una localización exacta del tratamiento a realizar.

Todo ello logra, en un porcentaje elevado de pacientes, un alivio mantenido en el tiempo y una mejora de la calidad de vida. Esta mejoría permite disminuir las dosis de analgésicos y, en algunos casos, el abandono completo de la medicación, evitando así los efectos adversos que pudieran asociarse a su consumo.

Dentro de estos procedimientos, destaca el uso de la radiofrecuencia para tratar patologías como hernias discales, lumbalgias, hombro doloroso, cefaleas, neuralgia del trigémino, artrosis de rodilla, etc. La radiofrecuencia en sus distintas modalidades (convencional, pulsada, fría, bipolar, etc.) permite abordar el dolor por medio de ondas de alta frecuencia en los nervios encargados de recoger la señal del dolor allá donde está la lesión.

Otros pacientes con contracturas musculares crónicas (síndrome miofascial) se pueden beneficiar del tratamiento con toxina botulínica (Botox) inyectada de forma guiada con ecografía. También pueden recurrir a nuevas terapias como el ozono intradiscal o el plasma rico en plaquetas (PRP) pueden mejorar el abordaje del dolor en hernias discales o patologías articulares, respectivamente.

 

Dolor después de una operación de columna

Un tipo de dolor crónico más complejo es el síndrome postlaminectomía, también llamado síndrome de “cirugía fallida de espalda”, que se produce cuando un paciente que ha sido intervenido de columna vuelve a sentir dolor en la zona lumbar y extremidades. Esta reaparición del dolor se debe a fibrosis o adherencias que se generan en el espacio epidural (espacio fuera de la meninge que protege la médula) intervenido, que provoca una inflamación de la raíz nerviosa (parte del nervio que se encuentra en cada lado de la médula espinal). En estos casos, existen tratamientos más invasivos como la adhesiolisis o la epiduroscopia.

Adhesiolisis: también llamada adhesiolisis o técnica de Racz, consiste en acceder al espacio epidural mediante un catéter orientable de última generación para llegar al lugar de lesión. Una vez allí, se libera el nervio con una inyección de fármacos o suero y con radiofrecuencia pulsada bipolar. Estas ondas consiguen interrumpir la conducción del dolor, mejorando la calidad de vida y reduciendo la incapacidad del paciente. Epiduroscopia: técnica de diagnóstico y tratamiento para casos más complicados. Consiste en acceder al espacio epidural con un endoscopio flexible de fibra óptica de 3mm de diámetro para visualizar a tiempo real el interior de la columna vertebral. De este modo, se localiza el lugar de la lesión, donde se introduce un catéter con balón (fino tubo flexible de plástico con pequeño globo en la punta), se realiza radiofrecuencia co-ablativa o incluso una intervención con sistema láser, para eliminar las adherencias causantes de dolor.

En casos aún más complejos, existen tratamientos muy especializados, como son el implante de neuroestimuladores o bombas de infusión de fármacos intratecales, que permite tratar el dolor directamente a nivel central.

De este modo, desde las Unidades del Dolor se dispone, a día de hoy, de múltiples herramientas que aportan novedosos abordajes en el tratamiento del dolor que pueden llegar a ser muy resolutivos con un bajo índice de efectos adversos.

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