¿Qué es el hipospadias y cómo se trata?
El hipospadias es una malformación congénita del pene y de la uretra en la que el desarrollo de la uretra se paraliza sin llegar a completar su formación y por tanto acaba en un lugar más abajo de su ubicación normal en el ápice del pene.
¿Qué consecuencias tiene?
El hipospadias no operado condiciona fundamentalmente tres inconvenientes: en primer lugar la dificultad o imposibilidad para realizar la micción de pie, obligando a realizarla sentado; en segundo lugar puede ser causa de infertilidad en la edad adulta por imposibilidad de eyacular dentro de la vagina aun siendo el semen de buena calidad y en tercer lugar, la mayoría de ellos se acompañan de un defecto estético importante al asociar malformación del prepucio e incurvación del pene que puede dificultar las relaciones sexuales.
¿Qué las causa?
La mayoría de los hipospadias son de causa desconocida, sin embargo, otros se asocian a embarazos de riesgo tratados con hormonas (progesterona) y fecundación in vitro, pero también se ha visto que aparecen con mayor frecuencia en madres vegetarianas y en madres en contacto con pesticidas, lo cual en España es muy poco probable pues estos están muy controlados. También algunos, son de causa hereditaria o se asocian a otros síndromes.
¿Cuáles son las malformaciones más frecuentemente asociadas?
Las que aparecen con mayor frecuencia son la criptorquidia (teste no ubicado en el escroto) y el hidrocele (líquido alrededor del mismo). Rara vez aparecen otras malformaciones (renales o abdominales), y será el urólogo o el pediatra el que solicitará otras pruebas, sobre todo ecografía, para descartarlas.
¿Cómo se tratan?
La única opción terapéutica es la cirugía, existen diferentes técnicas dependiendo del tipo de hipospadias, básicamente en función del punto en el que desemboque la uretra y del grado de incurvación peneana asociada. En ocasiones se requiere de la realización de injertos o colgajos o en casos severos, de la realización de la cirugía en varias operaciones.
En el caso de la cirugía, ¿cuándo se puede realizar? ¿Cuándo es el momento idóneo?
No hay una edad concreta para operar a los niños con hipospadias, si bien es cierto que la tendencia es a operarlos cada vez más pronto y tanto se pueden operar mientras el niño aún lleva pañal como sin él.
En mi opinión lo ideal es realizar la cirugía a partir del año de vida y siempre valorando bien cada caso concreto.

¿En qué consiste la cirugía?
La cirugía consiste en primer lugar, en crear una nueva uretra para llevarla lo más cercano posible a la ubicación normal del meato uretral en el pene; en segundo lugar, se ha de corregir la incurvación del pene y en tercer lugar hay que remodelar el prepucio y dar al pene un aspecto lo más normal posible.
¿Es necesario algún tipo de tratamiento antes de la cirugía?
En algunos casos, si el desarrollo del pene, y sobre todo del glande, no es suficiente, se requiere la administración de hormonas masculinas (testosterona) lo cual potenciará el desarrollo del pene y facilitará la intervención. Generalmente, este tipo de preparación solo es necesaria en los llamados hipospadias “proximales” y será el urólogo infantil quien decidirá si su administración es necesaria y en qué forma y tiempo realizarla.
¿De qué manera se orina en el postoperatorio? ¿Se usa sonda?
Durante la cirugía se deja colocada una sonda o catéter uretral para evacuar la orina, mejorar la cicatrización y evitar las complicaciones. Esta sonda se mantiene por un tiempo variable dependiendo fundamentalmente de la longitud de la nueva uretra creada. En pacientes portadores de pañal, se coloca un vendaje y apósito especial y la sonda drena a un doble pañal externo. Todo ello facilita el alta temprana del paciente, reduce las molestias y evita la necesidad de curas. Tanto la sonda como los apósitos se retiran posteriormente en la consulta sin necesidad de estar más tiempo ingresado.
¿Cómo es el postoperatorio?
La calidad de vida del paciente con la sonda y el “doble pañal” ha mejorado mucho, fundamentalmente al ser dado muy pronto de alta y poder deambular sin necesidad de pasar varios días encamando. Igualmente, las molestias se han reducido considerablemente, pero los pacientes suelen requerir de la administración de analgésicos, antibióticos, laxantes y fármacos (anticolinérgicos) para reducir las contracciones involuntarias de la vejiga (espasmos) que pueden ser molestos.
¿Cuándo se vuelve a la normalidad?
Dependiendo del tipo de hipospadias y la longitud de la uretra reconstruida, el niño debe mantener la sonda desde 1 a 10 días, habitualmente una semana. Tras la retirada de la sonda y del vendaje en la consulta, el paciente puede hacer vida normal e incorporarse a sus actividades habituales.