Osteoporosis: la enfermedad de los huesos

Escrito por: Dr. César Antonio Egües Dubuc
Publicado: | Actualizado: 29/09/2020
Editado por: Cristina Mateo

La osteoporosis es una enfermedad sistémica esquelética que afecta al hueso y se caracteriza por la pérdida o disminución de tejido óseo. Esta afectación provoca que el hueso se vuelva más poroso, con más aire en su interior, cambiando su estructura y aumentando el número y el tamaño de las cavidades que existen en su interior.

 

¿El resultado? Un hueso frágil y débil, con peor resistencia a los golpes y mayor facilidad para romperse. Una de las preocupaciones de quienes la padecen es que pueden pasar años desarrollando la enfermedad sin darse cuenta, ya que no aparecen síntomas que alerten de su presencia.

 

 

La osteoporosis afecta principalmente a mujeres después de la menopausia

 

Aunque las mujeres son el grupo con una mayor prevalencia a desarrollar la enfermedad, también puede aparecen en hombres, adolescentes e incluso niños. Según los datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), se estima que la osteoporosis afecta a unos 75 millones de personas en Europa, Estados Unidos y Japón.

 

En España, aproximadamente 2 millones de mujeres padecen osteoporosis, con una prevalencia en la población postmenopáusica del 25% (1 de cada 4). Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirán, al menos, una fractura osteoporótica en su vida restante.

 

La menopausia es uno de los factores que más influye en mujeres.

 

¿Por qué aparece?

 

La masa ósea, la cantidad de hueso que presenta una persona en su esqueleto, varía con el paso del tiempo y depende de múltiples factores, entre ellos: la edad, el sexo y la raza. Además del envejecimiento, en la aparición de la osteoporosis intervienen factores genéticos y hereditarios, por ejemplo, las hijas de madres que tienen osteoporosis adquieren un volumen de masa ósea inferior que el de hijas de madres con huesos normales.

 

La menopausia es uno de los factores que más influye en su desarrollo, ya que la desaparición de la función ovárica provoca un aumento de la resorción ósea. Existen otras causas como: alcoholismo, consumo de fármacos, enfermedades inflamatorias reumáticas, hepáticas o endocrinas e insuficiencia renal.

 

También la mala alimentación, la escasez de ejercicio físico o el consumo de determinados fármacos pueden favorecer la aparición de la osteoporosis.

 

 

Cuidar de nuestra alimentación puede ayudar a prevenir la osteoporosis

 

Una buena nutrición rica en calcio y el ejercicio regular son esenciales para mantener los huesos sanos durante toda la vida. Así mismo, evitar el consumo excesivo de alcohol y evitar el consumo de tabaco son también otras formas de prevención.

 

El ejercicio puede ayudarte a fortalecer los huesos y retardar la pérdida ósea. Combinar ejercicios de entrenamiento de fuerza con ejercicios de levantamiento de pesas y de equilibrio. El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral.

 

Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga, hacer esquí y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral. Los ejercicios de equilibrio como el taichí ayudan a reducir el riesgo de caídas, especialmente al envejecer.

 

Nadar, andar en bicicleta y ejercitarse con máquinas como los elípticos pueden proporcionar un buen ejercicio cardiovascular, pero no son tan beneficiosos para mejorar la salud ósea.

 

 

¿A qué pruebas se someten los pacientes para verificar que se trata de osteoporosis?

 

En la consulta con su reumatólogo se valorará de manera global el riesgo de fractura. Por ello, se deberá preguntar por la edad, consumo de alcohol o tabaco, edad de presentación de la menopausia, ingesta diaria de calcio aproximado, tratamiento con fármacos que disminuyen la masa ósea, historia personal y familiar de caídas. De esta forma se podrá se valorará si es necesario realizar una densitometría para el diagnóstico definitivo de osteoporosis.

