La sobrecarga del cuidador

Escrito por:

Marta de la Fuente Lago

Psicóloga

Publicado el: 10/09/2015
Editado por:


La sobrecarga del cuidador es un estado de tensión y agotamiento, tanto físico como psicológico, que afecta significativamente en el día a día del cuidador disminuyendo su calidad de vida y perjudicándole tanto a nivel personal como familiar, social y laboral.

En Psicología, se entiende como cuidador aquella persona dedicada a atender las necesidades de otra persona y a cuidarle ya que, debido a cuestiones médicas es dependiente.

La mayoría de los casos de sobrecarga de cuidador son personas que llevan mucho tiempo expuestas a una situación vital estresante de gran intensidad. Ante una situación estresante, el cuerpo humano se prepara para enfrentarse a la situación y por ello la persona tiene fuerza. Si esta situación perdura, llega un momento que se puede producir un “vaciamiento” de las defensas a nivel psicosomático, entrando en la fase de agotamiento. Esto es lo que se conoce como sobrecarga.

 

Sobrecarga del cuidador: síntomas

Los síntomas que presenta un cuidador cuando se encuentra ante una situación de sobrecarga son:

Agotamiento o disminución de la energía Depresión, apatía, desgana y/o lloros frecuentes Irritabilidad y/o cambios de humor Nerviosismo y/o agitación Dificultades con el sueño Disminución de las actividades sociales, aislamiento social Déficit en la atención, concentración y memoria Aumento o pérdida de peso

Cuando se presentan estos síntomas, es conveniente acudir a un profesional de la psicología, preferiblemente un experto en estrés. El primer paso es identificar los síntomas, reconocer las dificultades, entender que está pasando y por qué ha ocurrido, para así poder analizar el comportamiento y valorar las posibles soluciones.

Es fundamental conocer y entrenar herramientas de gestión emocional y aprender estrategias para idear un plan de acción y llevarlo a cabo.

 

Consecuencias de la sobrecarga del cuidador

Las repercusiones de esta sobrecarga tiene consecuencias físicas y mentales en el cuidador. Desde problemas leves como ansiedad o trastornos psicosomáticos a problemas más graves que repercuten en la situación económica, laboral y social.

Es importante resaltar que la sobrecarga del cuidador puede repercutir en los cuidados que esta persona proporciona al enfermo, afectando a éste directamente ya que se pueden dar situaciones de abandono del cuidado llegando al maltrato y abuso hacia la persona dependiente.

 

Consejos para el cuidador

Pedir ayuda no es un síntoma de debilidad sino lo contrario. No siempre se puede hacer todo solos. Es necesario dedicarse tiempo todos los días. Para poder cuidar, primero se ha de cuidar uno mismo. Realizar una dieta equilibra e intentar que el sueño se altere lo menos posible. Hacer ejercicio 3 días a la semanas y salir de casa todos los días a dar un paseo. Delegar tareas en familiares y amigos, es imposible llevar una única persona todo el peso. Dedicar tiempo al ocio. No hay que sobreproteger a la persona que se cuida. Si existen dudas acerca de los cuidados, se debe preguntar al personal sanitario. Si el cuidador percibe emociones negativas intensas con frecuencia, debe pedir cita con un psicólogo para aprender estrategias de gestión emocional.
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