“Las crisis existenciales son necesarias para que haya un cambio”

Escrito por:

Bárbara Zapico Salomón

Psicóloga

Publicado el: 31/08/2022
Editado por: Mireia Frias


Cada vez más, existe una realidad cambiante y una sociedad que invita de manera insistente a “sentar cabeza”, con todo lo que ello lleva implícito y socialmente aceptado. Antes de llegar a los 30 años vienen pensamientos, de manera mucho más recurrente, sobre qué queremos hacer con nuestra vida, hacia donde queremos enfocarnos y nos empieza a entrar la prisa en buscar esa estabilidad que, por lo que hemos visto en generaciones anteriores, es propia de esa edad.

En este artículo, hablamos con Bárbara Zapico, especialista en Psicología, sobre la crisis existencial que se produce antes de cumplir los 30 años.

 

 

Las crisis existenciales siempre están relacionadas con las nuevas oportunidades, pero también el peligro

 

¿Por qué sufrimos crisis existenciales?

Ya decía Pittman, “No es posible lograr ningún cambio sin crisis, pero es posible sufrir una crisis que no de cómo resultado un cambio”.

Y es que la palabra crisis está relacionada con la oportunidad y con el peligro. Ante una situación de crisis, el organismo se moviliza provocando síntomas tales como la ansiedad, porque las estrategias que teníamos hasta ahora para esas situaciones ya no “funcionan” o son adaptativas. Por tanto, ese peligro, nos pone en alerta y nos da la posibilidad de movilizarnos a otro estatus nuevo. De ahí que aparezca la palabra crisis vital.

 

Los 30, un paso hacia la madurez

Desde mi más humilde opinión, esa crisis vital, atravesada a los 30 años, no es más que un paso a la madurez, una toma de decisiones que previamente no habíamos considerado por estar inmersos en la consecución de actos preestablecidos, como son estudiar, salir con los amigos y ser hedonista. Es a partir de los 30 años, sobre todo para las mujeres, cuando el ambiente social se focaliza en ti y empieza a preguntarte si tendrás hijos o no, si quieres casarte o quieres vivir en pareja. Tengamos en cuenta que como mujeres tenemos una determinación biológica que hace que a partir de los 35 años nuestra fertilidad comience a disminuir drásticamente, recayendo el peso de si tener hijos.

 

Tomar decisiones y avanzar

Como bien he comentado al principio, las crisis son necesarias para que haya un cambio. La evitación constante del malestar provoca el no enfrentamiento a la vida adulta y la postergación del ser humano a una no toma de decisiones constantes. Para crecer, madurar, y desarrollarse, es necesario pasar por fases en la vida, y las crisis, tanto individuales, como de familia, pareja, con amigos, forman parte de este proceso.

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