 

Por lo tanto, la osteoporosis se diagnostica cuantificando la densidad mineral ósea mediante una densitometría, que permite predecir el riesgo de fractura en pacientes sin ningún hueso roto. El valor que define la presencia de osteoporosis es un T-score menor o igual a -2.5 desviaciones estándar.

 

Por otro lado, la osteoporosis establecida se define como la presencia de 1 o más fracturas por fragilidad (espontáneas, sin golpe directo previo). Las radiografías simples de los huesos sirven para detectar las fracturas. Generalmente, se realiza una analítica previa al inicio del tratamiento para determinar los niveles de vitamina D y así valorar si precisa suplementación en el tratamiento, las hormonas tiroideas, la función renal y hepática para descartar estas causas de osteoporosis secundaria.

 

Además, en la actualidad contamos con una herramienta llamada FRAX que calcula el riesgo de fractura de cadera o fractura mayor en los próximos 10 años teniendo en cuenta las características del paciente y sus factores de riesgo.

 

 

El objetivo del tratamiento de la osteoporosis es la reducción del número de fracturas por fragilidad

 

 

Como medida generalizada se recomienda mantener hábitos de vida saludable, como una dieta equilibrada rica en calcio, abandonar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, así como realizar ejercicio diariamente con control para evitar caídas.

 

Además, algunas personas pueden requerir suplementos de calcio y vitamina D. La cantidad concreta de calcio varía con la edad, pero muchos adultos necesitarán de 1.000 a 1.500 mg al día. Esta ingesta se puede realizar con alimentos naturales ricos en calcio (sobre todo la leche y sus derivados) o como suplementos en forma de medicamentos (sales de calcio).

 

En este último caso deberá existir un control de su médico sobre la cantidad y la pauta de administración. De igual manera, la vitamina D es una sustancia fundamental para el hueso. Sus necesidades diarias se consiguen fundamentalmente por la formación de la misma en la piel cuando recibe el efecto de la irradiación solar.

 

Respecto al tratamiento farmacológico contamos con dos tipos. Por un lado contamos con el tratamiento antirresortivo que es aquel que evita la pérdida de masa ósea. Dentro de este grupo se incluyen fármacos como los bifosfonatos (alendronato, risedronato, zoledronato), denosumab, moduladores selectivos de receptores de estrógenos (raloxifeno, bazedoxifeno) y estrógenos.

 

Y por otro lado, contamos con el tratamiento osteoformador que estimula la formación de nuevo hueso y dentro de este grupo se incluye la teriparatida.

Dr. César Antonio Egües Dubuc

Por Dr. César Antonio Egües Dubuc
Reumatología

El Dr. Antonio Egües Dubuc es un reputado reumatólogo formado en ecografía musculoesquelética y en el manejo, diagnóstico y tratamiento de enfermedades reumáticas y autoinmunes sistémicas. También se formó en el uso e interpretación del capilaroscopio, microscopía de luz polarizada e investigación clínica.

Es licenciado en Medicina por la Universidad Peruana Cayetano Heredia y en la actualidad cursa el Doctorado en Medicina y Cirugía por UPV/ EHU. Además, cuenta con un diplomado en “Metodología de la Investigación”, un curso de Experto en “Ecografía musculoesquelética” y un Máster en “Enfermedades Autoinmunes Sistémicas”. Entre sus especialidades destaca el tratamiento de la osteoporosis, artritis, la gota y enfermedades autoinmunes sistémicas.

A lo largo de su trayectoria profesional ha ejercido como Jefe de Reumatología y Unidad de Osteoporisis en el Hospital QuirónSalud Donostia y actualmente ejerce como adjunto de Reumatología en el Hospital Universitario Donostia - OSI Donostialdea y es uno de los editores de la revista "Journal of Rheumatology and Musculoskeletal Oncology". 


También destaca por su labor divulgativa, siendo autor de más de 60 publicaciones en revistas de ámbito nacional e internacional.


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